Claudia Rocha Valverde
La doctora posee un doctorado en Historia del Arte, es profesora investigadora de El Colegio de San Luis A. C. (Colsan). Actualmente, funge como enlace académico de CASA COLSAN Xilitla-IXBA. Correo de contacto: claudia.rocha@colsan.edu.mx
México es un país que cuenta con importantes saberes colectivos de larga data que han implicado el uso, intercambio y la confección de sistemas indumentarios de poderoso valor simbólico y estético, surgidos de las cosmovisiones de pueblos originarios. Más allá de su compleja riqueza artística, los textiles tradicionales representan procesos de vida y resistencia, en los que las mujeres han sido agentes primordiales a lo largo de la historia.
Como toda expresión de la cultura del México antiguo, la indumentaria ha estado sujeta a transformaciones diversas con el paso del tiempo, en lo que respecta a su tecnología y a los imaginarios involucrados en su elaboración. No obstante, podemos observar cómo desde finales del siglo XX, y lo transcurrido del XXI, estas formas del patrimonio cultural se encuentran en tensión acelerada, potenciada por los mercados globales, en una virtualidad sin precedentes; tal situación multiplica la oferta de productos tradicionales a gran escala, lo que ha facilitado que cada vez más personas se apropien o plagien, mediante diversos medios tecnológicos, elementos sustantivos de identidades culturales diversas.
En cuanto a los saberes textiles tradicionales, la manifestación más evidente del plagio es mayormente el repertorio figurativo, y esto se observa a escalas locales, estatales, nacionales e internacionales. En los últimos cinco años, se han evidenciado casos recurrentes en los que se han involucrado firmas de diseñadores de prestigio, intermediarios, o qué decir de los productos chinos que traspasan toda frontera con mercancías copiadas de cualquier parte del mundo, sin reconocer crédito alguno de los creadores originarios.
Contexto regional
En la región Huasteca de San Luis Potosí, cohabitan desde hace varios cientos de años los pueblos tének y nahua, quienes guardan vínculos estrechos con la geografía, expresada en montañas, manantiales, pozos y cuevas, que hacen de este conjunto un paisaje simbolizado, fundamental en sus sistemas rituales. En su cosmovisión está presente la idea de una Madre Tierra protectora de la fertilidad agrícola. Ellos consideran que las fuerzas de la naturaleza tienen dueños que las habitan y gobiernan, de quienes reciben beneficios o calamidades, por lo que es necesario ofrendar lo conveniente para mantener el equilibrio del universo.
Esta cosmología se expresa también en los bordados de las prendas sagradas de la vestimenta, de manera particular en el quechquémetl (náhuatl), o dhayem en lengua tének
Sin embargo, el uso y confección de la indumentaria ha perdido en algunos casos espacios de representación ceremonial, sobre todo, en el caso nahua. Las causas son diversas: puede mencionarse, por ejemplo, la larga historia de discriminación en la que se ha negado el ejercicio de muchas tradiciones, la precariedad, el cambio generacional y la elección propia de no portar esa indumentaria, además de la incursión de nuevas ideologías religiosas que prohíben su uso.
De la cueva sagrada al mercado de artesanías
Desde hace décadas, es notoria la inserción de los productos bordados en corredores turísticos de la región Huasteca de San Luis Potosí; esto significa que el sistema figurativo sagrado, sobre todo en el caso tének, ha sido trasladado a diversos artículos en una serie de acciones en las que no hubo consulta ni opinión por parte de las mujeres de estos pueblos. Este fenómeno constituye una suerte de “plagio patrimonial hormiga”, al parecer inocuo y normalizado a los ojos de todos, ya que nadie ve en ello algún daño moral.
Este uso comercial indiscriminado del repertorio figurativo tiene que ver con el surgimiento de pequeños empresarios que contratan la mano de obra de las mujeres para bordar tenis, gorras, sombreros y bolsas, artículos que han demostrado estar en el gusto del turismo en auge cada vez mayor en la región. Hay sitios de Internet que los ofrecen al público usando la leyenda “bordados auténticamente tének”.
Algunos testimonios indican que las mujeres son contratadas para bordar recibiendo una retribución muy baja, siendo además que quienes emplean su mano de obra recurren al regateo, bajo el argumento de que, al solicitar bordados a destajo, debe haber una reducción del pago por pieza; esto conlleva a que las mujeres se convierten en una suerte de maquiladoras de su propia cultura.
Otro ejemplo más preocupante aún, es que ante la diversidad de técnicas digitales de copiado y reproducción, se vuelve innecesaria la contratación de mano de obra. Esto quiere decir que con una fotografía tomada de las redes virtuales basta para reproducir y estampar cientos o miles de veces los patrones figurativos de los pueblos. En México, esta técnica se llama “sublimado” y cualquiera puede acceder a ella para imprimir sobre superficies textil y cerámica.
Lo anterior es resultado de las relaciones asimétricas en cuanto a que la posesión de las tecnologías de producción, reproducción y venta no está regularmente en manos de los pueblos originarios. Una sencilla servilleta bordada, una gorra o una diadema contienen elementos que han sido fragmentados de un sistema complejo de vida cotidiana y ceremonial. Por ello, es importante iniciar discusiones relativas a la protección de estas formas de memoria y patrimonio colectivo, revisar si la aplicabilidad de las leyes federales y estatales en la materia es efectiva, así como fomentar el diseño de instrumentos de resguardo surgidos desde el mismo seno e interés de las comunidades.
Este texto es resultado de los Proyectos Estratégicos Nacionales del Conacyt, en particular, el Proyecto Cultura 318750, titulado Memoria y patrimonio textil de las mujeres nahuas y teenek de la Huasteca potosina: diseño de estrategias para su protección.
Referencias
Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas. https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lfppcpcia.htm
“Gobierno de México garantiza la propiedad intelectual de los pueblos indígenas”.
Rocha, C. (2014) Tejer el universo: El dhayemlaab, mapa cosmológico del pueblo teenek. Historia de una prenda sagrada. San Luis Potosí, México: Gobierno del Estado de San Luis Potosí, Secretaría de Cultura, Dirección General de Desarrollo Cultural, Dirección de Publicaciones y Literatura, Editorial Ponciano Arriaga y El Colegio de San Luis A.C.
Tomo 1 http://colsan.repositorioinstitucional.mx/jspui/handle/1013/887
Tomo 2 http://colsan.repositorioinstitucional.mx/jspui/handle/1013/888
Fuente: elsoldemexico.com.mx