De acuerdo con Saúl Huitzil, una de las tres ideas que componen la teoría de Gaia es que la vida, el aire, el agua y el suelo forman un sólo sistema que funciona en conjunto
“Si examinamos nuestro corazón nos damos cuenta de que este órgano tiene una frecuencia cardiaca ordenada y especial. Hemos descubierto que los fenómenos biológicos tienden a este balance, que no funciona ni como un reloj suizo, ni de manera irregular, hay un orden”, sostuvo Alejandro Frank, miembro de El Colegio Nacional, al coordinar la mesa La Tierra como un organismo vivo: el desequilibrio de Gaia ante el cambio climático.
El físico mexicano explicó que, para tener una idea sobre el funcionamiento del planeta, se puede hacer referencia a los corazones sanos que tienen un balance. “Los corazones que parecen latir de forma exacta, como reloj suizo, es porque tiene insuficiencia cardiaca, y si los latidos tienen una arritmia muy grande, entonces, no es buena señal de nuestra salud. Así analizamos la Tierra y su clima. El clima es un sistema complejo en el que interactúan la biosfera, el hielo, los humanos, los océanos, la superficie y la atmósfera”.
El colegiado enfatizó: “Nos dimos cuenta de que hace cien años, la Tierra tenía el comportamiento de un corazón sano y que, en los últimos tiempos, esto se ha modificado y se ha perdido la autoorganización. Los modelos climáticos muestran que lo más importante es reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque el planeta se autoorganiza, necesitamos ponernos en armonía con todos los componentes de la vida”.
Al tomar la palabra, Saúl Huitzil, del C3 de la UNAM, recordó que Lynn Margulis, bióloga estadounidense pionera en el campo de la evolución biológica respecto al origen de las células eucariotas, propuso una teoría revolucionaria en su tiempo. “Estudiando la mitocondria y los cloroplastos en las células de los animales y las plantas, vio que las mitocondrias, organelos que se encuentran en las células, tenían un ADN y una membrana celular diferente al de las células”.
Margulis propuso que, en algún momento, dos microrganismos primigenios se unieron, se fusionaron uno dentro de otro, dando lugar a un nuevo organismo, el cual fue muy exitoso y permitió dar paso a las plantas y los animales. Junto con el médico y meteorólogo inglés James Lovelock, “la bióloga estadounidense tomó esta misma idea de la vida organizándose entre sí misma, fusionada e interactuando para dar lugar a algo más complejo, la llevó a un nivel aventurado”.
De acuerdo con el investigador, para comprobar que la Tierra regulaba la salinidad, la temperatura, el dióxido de carbono y muchas otras variables diferentes, ambos científicos propusieron la Teoría de Gaia, que contiene tres ideas: la vida, el aire, el agua y el suelo forman un solo sistema que funciona en conjunto; los seres vivos ajustan el ambiente para que siga siendo adecuado para vivir; y las interacciones del sistema ayudan a estabilizar variables importantes como la temperatura y el aire.
“Estamos trabajando en un modelo de investigación con estos principios, para conocer qué es lo que pasa cuando la interacción entre varias especies se rompe, si estos mecanismos son obstruidos por nuestra culpa como seres humanos. Uno de nuestros objetivos es predecir y encontrar alertas que nos permitan saber dónde están ocurriendo estos cambios y cuáles son los impactos que pueden tener a futuro”, apuntó Saúl Huitzil.
Por su parte, el biólogo Gabriel García, agregó que James Lovelock y Lynn Margulis publicaron un artículo en el que postularon la Teoría de Gaia, en el que se refieren a la homeostasis atmosférica por y para la biosfera. “La homeostasis se refiere a los mecanismos que mantienen constantes las condiciones del medio interno de un organismo, a pesar de grandes oscilaciones en el medio externo. Algunos ejemplos que podemos tener de esto, es cuando el cuerpo suda para mantener la misma temperatura”.
El especialista señaló que la Teoría de Gaia explica la inestabilidad constante de nuestra atmósfera. “Gaia es un organismo único, cada una de las partes es consciente de sí misma hasta cierto punto, pero todas están conectadas en un todo más amplio. Nada está solo en Gaia, nada lucha contra el resto, cada hoja de hierba, cada gota de agua, cada grano de tierra es parte de Gaia y participa en su vida. La idea de la homeostasis es fundamental para que funcione el planeta. Existen estos efectos para que la vida se mantenga”.
En este sentido, el astrofísico Juan Claudio Toledo apuntó que Gaia es un sistema de autorregulación que mantiene condiciones apropiadas para la vida, y “lo que estamos haciendo los humanos es alterar y destruir estos mecanismos, a través del cambio climático”.
Expuso que el cambio climático es el conjunto de modificaciones importantes del clima de la Tierra, que iniciaron en el siglo XIX y se aceleraron en la segunda mitad del siglo XX y el XXI. “El aspecto central es el calentamiento global, pero involucra muchos más factores. La temperatura planetaria promedio ha subido 1.2 grados centígrados desde 1900. Los últimos 10 años han sido los 10 años más calientes en el registro histórico”.
Al responder a la pregunta ¿Qué podemos hacer para evitar el calentamiento global? El científico comentó que los modelos climáticos son inequívocos. “Debemos reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero dejando de quemar combustibles fósiles. Además, es fundamental proteger y restaurar los ecosistemas planetarios, se requiere una transformación profunda de la base económica y tecnológica de la civilización moderna, que sea equitativa y proteja los ecosistemas del planeta. Lo que sólo se logrará mediante acuerdos internacionales y presión de la sociedad civil”.
Agregó que, entre los casos de éxito, se encuentran la adopción de energías renovables, por ejemplo, en 2023, Portugal tuvo seis días consecutivos en los que toda la demanda energética del país fue satisfecha por energías renovables. “La ONU declaró la década de 2020 como la de restauración de ecosistemas”.
Toledo subrayó que las personas pueden tomar acciones ante el cambio climático, entre las que se encuentran reducir el consumo energético; impulsar la adopción de energías renovables; reparar y reciclar; ser más consciente de lo que se compra y alzar la voz en por su comunidad y su país.
Fuente: El Colegio Nacional