Jacobo Grinberg estaba por demostrar el potencial transferido cuando desapareció misteriosamente en 1994
El científico mexicano Jacobo Grinberg es un hito en la historia y no precisamente porque su desaparición se haya convertido en un misterio sin resolver, sino porque trabajó arduamente para demostrar el poder de la mente y la conciencia.
Grinberg es quizá el primer científico que unificó la ciencia con la espiritualidad, alegando que existe una estructura hipercompleja de energía a la que estamos conectados y que llamó ‘lattice’.
Para el momento de su desaparición, en 1994, el que un científico de renombre como Jacobo Grinberg abordara estos temas era impensable, aún cuando otras disciplinas ya habían llegado a conclusiones similares.
Pero en un mundo regido por las leyes físicas de principio y fin, sus investigaciones parecían peligrosas y algunos de sus textos fueron desacreditados. Casi 30 años después, una apertura a la conciencia ha permitido retomar su trabajo.
El último experimento de Jacobo Grinberg
Jacobo Grinberg trabajaba rigurosamente, tenía el apoyo del Conacyt y contaba con un laboratorio en la UNAM donde, antes de desaparecer misteriosamente, desarrollaba el que fue su último experimento: el potencial transferido.
Así era como el científico mexicano llamaba a la comunicación entre cerebros. Su objetivo era demostrar que nuestra percepción es la que crea la realidad que experimentamos.
Y, en el camino, lo principal para Jacobo Grinberg era comprobar que existe potencial transferido entre cerebros. Para ello, elegía a parejas con una conexión emocional, ya sea amorosa o de amistad.
A cada una las metía a un cuarto aislado de frecuencias electromagnéticas (a fin de que nada interfiriera con el resultado), les vendaba los ojos, los sentaba uno frente al otro y les pedía que no hablaran.
Lo que sí podían hacer era pensar en el otro, hasta sentir una conexión. Acto seguido, Jacobo Grinberg sacaba a uno de ellos y lo llevaba a otro cuarto aislado con una distancia bastante considerable del anterior.
La idea era que cada vez las personas estuviera más lejos de la otra y sin comunicación. Antes de desaparecer, el científico ya tenía todo listo para demostrar cómo se conectaban dos personas desde México hasta la India.
Todos los cerebros están interconectados, lo que Jacobo Grinberg pretendía demostrar
Con ayuda de encefalogramas, luz estroboscópica y otras herramientas, el científico mexicano Jacobo Grinberg comprobó que existen conexiones entre cerebros, sin que las personas estén conscientes de esas interacciones.
Según lo explicó Grinberg, esta conexión se ve amplificada cuando existe una relación emocional entre individuos, y a la información compartida entre cerebros se le denomina potencial transferido.
Uno de los expertos entusiastas con el trabajo de Jacobo Grinberg era Amit Goswami, un físico cuántico con el que a través de un satélite y miles de permisos, el mexicano llevaría a cabo su experimento México-India.
Sin embargo, el científico mexicano desapareció misteriosamente a nada de comprobar su teoría. ¿Qué hubiera pasado?
Albert Einstein hablaba de algo que llamó el “efecto fantasma”, refiriéndose a que no habíamos encontrado la energía que lograba la comunicación entre partículas, también llamado por Jacobo Grinberg como potencial transferido.
Otros científicos importantes de la época decían que la realidad es que todo está conectado, y esta es una de las leyes de la física cuántica.
Es decir, que la realidad no está separada del observador. Y si esto es así, entonces cada uno de nosotros afecta y crea nuestra realidad. Algo que, como recordarás, Jacobo Grinberg creía.
Fuente: sdpnoticias.com