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El nuevo paso debe ser un sistema universal de salud con la premisa fundamental de protección igual para todos: Julio Frenk

En palabras de Enrique Ruelas, “no basta con la atención médica. Se necesita crear salud en una comunidad”, que a su vez tiene determinantes sociales, comunitarios y familiares. También se necesita financiamiento, información, marco jurídico e investigación científica

“México quiere y requiere un sistema de salud universal. En la búsqueda de este objetivo hay consenso en las premisas, pero no en las promesas”, sostuvo Julio Frenk, miembro de El Colegio Nacional, al iniciar la mesa redonda La salud en el futuro de México, coordinada por el colegiado y la colegiada María Elena Medina-Mora.

En la sesión, realizada el 1 de abril en el Aula Mayor de la dependencia, el médico mexicano aseguró que, en el corto plazo, “será necesario reconstruir los cimientos de nuestro sistema de salud, al tiempo que se diseña una reforma que garantice, en el mediano plazo, universalidad progresista con protección igual para todos lados”. Describió tres premisas principales: la primera se refiere a que la salud es esencial para el desarrollo económico, el funcionamiento de la democracia y la seguridad.

Agregó que, en cuanto a la democracia, la salud es el sistema más sensible e inmediato, cuyas consecuencias de un mal servicio pueden ser la muerte, la discapacidad o la quiebra por la compra de medicamentos. “La educación es el futuro del país, pero la salud es el presente. Un gobierno democrático requiere para su legitimidad tener sistemas de salud que respondan adecuadamente”.

La segunda premisa es que la atención a la salud es un derecho social, no un beneficio laboral, ni una mercancía. Y la tercera consiste en que “todos los sistemas de salud reflejan una serie de supuestos éticos que se expresan en la forma de distribuir los beneficios de la atención y en la organización que adoptan las instituciones”. Existen valores que deben incluirse en el sistema de salud como la inclusión social, que demanda trato igual para condiciones iguales.

El colegiado subrayó que el principio rector de estos valores deben ser la ciudadanía, la solidaridad y pluralismo, y que el principio operativo de este sistema tiene que ser la universalidad progresista, es decir, cubrir primero lo que afecta desproporcionadamente a los pobres. “En nuestro país, han preponderado tres propuestas políticas. La primera es el modelo público monopólico, una sola institución se encarga del sistema de salud, uno que solo existe en Cuba y uno que otro país”.

En relación con las promesas, Frenk recordó que, durante la actual administración, el presidente AMLO prometió el 6 de abril de 2019 lo siguiente: “en tres años, vamos a tener un servicio de salud igual que el de los países nórdicos, igual que el de Dinamarca, de Suecia, Canadá, ese es mi compromiso”. Todos esos países son emblemáticos del sistema público plural.

Pero las medidas urgentes para recuperar el sistema de salud requieren de pensar en las políticas públicas a corto y a largo plazo. “En el corto plazo, hay que restablecer la compra de medicamentos, hay que retomar la cobertura universal de vacunación, hay que revertir las muertes maternas, hay que fortalecer el sistema de vigilancia epidemiológica, revertir los recortes al presupuesto a la Secretaría de Salud, reestablecer el servicio civil de carrera para contratar talento competente, rediseñar la descentralización de los servicios ambulatorios, la autonomía de la COFEPRIS y darle instrumentos a la gente para ejercer su voz”.

A mediano plazo, se necesita aumentar la inversión en salud para alcanzar el promedio latinoamericano, legislar una contribución social general, establecer un seguro o un fondo universal de salud, fortalecer la separación de funciones para fortalecer la rectoría y el financiamiento para tener un sistema plural, modernizar la prestación de servicios apoyándose de la prevención y comprometidos con la calidad. “El nuevo paso debe ser un sistema universal de salud con la premisa fundamental de protección igual para todos”, concluyó el colegiado.

Las tendencias en salud

Por su parte, Enrique Ruelas, presidente y director del Instituto Internacional de Futuros de la Salud– IIFS, comentó que existen algunas tendencias de salud hacia el año 2040-2050 en México. Estas proponen que “se detendrá el crecimiento poblacional a partir del año 2052. Su composición por edades será de mayores de 65 años, mientras que, en los menores de 15 años, decrecerán a -1.1% anual. Las tendencias de mortalidad no tendrán mucha novedad, excepto las últimas enfermedades: Cardiopatía isquémica, diabetes, enfermedad renal crónica, cirrosis, EPOC, Alzheimer y otras demencias, así como cáncer de páncreas, colón, mama y pulmón”.

De acuerdo con el especialista, habrá un aumento en la esperanza de vida, crecerá en nueve años si se corrige la mortalidad. “Se prevé que para el año 2043 se tendrán necesidades distintas a las de ahora como las adicciones, la violencia, accidentes, enfermedades relacionadas con el cambio climático, enfermedades infecciosas, emergencias, epidemias e infecciones resistentes al antibiótico”.

“Necesitamos dar orden para vislumbrar el futuro desde ahora, debido a que hay una dispersión de temas. No basta con la atención médica. Se necesita crear salud en una comunidad, que a su vez tiene determinantes sociales, comunitarias y familiares. Finalmente, está el financiamiento, la información, el marco jurídico y la investigación científica”, enfatizó el médico cirujano.

Detalló que los objetivos para el 2043 son: arribar con un sistema de salud basado en el valor; desarrollar una estrategia 2025-2043; y realizar un análisis comparativo de referencia con otros países relevantes. “Se necesitará tener una atención humana, es una necesidad imperiosa como valor”.

Enfermedades mentales a futuro

Al tomar la palabra, María Elena Medina-Mora, miembro de El Colegio Nacional, aseguró que la enfermedad mental no ha sido considerada como prioritaria. “La misma enfermedad hace que las personas no busquen tratamiento, si vemos en las otras enfermedades todos acuden a los mejores médicos; sin embargo, en las mentales pueden caer en depresión y no salir por mucho tiempo”.

La directora de la Facultad de Psicología de la UNAM recordó que la violación es la forma de violencia que más ocasiona enfermedad mental junto con el secuestro. “La mayor parte de las personas que tienen este padecimiento están en los niveles más bajos de pobreza, lo importante es investigar qué de la pobreza ocasiona la asociación con la enfermedad, porque eso nos permitirá atender y prevenir que no avance”.

Además, “necesitamos que puedan ir al hospital todas las personas que se encuentren en situación de crisis, que tengan derecho a atención y medicamentos. Los primeros medicamentos que dejaron de existir fueron los de las enfermedades mentales. Cuando se habla que se necesita de igualdad, es porque se necesita incluir a los padecimientos mentales dentro del cuadro de atención”, enfatizó la colegiada. Concluyó que se tiene una brecha de información, atención, calidad e incidencia en esta materia y que, en el mundo, la enfermedad creció en un 27% y el 79% de los enfermos mentales están sin tratamiento.

Finalmente, Jaime Sepúlveda, de la University of California San Francisco, se refirió a la protección ante futuras pandemias y a las lecciones del COVID-19. Su ponencia la dividió en cuatro temas, el primero fue la gobernanza y gestión de crisis, comentó que en este sentido hubo un proceso fallido de toma de personalización, de persistencia en el error, impermeabilidad a deliberación y evidencia. “Para evitar esos errores, se tiene que rehabilitar a los órganos colegiados, fortalecer la autonomía técnica, presupuestal y gestión de órganos sanitarios especializados”.

El segundo tema tuvo que ver con la comunicación, “hubo errores graves como la minimización de la gravedad y el uso engañoso de los datos. Además de una justificación pseudocientífica de decisiones políticas. También utilizaron una comunicación basada en información desactualizada y se ignoró la evidencia científica.

“Para evitar esos errores, se tienen que pre-establecer protocolos de comunicación de riesgos y crisis. Fortalecer los sistemas de información de salud. Mecanismos institucionales de rendición de cuentas, generar comisiones especiales de revisión de evidencia y aprendizaje durante crisis, así como alianzas con organismos científicos para revisar mensajes y combatir la desinformación”.

El tercer tema fue el Sistema de Salud, que tuvo un debilitamiento y reformas regresivas sobre un sistema de financiamiento precario y segmentado, así como el abandono del personal de salud. Y el cuarto tema hizo énfasis en las desigualdades y grupos vulnerables, porque “durante la pandemia, hubo desprotección de sectores populares y grupos vulnerables, aumento pronunciado de gasto familiar en salud, impacto muy desigual en mortalidad, orfandad y esperanza de vida. Para evitar que vuelva a suceder, se tiene que generar un Plan nacional integral de recuperación de esperanza de vida”, finalizó el especialista.

Fuente: El Colegio Nacional

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