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Cuauhtémoc nunca habría sido tlatoani sin la llegada de los conquistadores: María Castañeda de la Paz

De no haber ocurrido la llegada de los españoles, dijo, “a lo mejor ni siquiera sabríamos de él”

La coyuntura política de México Tenochtitlan durante la Conquista, la doble ascendencia de la que provenía, así como el belicoso carácter con el que se identificaba a Cuauhtémoc, permitieron que se convirtiera en tlatoani contra todas las posibilidades, afirmó la investigadora María Castañeda de la Paz, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

Al participar en el ciclo Cuauhtémoc: a 500 años de su muerte, que coordina el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, miembro de El Colegio Nacional, la doctora en Historia de América por la Universidad de Sevilla afirmó que, de no darse las condiciones, Cuauhtémoc jamás hubiera llegado a ser gobernante mexica y “a lo mejor ni siquiera sabríamos de él”.

En su ponencia “Cuauhtémoc, linaje y legitimidad”, Castañeda de la Paz afirmó que, “de no haber llegado aquí los españoles a esta parte del mundo, Cuauhtémoc nunca se hubiera convertido en tlatoani de los mexicas, incluso llego a pensar que a lo mejor ni siquiera sabríamos de él. Esas circunstancias, que fueron muy difíciles, pero que lo auparon al poder, son las que nos permiten saber de este personaje”.

Tras analizar el árbol genealógico de los emperadores mexicas, a partir de todas las fuentes documentales existentes, la historiadora señaló que en la línea sucesoria que existía a la llegada de los españoles jamás aparece Cuauhtémoc, sino que el linaje gobernante correspondía a la parentela de Axayácatl.

El rumbo, dijo, fue trazado por Moctezuma Ilhuicamina e Itzcóatl. “Moctezuma Ilhuicamina no contaba con un sucesor, pero él sabía que Itzcóatl lo podía dejar de lado, por lo que prefiere hacer un pacto con él: casar a sus respectivos hijos. Así, la hija de Moctezuma es casada con Tezozomoc hijo de Itzcóatl (y a quien no hay que confundir con el gran señor de Azcapotzalco).”

A partir de entonces, los nietos de ambos mandatarios comenzarían a gobernar Tenochtitlan. “Esto es una situación única, el gobierno se va a suceder entre hermanos, es un gobierno colateral: primero gobierna Axayácatl, luego Tizoc y luego Ahuízotl”. De acuerdo con la investigadora, no se trató de una crisis sucesoria, sino que los dos gobernantes “quisieron garantizar que su linaje se quedaba al frente de Tenochtitlan”.

A la llegada de los españoles a México-Tenochtitlan, en 1519, gobierna Moctezuma Xocoyotzin, hijo de Axayácatl. “El linaje de Axayácatl, parece que es el que más derechos tiene al trono de Tenochtitlan, porque en las fuentes nunca se habla de que fuera un problema que Moctezuma llegara al trono, se eligió y sin problema; y cuando muere Moctezuma, el pueblo unánimemente, tampoco se habla de fisuras, elige a su hermano Cuitláhuac”.

“El problema va a ser Cuauhtémoc, que es del linaje de Ahuízotl, y es raro ese salto, porque Moctezuma y Cuitláhuac tenían más hermanos: tienen a Tezozomoc Acolnahuacac, que muere antes de la llegada de los españoles, y yo creo que por eso no está en la escena política en el momento más importante de estas luchas, pero sus hijos estaban gobernando los pueblos más importantes del centro de México”.

Aceptación unánime de Cuauhtémoc

Aun cuando Cuauhtémoc no pertenecía al linaje gobernante de Axayácatl, sino al de Ahuízotl, “¿en qué se basó su legitimidad?”, cuestionó la investigadora María Castañeda de la Paz: “al final se le elige, no se ve que alguien (sólo uno) se oponga a la llegada de Cuauhtémoc, pero parece que es por otro tipo de cuestiones y el pueblo lo acepta unánimemente”.

Para la investigadora, la primera circunstancia que permitió el ascenso de Cuauhtémoc fue la coyuntura política: la llegada de los españoles y los desórdenes que todo esto provocó; también en esta coyuntura debemos hablar de la anexión de Cuauhtémoc al bando de los sublevados, al bando de Cuitláhuac, el que Cuitláhuac encabezó —la llamada Noche Triste, rebautizada como Victoriosa— y el desarrollo de los sucesos: la muerte inesperada de Cuitláhuac por viruela que provoca que haya que buscar a alguien”.

Pero, además, en el respaldo a Cuauhtémoc influyó “su belicoso carácter. Era un requisito fundamental el carácter guerrero para ser tlatoani, los candidatos al cargo generalmente demostraban su valía en la guerra porque formaban parte de las tropas del tlatoani de turno. En el escalafón militar había varios cargos y seguramente ahí, lo podemos percibir a través de algunas fuentes, ellos destacaban en la guerra”.

“Es cierto que no tenemos noticia de Cuauhtémoc como parte de las tropas de Moctezuma, tampoco hay un documento que nos diga que él fue uno de los capitanes de Cuitláhuac, pero podemos sospechar que sí lo fue, porque sobre todo su valía queda al descubierto en la manera en que defendió Tenochtitlan, es impresionante”, afirmó.

El tercer factor fue la doble ascendencia de Cuauhtémoc. Por un lado, es hijo de Ahuízotl, “uno de los más importantes tlatoanis de Tenochtitlan, hermano de Axayácatl, y de una mujer llamada Tiyakapatzin, hija de Moquihuix, cuarto señor o gobernante de Tlatelolco. Entonces, forma parte también de señores muy importantes dentro de la casa real”.

De carácter valiente y aguerrido

Los conquistadores que conocieron a Cuauhtémoc, compartió la historiadora María Castañeda de la Paz como parte de un artículo que elabora, “señalaron que tenía 18 años de edad. Bernal Díaz del Castillo se detuvo para describir su apariencia física, dijo que era de gentil disposición en cuerpo y facciones, su piel más clara que la del resto, su cara alargada, el rostro alegre, los ojos halagüeños y la mirada grave”.

El conquistador Francisco de Aguilar, por su parte, “se centró en los rasgos de su personalidad, pues lo que destacó del personaje fue su astucia, sagacidad y valentía, cualidades que sin duda Cuauhtémoc demostró con creces durante el asedio de Tenochtitlan y Tlatelolco”.

A partir de algunos eventos y la manera cómo reaccionó ante ellos, señaló Castañeda de la Paz, “es posible posar un poco mejor su personalidad, su carácter dominante se deja al descubierto en un par de documentos en los que se le acusa de insubordinación. Se infiere, por tanto, que aún no se había convertido en tlatoani, porque si se te acusa de eso es porque todavía no eres tlatoani, y dicho comportamiento debió estar provocado por la tensión de los acontecimientos y su manera de ver y resolver las cosas, diferente a la de sus superiores, a los que mostró algún tipo de desacato”.

Cuauhtémoc “fue elegido en el cargo de tlatoani porque era un líder nato, pues hasta en los momentos más duros del asedio no se aprecian fisuras entre él con sus capitanes y el séquito de sacerdotes que lo asesoraban. Leemos las fuentes y todos están bastante unidos, lo que demuestra que era un líder nato. Su carácter resolutivo se pone de manifiesto en la determinación que mostró al ordenar eliminar a las mujeres e hijos de Moctezuma, respaldado por unos valores morales que no le permitían perdonar la deshonra de ese linaje que se había proclamado aliado al poder español”.

“Su obstinación y confianza en la empresa que lideraba quedó en evidencia en el modo en el que condujo la guerra; desesperado, Hernán Cortés hasta en cinco ocasiones envió a una serie de señores principales a rogarle un encuentro con él, con el objetivo de que se rindiera y evitara más daño y destrucción, temas sobre el que también insistió Bernal Díaz del Castillo”.

Cortés “le garantiza que, de rendirse, no tomaría revancha y hasta trataba de quebrar su voluntad con la promesa de algunas mercedes, una costumbre española con antecedentes en el periodo de la reconquista, donde los soberanos musulmanes establecen una serie de acuerdos secretos con los reyes antes de su rendición”.

Fuente: El Colegio Nacional

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