Doctor Milton Spanopoulos Zarco (UABCS), la doctora Alexia Omont (Cibnor) y la doctora Erika Torres Ochoa (UABCS)
Los recursos naturales no dan abasto para alimentar el crecimiento desmedido de la población humana. Por eso, hemos tenido que recurrir a múltiples estrategias que permitan satisfacer la elevada demanda en el mercado y garantizar la seguridad alimentaria.
Una de ellas es la acuicultura, una actividad que ayuda a garantizar la obtención de alimento a voluntad, en condiciones controladas y en las cantidades necesarias. Hoy en día, se cultivan más de 600 especies que incluyen peces, crustáceos, moluscos y algas; se habla que para el año 2050 esta industria podría proveer el 80% de la demanda de alimento de origen acuático en el mundo.
De mantenerse la forma actual de producción de esta industria, para el año 2050 tendremos mucha carne de origen acuícola pero también cuerpos de agua eutrofizados, prácticas de manejo inhumanas, empleos precarios, perturbaciones antropogénicas del paisaje, poblaciones naturales desplazadas, introducción de especies ajenas a los ecosistemas, invasión genética de las especies, sobreexplotación de recursos naturales para la alimentación de las especies acuícolas, pesca incidental, en fin, daños ecológicos globales… Todo lo anterior representa un disparo en el pie, porque lo que originalmente permitiría resolver nuestros problemas, ahora será una preocupación mayor.
Pero entonces, ¿la acuicultura no es la solución?
La respuesta es simple. Sí constituye una solución, pero debido a que somos 8 mil millones de personas y no se ve que en el futuro inmediato vaya a limitarse su crecimiento, es claro que hoy debemos de incluir el concepto de sustentabilidad en todas nuestras actividades.
El grupo de investigación “Manejo y aprovechamiento de recursos marinos” y el Laboratorio de Alimentos Acuícolas (LAAC) de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) participan activamente en mitigar el impacto que la acuicultura local pueda generar, en conjunto con el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), Unidad La Paz, B. C. S.
Esta iniciativa es posible gracias al proyecto “Implementación de modelos artesanales acuícolas para fortalecer la economía de comunidades costeras del Pacífico mexicano”, el cual se encuentra en desarrollo por el Cibnor a través del Programa Nacional Estratégico (Pronace) de Soberanía Alimentaria del Conacyt (proyecto 321279), así como el Proyecto 20464 con la empresa Kampachi; se busca el desarrollo de tecnologías de producción de alimentos acuícolas a través del uso de ingredientes sustentables y funcionales que permitan el desarrollo de una acuicultura responsable.
Se investigan dos fuentes alternativas de obtención de proteínas para piensos acuícolas: uno de origen animal y otra de origen vegetal.
Desechos de la pesquería: fuente de proteína subaprovechada
La pesquería, tanto industrial como rivereña, produce una cantidad de desechos orgánicos que no son aprovechados. Para acabar con este subaprovechamiento, el grupo de investigación se vale de una técnica conocida: el ensilaje, el cual consiste en una predigestion química o biológica que garantiza la biodisponibilidad de los nutrientes no digeribles por los organismos bajo condiciones normales de ingestión; este proyecto busca la estandarización de esta técnica para subproductos de la pesca comercial, como son las viseras, los huesos, la piel o especies no consumidas por las personas.
Los ensilados se realizan mediante una hidrolisis química que permite romper las membranas celulares de tejidos altamente calcificados o queratinizados (escamas, piel y huesos). Además de que el producto de este proceso garantiza la conservación, puede proveer nutrimentos gracias a la acidificación, fomentando el desdoblamiento de las proteínas y permitiendo la biodisponibilidad de estos insumos.
Con ello, se pretende resolver el problema de la disposición de los residuos de la pesquería en playas y basureros clandestinos, así como mitigar la explotación de sardina para la producción de harinas y aceites que se utilizan para la fabricación de las dietas acuícolas.
Macroalgas: una fuente alternativa de proteína
Como la producción de desperdicios no abastece completamente la demanda de proteínas para piensos acuícolas, se recurre como segunda alternativa a un recurso natural con potencial de cultivo rápido que puede satisfacer esta demanda: las macroalgas, que son organismos autótrofos de crecimiento rápido que se pueden cultivar garantizando su disponibilidad durante todo el año. Asimismo, al ser productores primarios, permiten obtener un segundo beneficio de su cultivo: mantener libre de nutrientes inorgánicos los cuerpos de agua naturales o artificiales.
En México, en muchos de los casos, las macroalgas resultan ser un problema en la industria turística; estos organismos son poco empleados con utilidad en la alimentación humana y acuícola, a pesar de poseer biomoléculas de interés nutricional, por lo que su aprovechamiento resulta una oportunidad doble: encontrar un uso de interés ecológico y económico a los densos depósitos de macroalga en playas y sustituir en elevados porcentajes los ingredientes de origen animal que convencionalmente se utilizan en esta industria.
La presencia de celulosa en las algas obliga a realizar un proceso distinto de ensilaje para que sus nutrientes pueden ser aprovechados por los organismos cultivados carnívoros o detritívoros: adicionalmente a la degradación acida, se realiza una degradación enzimática seguida de una fermentación biológica, con lo que se garantiza alcanzar los niveles proteicos necesarios para su inclusión en piensos acuícolas.
El resultado es un ingrediente seco capaz de sustituir a la harina de pescado como fuente de proteína. Asimismo, debido a su origen vegetal, puede modular las propiedades bioquímicas, organolépticas, alergénicas y antioxidantes de la carne de los organismos cultivados, tanto como fortalecer el sistema inmune de los organismos en cultivo.
Los resultados esperados de estos trabajos garantizarán transformar las actividades acuícolas en una opción real más que una prolongación del problema. Ahora podremos cultivar suficientes peces y camarones sin presionar las poblaciones silvestres de sardina y otros organismos capturados para la fabricación de las dietas acuícolas.
Más información en el vídeo “Grupo de trabajo UABCS: Dietas acuícolas sustentables” en https://youtu.be/o8y0OiLuagU
El presente proyecto está siendo apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el año 2022, con número de referencia Proyecto de Incidencia Pronace 321279, aprobado en la XVII sesión extraordinaria del CTA del programa de presupuestos F003, convocatoria FOP07-2022-01.
Fuente: elsoldemexico.com.mx