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Un videojuego descubre cómo el cerebro procesa las emociones

Un videojuego descubre cómo el cerebro procesa las emociones

Las emociones son una respuesta sincronizada del cerebro a los eventos de la experiencia cotidiana, de acuerdo a una investigación que utiliza un videojuego como plataforma de experimentos.

Nuestras respuestas emocionales se organizan en una compleja red neuronal que involucra la interacción de múltiples áreas del cerebro. Así lo indica un estudio sobre las emociones realizado por neurocientíficos de la Universidad de Ginebra (UNIGE), en Suiza, cuyos resultados fueron publicados recientemente en la revista Plos Biology. Según una nota de prensa, los especialistas estudiaron la actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional, mientras los participantes usaban un videojuego especialmente diseñado.

El sustrato neuronal de las emociones y los procesos cerebrales que determinan su origen ha sido históricamente uno de los debates más importantes en el campo de las neurociencias. Aunque en diversos estudios se ha intentado comprobar la relación existente entre áreas específicas del cerebro y determinadas emociones como el miedo o el placer, aún no se ha arribado a resultados concluyentes. La nueva investigación utiliza un videojuego para intentar comprender el origen de las emociones.

Este nuevo esfuerzo de los especialistas suizos se sustenta en un modelo teórico que postula que las emociones nacen a través de la coordinación de múltiples procesos mentales, desencadenados por un evento que genera una respuesta. Para poner a prueba esta teoría, los científicos analizaron imágenes cerebrales en el marco de un experimento con voluntarios que debían ejecutar un videojuego.

Sincronización transitoria

Las conclusiones arrojan que diferentes componentes emocionales hacen uso de diversas redes neuronales en paralelo, localizadas en distintas áreas del cerebro. Precisamente la sincronización transitoria de todas estas redes provoca un estado emocional específico. Los investigadores estudiaron los sentimientos, las expresiones y las respuestas fisiológicas de los participantes, mientras ejecutaban un videojuego especialmente pensado para motivar toda clase de emociones.

“Todos estos componentes involucran circuitos neuronales distribuidos por todo el cerebro. Mediante el entrecruzamiento de información de las imágenes cerebrales con el modelo computacional que elaboramos pudimos determinar cómo interactúan estos componentes a lo largo del tiempo. Además, identificamos la forma en la cual se sincronizan para generar una emoción”, indicó la Dra. Joana Leitão, autora principal del estudio.

Para evaluar la actividad cerebral y apreciarla mediante imágenes obtenidas con la técnica de resonancia magnética funcional, los neurocientíficos emplearon un videojuego similar al famoso Pacman. Los participantes debían atravesar distintas instancias que estaban especialmente pensadas para motivar el surgimiento de múltiples emociones. Esta característica marcó una gran diferencia con respecto a otros estudios, en los cuales los voluntarios eran evaluados mediante imágenes o videos que evocaban emociones, pero sin involucrarse directamente en una experiencia activa.

Una red dinámica y compleja

Quizás el gran hallazgo de esta investigación es el descubrimiento a partir de los datos aportados por el videojuego de la existencia de una sincronización entre múltiples factores al momento de desencadenarse una emoción. Componentes cognitivos, motivacionales, fisiológicos y expresivos se integran y actúan como un todo, influyéndose entre sí de forma dinámica en el momento concreto en el cual nace una emoción.

De esta manera, los especialistas advirtieron la presencia de indicadores fisiológicos como la sudoración o la frecuencia cardíaca, expresiones como gritos o sonrisas, procesos cognitivos como el cumplimiento de pautas para llegar a una meta o aspectos motivacionales que se ponen en marcha para seguir adelante luego de un inconveniente. Todos estos procesos, al presentarse de forma simultánea e integrada, son los que provocan las emociones y que pueden “leerse” en las imágenes de resonancia magnética funcional.

Vale resaltar además que los investigadores descubrieron que las áreas activas en el cerebro al momento del surgimiento de las emociones son la red sensoriomotora, la ínsula posterior, la corteza prefrontal y los ganglios basales, una región profunda del cerebro que se conoce como un punto de convergencia entre múltiples áreas, que tienen que ver con procesos afectivos, cognitivos, sensoriales y motores.

Fuente: tendencias21.levante-emv.com

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