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Un nuevo estudio demuestra que el invento del MIT para generar energía ilimitada funciona

La idea de Quaise de convertir las centrales térmicas de combustible y centrales geotérmicas que alimenten la civilización ‘gratis’ durante millones de años es factible, según un nuevo estudio práctico

Un nuevo estudio revisado por pares publicado en la revista científica Nature demuestra que es posible extraer energía geotérmica de rocas extremadamente calientes y profundas, situadas a varios kilómetros bajo la superficie terrestre. El éxito de los experimentos documentados en el estudio son cruciales para el ambicioso proyecto de Quaise Energy, una startup que salió del Massachusetts Institute of Technology que busca revolucionar el acceso a la energía geotérmica mediante el uso de taladros de plasma capaces de llegar a 20 kilómetros de profundidad.

En otras palabras: es posible crear centrales geotermales en cualquier parte del mundo y abastecer a toda la civilización durante millones de años de una forma local, barata y totalmente limpia. La tecnología de Quaise podría instalarse en cualquier lugar del mundo, reutilizando suelo ya industrializado, como las localizaciones de las actuales centrales térmicas de gas, carbón, y otros combustibles. Son muy buenas noticias que ahora hay que llevar a la realidad práctica y nos pondrían a un paso de ser una civilización de tipo I en la escala Kardashev, aprovechando toda la energía posible en nuestro planeta.

La idea funciona

El estudio llevado a cabo por un equipo de la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL) Suiza, demuestra que las rocas sometidas a condiciones extremadamente calientes pueden desarrollar fracturas, incrementando su permeabilidad: “Este trabajo muestra que las rocas se fracturan bajo estas condiciones, pero es necesario aplicar presión de forma rápida para lograrlo”. Las fracturas permiten que el agua circule y se convierta en vapor supercrítico, una fase con una capacidad de transporte energético mucho mayor. “Hemos demostrado que la transición de frágil a dúctil no impide la circulación de fluidos en la corteza terrestre, lo cual es prometedor para la explotación de estos reservorios”, como explica Marie Violay, directora del estudio y responsable del Laboratorio de Mecánica Experimental de Rocas en la EPFL en una nota de prensa.

Este vapor supercrítico tiene la capacidad de transportar entre cinco y diez veces más energía por pozo que los sistemas geotérmicos comerciales actuales. Esta propiedad es fundamental para que el proyecto de Quaise tenga una viabilidad económica y pueda competir con las fuentes de energía tradicionales, proporcionando energía barata e ilimitada para todos.

El cañón de plasma

El proyecto de Quaise usará girotrones para perforar hasta 20 kilómetros de profundidad. Estos dispositivos generan haces de microondas capaces que derriten la roca más dura como si fuera mantequilla, algo que es imposible para los taladros mecánicos usados en prospecciones petrolíferas.

El proceso, desarrollado por Paul Woskov en el MIT, permitirá acceder a la profundidad donde hay calor intenso en cualquier parte del globo, no solo en lugares volcánicos con acceso fácil al magma como en Islandia. Según Carlos Araque, director ejecutivo de Quaise, “la geotermia puede proporcionar la escala de energía que nuestra civilización necesita de una manera mucho más rápida y efectiva que la fusión nuclear, que aún está lejos de ser una realidad viable”.

Los nuevos datos también apuntan a que las rocas que se fracturan en condiciones supercalientes pueden ser hasta diez veces más permeables que aquellas fracturadas en condiciones más cercanas a la superficie, y también pueden deformarse más fácilmente. El estudio afirma que “estas fracturas generan una nube densa de permeabilidad a través de la roca afectada, en contraste con las fracturas macroscópicas mucho más grandes que se producen en los sistemas geotérmicos actuales”. Según Geoffrey Garrison, vicepresidente de operaciones de Quaise Energy, “estos factores podrían hacer que este recurso geotérmico sea mucho más rentable”.

El futuro de la energía y la civilización

Ésta era la única incógnita que debían despejar antes de comenzar su primera prospección experimental. La posibilidad de aprovechar la temperatura de la Tierra a tanta profundidad había sido objeto de intenso debate entre geólogos porque se pensaba que la roca a temperaturas superiores a 375 °C tiende a ser dúctil y difícil de fracturar. Sin embargo, los experimentos realizados por el equipo de la EPFL han demostrado que, al aplicar presión rápidamente, es posible crear fracturas que se mantengan abiertas, facilitando el paso del vapor supercrítico.

El estudio confirma que “la transición de comportamiento frágil a dúctil no es un límite absoluto para la circulación de fluidos en la corteza”, Según Violay, “este trabajo es emocionante porque presenta las primeras mediciones de permeabilidad durante la deformación en condiciones de presión y temperatura características de los reservorios geotérmicos profundos”.

Peter Massie, director de la Oficina de Energía Geotérmica del Cascade Institute, calificó estos resultados como “un hallazgo emocionante”. Según Massie, “el calor y la presión extremos pueden ayudar a crear mejores sistemas geotérmicos mejorados (EGS). Este estudio apoya la posibilidad de un sistema geotérmico ultraprofundo y supercrítico con un aumento significativo en la producción”.

Aunque siguen existiendo retos técnicos, como señala Garrison, el trabajo realizado por la EPFL y los experimentos en curso permitirán reducir los riesgos asociados a la perforación de estas profundidades, donde no hay margen para errores.

Pero si la prospección funciona como apuntan los experimentos, esta tecnología puede cambiar nuestra civilización para siempre. Quaise planeaba tener una planta piloto operativa en 2024 —un paso crucial para validar la tecnología fuera del entorno controlado del laboratorio— pero todavía no la ha completado. Araque afirma que, si los resultados de la planta piloto son los que esperan, la primera planta comercial podría estar funcionando en 2028. El objetivo es reconvertir centrales térmicas tradicionales, sustituyendo los combustibles fósiles por energía geotérmica profunda, lo cual permitiría eliminar la dependencia de energías intermitentes como la solar y la eólica, proporcionando una fuente constante y fiable de energía las 24 horas del día en cualquier sitio.

Fuente: elconfidencial.com

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