Actualmente Gaviria Arcila realiza, con apoyo de una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), un doctorado en el Centro de Turbinas de Gas y Sistemas de Transmisión de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido.
Como parte de su posgrado, la joven ingeniera mexicana busca entender el comportamiento del aceite dentro de las cámaras de rodamiento de las turbinas de avión.
En entrevista, la especialista indicó que “el aceite permite lubricar y enfriar, por eso es necesario entender el comportamiento del aceite dentro de esta para poder proponer mejoras”.
Destacó que la innovación de su investigación –la cual se realiza a través de simulación por computadora–, consiste en saber si el aceite se evapora o no y si se evapora, saber cómo es el proceso.
“Primero se debe comprender todo el sistema dentro de la cámara de rodamiento y después entender las propiedades del aceite y cómo reacciona el aceite dentro de esta cámara”.
Entender este proceso ayudará a que se puedan dar recomendaciones de cuánto aceite suministrar, para que haya menos pérdidas por fricción y hacer más eficientes las turbinas.
Amor por los aviones desde pequeña
Oriunda de la Ciudad de México, Dafne Gaviria Arcila es hija única, su madre es profesora de literatura y su padre es médico, y desde pequeña ella sentía una fuerte atracción por los aviones.
Su primeros acercamientos con la ciencia y la tecnología fueron experimentos y visitas a museos. “Mi mamá me compraba muchos juegos de experimentos y me llevaba a muchos museos para que yo aprendiera cómo funcionan las cosas. A partir de ahí me empezó a interesar la ciencia”.
Emocionada, recordó que la primera vez que se subió a un avión fue hace 27 años, cuando ella tenía seis años y viajó a Colombia. “Estaba emocionada y empecé a brincar en el avión porque no se sentía nada. Recuerdo que mi mamá estaba muy asustada y me decía que me quedara quieta”.
A partir de esa experiencia, Dafne se empezó a interesar mucho en los aviones ¿por qué vuelan?, ¿cuánto pesan?, ¿a qué velocidad vuelan?, ¿qué altura alcanzan?, ¿todos los aviones vuelan a la misma velocidad?, entre otras muchas interrogantes.
Orgullo azul y oro
Gaviria Arcila decidió estudiar ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), porque quería aplicar la ciencia para hacer desarrollos tecnológicos e innovadores que mejoraran la calidad de vida de la sociedad.
“Elegí ingeniería mecánica, esto resultó una sorpresa para mis papás, no se esperaban que estudiara esto pero mi mamá me dijo ‘estudia lo que quieras pero estudia’ y desde ahí no he parado”.
Recordó que al principio le costó trabajo la carrera porque “eran matemáticas puras, física y química”, además de que se tuvo que acostumbrar a trabajar solo con hombres.
“En mi salón había dos o tres mujeres, al principio es difícil acostumbrarse pero ya después uno se acostumbra a tener muchos amigos. Además, al principio me excluían por ser mujer, pero después me protegían como si fuera su hermana pequeña”.
Una mexicana en Nottingham
Primero concluyó su ingeniería, después realizó una maestría también en la UNAM y, posteriormente, con apoyo de una beca del Conacyt logró irse a estudiar su doctorado en la Universidad de Nottingham.
“Me interesó venir a esta universidad porque hay mucha vinculación con la industria. Acoge uno de los centros de investigación de Rolls-Royce, esto me llamó mucho la atención porque la experiencia que tiene este centro me ayudaría a mejorar mis conocimientos para después aplicarlos en la industria aeroespacial en México que está creciendo mucho”.
Después de que concluya su doctorado, Dafne quiere regresar a México a transferir todo el conocimiento y experiencia adquirida en Europa, para hacer crecer la industria aeroespacial.
“Creo que México puede hacer más que solo manufactura, también puede crear tecnología. Me gustaría ser parte de ese cambio y quiero poner en práctica este conocimiento adquirido, ya sea en la industria o en la academia”, finalizó.
Fuente: Conacyt Prensa