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La turbina eólica más potente del mundo será más alta que el Empire State Building y tan flexible como una palmera

Porque la carrera por construir la turbina eólica más grande del mundo no solo es una cuestión de megalomanía, sino la búsqueda de tecnologías que puedan aprovechar al máximo el potencial de los vientos de la Tierra. Una búsqueda que nos va a permitir ver cosas increíbles.

Empecemos con las cifras: 500 metros de alto, 200 metros por aspa y una capacidad de 50 megavatios. Casi nada. El proyecto SUMR de la Universidad de Virginia aún está en desarrollo, pero marca las claves de hacia dónde va la energía eólica: hacia la construcción de gigantes cada vez más grandes. Y tiene sentido.

Porque la carrera por construir la turbina eólica más grande del mundo no solo es una cuestión de megalomanía, sino la búsqueda de tecnologías que puedan aprovechar al máximo el potencial de los vientos de la Tierra. Una búsqueda que nos va a permitir ver cosas increíbles.

“Más rápido, más alto, más fuerte”

El gran reto de las energías renovables es mejorar su precio, su capacidad de producción y su eficiencia. En el caso de la energía eólica eso pasa por crear turbinas más grandes. Y así lo hemos hecho: las turbinas ya son más grandes que hace 20 años.

Pero si queremos aprovechar al máximo los vientos marinos más constantes y potentes, necesitamos turbinas más altas y con mayor «área de barrido» (el área circular cubierta por las aspas). De hecho, como comentan en el último número de Wind Energy, la relación no es lineal: si la longitud del aspa se dobla, la capacidad puede crecer hasta cuatro veces.

“Una tecnología eólica mastodóntica”

La respuesta a esto (y el siguiente paso en este camino) se llama SUMR, un proyecto coordinado por la Universidad de Virginia que trabaja para diseñar la turbina de los 50 megavatios. Para ello, trabajan con estructuras que doblan a las mayores turbinas actuales y que superan en altura a edificios como el Empire State Building.

Esta turbina tiene, además, algunos cambios de diseño. En lugar de tres cuchillas tiene dos situadas en la parte de atrás de la turbina. Habitualmente, menos cuchillas harían a la turbina menos eficiente, pero los cálculos del equipo muestran que el nuevo diseño permite equilibrar eficiencia, peso estructural y costes con este diseño.

Además, están pensadas para situarse a más de 80 km de la costa donde los vientos son más intensos. Tan intensos aquí es donde SUMR presenta su mayor innovación: las aspas son flexibles. Para diseñarlas se han inspirado en las palmeras y según sus cálculos podrían soportar vientos superiores a 253 kilómetros.

“Tras el diseño industrial, el reto ingenieril”

No obstante, aún quedan muchos problemas que resolver antes de poner en marcha la primera turbina. La mayor parte de ellos se deben a su construcción real (levantar una mole de 500 metros de altura a 80 km de la costa no tiene nada de sencillo).

En los próximos dos años, el equipo de SUMR va a ir construyendo prototipos cada vez más grandes para poner en prueba una tecnología eólica que, si triunfa, tiene el potencial de revolucionar el mundo de la energía renovable.

Fuente: innovaticias.com

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