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La mano biónica italiana que puede “imitar” la sensación del tacto

La mano biónica italiana que puede “imitar” la sensación del tacto

Una mujer siciliana recibió el implante del primer miembro superior artificial que permite obtener sensaciones similares a la natural, una especia de súper mano biónica, que logra incluso «imitar» el contacto neuronal.

«Es una demostración de cómo es posible replicar la respuesta de los receptores naturales del tacto con un buen nivel de fidelidad», dijo Silvestro Micera, coordinador de la investigación del Instituto de BioRobótica de la Scuola Sant’Anna de Pisa y titular de la Cátedra de Neuroingeniería Translacional del Politécnico de Lausana, Suiza.

De la investigación participaron también facultativos de la Universidad de Friburgo, Alemania, y la intervención quirúrgica se realizó en el Policlínico Gemelli de Roma.

«Pude experimentar una sensación extremadamente natural, que no tenía desde hace dos años y medio», le dijo a ANSA Loretana Puglisi, emprendedora de Palazzolo Acreide, Siracusa, que perdió una mano en un accidente laboral.

La operación en la que le fue implantada la nueva mano biónica, por el equipo del doctor Paolo Maria Rossini, se hizo en junio de 2017 y Puglisi la experimentó desde entonces por seis meses, hasta diciembre de ese año.

La novedad radica en el código que permite transmitir a los nervios del brazo amputado toda la variedad de percepciones que habrían recibido los receptores nerviosos en base al tacto.»No partimos desde la mano robótica, sino de la fuente de la información táctil, intentando reproducir del modo más cuidado posible la dinámica de las neuronas en los dedos en el momento en el cual una mano toca un objeto. Así le transmitimos al sistema nervioso del paciente una señal que reconoce de inmediato como natural», explicó Giacomo Valle, estudiante de doctorado e integrante del equipo.

«De este modo el mensaje que el cerebro recibe es muy natural y el paciente consigue realizar los movimientos mucho más rápido», dijo otro investigador, Alberto Mazzoni, de la Scuola Sant’Anna.

Ahora se mira hacia el futuro y «el objetivo es volver implantable el dispositivo de manera de permitir su empleo constante y cotidiano», señaló Micera.

El próximo paso para los investigadores italianos será preparar una adaptación final en tres etapas, la primera consiste en eliminar los cables ahora necesarios para comunicar las prótesis y el bolso con las baterías, sustituyéndolos por un marcapasos y una conexión inalámbrica que permitiría el uso diario, explicó Micera. El segundo objetivo es volver más eficiente la estimulación de los nervios periféricos y, por último, apuntan a desarrollar sensores táctiles capaces de proporcionar sensaciones todavía más numerosas y naturales, concluyó el coordinador del proyecto.

Fuente: clarin.com

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