Investigadores de la Universidad de Texas en Dallas y la Universidad Nacional de Seúl han desarrollado un chip de imagen que emula la visión de rayos X de Superman, destinado a su uso en dispositivos móviles. Esta innovadora tecnología permite detectar objetos en el interior de paquetes o detrás de paredes, lo que podría transformar la manera en que interactuamos con nuestro entorno. El chip permitiría, por ejemplo, a los teléfonos móviles identificar vigas, tuberías o el contenido de sobres y paquetes, además de tener aplicaciones potenciales en el ámbito médico.
En su reciente publicación en la revista IEEE Transactions on Terahertz Science and Technology, los científicos han abordado uno de los mayores desafíos de este proyecto: miniaturizar la tecnología para que sea apta para dispositivos móviles sin comprometer la calidad de la imagen. Dr. Kenneth K. O, director del Centro de Excelencia en Análogico de Texas (TxACE), destacó que, a diferencia de los rayos X, este chip utiliza señales en el rango de 200 a 400 gigahercios, que son seguros para los seres humanos. Este avance es el resultado de 15 años de investigación que ha mejorado el rendimiento de los píxeles en 100 millones de veces, combinando técnicas de procesamiento de señal digital.
La tecnología ha sido diseñada con la privacidad en mente, limitando su uso a distancias cortas, aproximadamente a una pulgada de un objeto. Esto significa que cualquier intento de escanear el contenido de un bolso, por ejemplo, requeriría que el ladrón estuviera tan cerca que la víctima notaría la acción. En futuras iteraciones, se espera que el chip pueda capturar imágenes a hasta cinco pulgadas de distancia y mejorar la visualización de objetos más pequeños. Este chip emite señales de 300 GHz en la banda de ondas milimétricas, un rango de frecuencias electromagnéticas que es invisible para el ojo humano y considerado seguro. Sin duda, el desarrollo de este chip representa un hito en la tecnología de imágenes, abriendo nuevas posibilidades para su aplicación en diversos campos.
Fuente: larepublica.es