Icono del sitio

Generan por vez primera tejido cardíaco mediante bioimpresión 3D

Actualmente, la ingeniería de tejidos cardíacos es una vía muy prometedora en la búsqueda de nuevas terapias cardiovasculares. Mediante esta técnica, se podrían fabricar pedazos de miocardio que se implantarían en la zona afectada del corazón del paciente para ayudarle a recuperar su funcionalidad. Este campo de investigación ha avanzado a gran velocidad durante las últimas dos décadas y se ha conseguido cultivar cardiomiocitos y células endoteliales con éxito. Sin embargo, la técnica del cultivo en placa no permite recrear el miocardio con toda su complejidad, especialmente a nivel vascular, lo que impide su viabilidad in vivo: sin una extensa red microvascular que aporte suficiente sangre y nutrientes, el tejido no puede madurar correctamente, acaba haciendo fibrosis y muriendo. Mediante otras técnicas como la bioimpresión 3D, sí es factible generar tejidos más complejos, ya que con la bioimpresora se puede controlar la disposición de varias capas a lo largo de los tres ejes espaciales y utilizar biomateriales variados.

Ahora, en un nuevo estudio, un equipo de investigación del RegenBell ha generado por bioimpresión 3D un pedazo de tejido de miocardio que, por primera vez, puede crecer, madurar y sobrevivir a largo plazo dentro de un hospedador, en este caso, un modelo animal. La primera firmante del estudio es Léa Pourchet.

RegenBell es el programa de medicina regenerativa del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ubicado en Hospitalet de Llobregat y que es una de las instituciones CERCA de la Generalitat de Cataluña.

Hasta ahora, estudios similares habían conseguido una supervivencia del tejido de dos semanas, pero este luego moría por falta de nutrientes. Gracias a la bioimpresión 3D, los investigadores han podido poner capas de pequeños vasos sanguíneos que han permitido la correcta integración con el sistema circulatorio del hospedador, garantizando así la circulación de sangre en todo el tejido implantado y su supervivencia. «Hemos podido observar y grabar a través del microscopio cómo el pedazo de miocardio latía correctamente y cómo se habían generado nuevos vasos sanguíneos» explica Laura Casado, investigadora del RegenBell y coautora del nuevo estudio.

Habiendo obtenido estos resultados tan positivos en modelos animales, los investigadores confían en que, en un futuro no muy lejano, este parche de miocardio podría representar una nueva terapia para pacientes con problemas cardiovasculares. «Queremos aplicar este pedazo de tejido cardíaco encima de la zona del corazón afectada para que recupere la funcionalidad y vuelva a latir correctamente» explica el Dr. Ángel Raya, coautor del estudio y coordinador del RegenBell. Respecto a su aplicación clínica, el Dr. Raya concreta que «Para poder llevar esta terapia al primer paciente, estimamos que serían necesarios unos cuatro años más de investigación y la colaboración con otros centros de investigación. Hemos solicitado un proyecto europeo pero no nos lo han concedido, por lo tanto, tendremos que buscar otras vías para sacarlo adelante».

La receta perfecta: las biotintas y la técnica de impresión

Para generar tejido cardíaco con bioimpresión 3D hace falta un buen protocolo: como si hiciéramos un pastel, hay que encontrar los mejores ingredientes y técnicas, es decir, los componentes de las biotintas y la disposición de capas que den una buena estructura y estabilidad al tejido. En este caso, los investigadores han descubierto la mejor fórmula para fabricar el tejido cardíaco: poner tres capas de biotinta muscular entre dos capas de biotinta vascular, en una disposición concreta.

Para empezar, han perfeccionado la receta base de la biotinta, que consiste en cuatro ingredientes básicos: gelatina, fibrinógeno, ácido hialurónico y mTG. La gelatina proporciona la consistencia y plasticidad adecuadas, siendo muy útil en bioimpresión. El fibrinógeno y el ácido hialurónico cumplen la misma función que en la matriz extracelular: dan estructura, flexibilidad y apoyo a las células. Por último, la transglutaminasa microbiana (mTG) es una enzima que promueve la creación de enlaces entre capas de células, esencial para la estabilidad del tejido una vez implantado in vivo. A partir de esta base, se pueden generar las dos tintas por separado. Por un lado, a la biotinta muscular hay que añadir los cardiomiocitos, en este caso obtenidos a partir de células madre pluripotentes inducidas. Para conseguir la biotinta vascular, se utilizarán microfragmentos vasculares provenientes del tejido adiposo del propio hospedador mediante liposucción.

El RegenBell: medicina regenerativa puntera gracias al trabajo en equipo

Este estudio es resultado de cuatro años de trabajo en equipo por parte del grupo de potencia de células madre del RegenBell en colaboración con otros grupos del mismo programa. Todos ellos se muestran muy satisfechos con los resultados y recuerdan la importancia de la investigación básica, es decir, aquella que no tiene una aplicación directa, para poder encontrar nuevas terapias en un futuro. «Sin todo el conocimiento previo sobre el miocardio y su vascularización, ahora la medicina regenerativa no hubiera podido aprovechar los avances tecnológicos como la bioimpresión 3D y la orientación clínica para encontrar nuevos tratamientos personalizados. Además, estudios como este también nos ayudan a conocer aún mejor la biología del tejido cardíaco» explica el Dr. Raya.

En este estudio, los cardiomiocitos han sido obtenidos de células madre pluripotentes inducidas provenientes del nodo IDIBELL del Banco Nacional de Líneas Celulares, pero, de cara a la potencial aplicación en humanos, se prevé que el tejido cardíaco se pueda generar con células inmunocompatibles y así evitar el posible rechazo inmunitario. En este sentido, el grupo de terapia con células madre pluripotenciales del IDIBELL está liderando el HAPLO-iPS, un proyecto europeo que pretende crear un banco de células madre pluripotentes inducidas inmunocompatibles con una gran parte de la población que proporcionarán múltiples aplicaciones biomédicas.

El estudio se titula “3D bioprinting of human iPSC-derived cardiac constructs with microvascular network support for improved graft survival in vivo”. Y se ha publicado en la revista académica Biofabrication.

Fuente: noticiasdelaciencia.com

Salir de la versión móvil