El equipo ha pedido aprobación a la FDA para publicar las instrucciones necesarias para mecanizar un resucitador manual tipo Ambú. Aunque solo podrá ser fabricado por gente cualificada y usado por profesionales médicos, podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte cuando no haya otra opción
Un equipo de investigadores del MIT (EE. UU.) está a punto de hacer público el diseño en código abierto de un respirador artificial de bajo coste que podría ayudar a los pacientes de coronavirus (COVID-19) que sufren graves problemas respiratorios.
El dispositivo motorizado comprime automáticamente el sistema manual de ventilación Máscara de Bolsa-Válvula (también conocida como BVM o bolsa-autoinflable Ambú), un tipo de resucitador manual utilizado en ambulancias para ayudar a los pacientes con problemas respiratorios y que está ampliamente disponible. El diseño podría hacerse público gracias a que un gran número de ingenieros, estudiantes de medicina y aficionados han intentado construir o compartir especificaciones para crear versiones improvisadas de respiradores cuya calidad y seguridad son desconocidas, en medio de los crecientes temores por la alarmante escasez de estos aparatos a medida que aumentan los casos de coronavirus.
Recientemente, el equipo lanzó una página web para presentar el Proyecto de Respirador de Emergencia del MIT, o E-Vent. En ella, afirman que han enviado el dispositivo a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) para obtener la “Autorización de Uso en Emergencia”. La semana pasada, en MIT Technology Review recibimos un aviso de que el equipo tenía intención de probar el aparato en cerdos, aunque se sabe cuáles fueron los resultados.
Tampoco está claro si el equipo ha respondido completamente a la pregunta fundamental del proyecto: “¿Es posible realizar una ventilación segura a un paciente con COVID-19 con un resucitador manual automatizado?” Si la respuesta resulta afirmativa, la publicación de los diseños, de los resultados de las pruebas y de la relacionada información médica permitirá que cualquiera con la capacidad y la experiencia necesaria pueda producir respiradores fiables, seguros y asequibles.
Aun así, la página web hace hincapié en que el dispositivo solo debe usarse bajo la supervisión de profesionales médicos capacitados, y en ningún caso podría sustituir la “funcionalidad, flexibilidad y eficacia clínica” de los respiradores oficiales de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). “El objetivo del MIT E-Vent consiste en liberar los aparatos existentes o en ser utilizados en casos de vida o muerte cuando no hay otra opción”, añaden en la página web.
El proyecto empezó hace aproximadamente una década, cuando un grupo de estudiantes del curso de Diseño de Máquinas de Precisión del MIT desarrolló un prototipo de prueba de concepto de la máquina, bajo la supervisión del experto del Centro Médico de la Universidad de Boston (EE. UU.) Jussi Saukkonen. El equipo publicó un artículo sobre este dispositivo, pero nunca pasaron a la fase de producción.
Lo diseñaron principalmente como herramienta para áreas rurales en países en desarrollo, donde sufren altos niveles de problemas respiratorios crónicos y cuyo acceso a respiradores mecánicos es muy limitado. Pero, incluso entonces, notaron que también podría desempeñar un papel importante en caso de una pandemia a gran escala como la que estamos viviendo.
En aquel entonces, el grupo estimó que cada dispositivo costaría alrededor de 100 dólares (92 euros), en comparación con decenas de miles de euros que cuestan las versiones estándar en hospitales. Aunque el equipo actual menciona los diseños originales, han hecho mejoras adicionales para garantizar que ahora sea más fácil de fabricar y usar de manera fiable. La página web destaca que la nueva versión es dura e incorpora un marco de metal.
Los nuevos esfuerzos para producir más respiradores aparecen después de que los brotes en Italia, China, España e Irán hayan saturado los sistemas hospitalarios y, según los informes, han obligado a tomar decisiones de vida y muerte por parte de los profesionales médicos. Los fabricantes existentes están buscando formas de acelerar su capacidad producción. La compañía de respiradores Ventec Life Systems está colaborando con el gigante automotriz GM para impulsar la fabricación como parte de una “respuesta coordinada del sector privado” llamada StopTheSpread.org (Detener el contagio, en inglés). Por su parte, GE Healthcare también está trabajando con Ford para acelerar la producción de respiradores.
Fuente: technologyreview.es