El sistema Hövding se asemeja a la capucha de una chaqueta de invierno, rodeando el cuello de su usuario con la cremallera cerrada hasta arriba, y cuando se despliega envuelve toda la cabeza.
Este ‘casco inflable’ no protege a la persona de la lluvia, la nieve o el viento, sino de impactos que pueden causar lesiones o la muerte.
El protector Hövding se lleva puesto como un collar y tiene en su interior una serie de sensores y dispositivos electrónicos que registran los movimientos del cuerpo mientras circula.
También se compone de un programa informático que procesa los datos registrados y un algoritmo (secuencia de instrucciones) que activa el inflado de la bolsa de aire, así como un sistema de trasmisión inalámbrica.
El dispositivo registra los movimientos del ciclista 200 veces por segundo, y si se accidenta, el ‘airbag’ situado dentro del collar se infla en 0,1 segundos, manteniendo el cuello del ciclista en su lugar, encerrando la cabeza y protegiéndola de lesiones, además de notificar por mensaje de texto a sus contactos seleccionados previamente.
Si, por ejemplo, el ciclista choca contra un vehículo que se cruza repentinamente en su trayectoria y sale proyectado, su ‘airbag’ se infla mientras el usuario está en el aire, y cuando cae e impacta contra el asfalto u otra superficie, ya está inflado, protegiendo su cráneo, cuello y cerebro.
Este sistema está aprobado por la normativa de la Comunidad Europea y avalado por estudios y pruebas de reconocidos centros de investigación y organizaciones internacionales, como los Institutos de Investigación de Suecia (Rise), la Universidad de Stanford (EE. UU.), la compañía de seguros Folksam y la Sociedad Alemana de Ortopedia y Trauma, (DGOU).
Según la compañía sueca, las pruebas de Stanford mostraron que esta tecnología proporciona hasta ocho veces mejor protección contra lesiones cerebrales que un casco de bicicleta tradicional.
Por su parte, las pruebas de Folksam mostraron que en una colisión con un vehículo o una caída sobre el asfalto con este ‘airbag’, el riesgo de una lesión grave en la cabeza es de solo del 2 por ciento y el riesgo de una lesión mortal, inexistente.
“La tercera generación de este protector para ciclistas urbanos, el Hövding 3, que acaba de lanzarse en Malmö (Suecia), es más fácil de usar, se puede ajustar en tamaño e incorpora tecnología de ‘airbag’ más avanzada y conexión inalámbrica”, explica Fredrik Carling, director ejecutivo (CEO) de Hövding.
También señala que los Hövding 1, 2 y 3 los utilizan alrededor de 185.000 ciclistas, entre los cuales más de 4.000 han reportado haber sido protegidos por este ‘airbag’ durante un accidente.
Nueva versión
Basándose en los comentarios de los usuarios de las primeras dos versiones y la recopilación de datos sobre el tráfico ciclista y los conductores de bicicletas, se han incorporado algunos avances a la tercera versión para aumentar su comodidad y seguridad.
Esta última tiene un nuevo ‘airbag’ y un algoritmo mejorado; además, la duración de la carga de su batería, que se efectúa en dos horas mediante un cable USB, se ha extendido para poder acompañar unas 15 horas de ciclismo activo.
Esta versión puede conectarse mediante bluetooth a un teléfono inteligente y a una aplicación que le permite al ciclista conocer la distancia que ha recorrido y la carga de la batería; y al fabricante, recopilar datos sobre los lugares donde circulan más ciclistas y hay más accidentes.
Esta conexión inteligente ofrece la función ‘en caso de emergencia’, que permite enviar automáticamente un mensaje de texto a los parientes cercanos, indicando que hubo un accidente con inflado del ‘airbag’ y las coordenadas del lugar donde ocurrió.
“Hövding está diseñado para usarse con bicicletas estándar, eléctricas y con ruedas pequeñas, incluidas las plegables, y puede utilizarse con las de carreras, aunque está ergonómicamente optimizado para una posición más erguida”, explica Anna Holm, directora de comunicaciones de la organización.
Añade que su algoritmo se basa en patrones extraídos de un extenso volumen de datos sobre los movimientos de los ciclistas y accidentes de bicicleta, para lo cual se filmaron más de 3.000 accidentes con especialistas y más de 2.000 horas de ciclismo, analizando las características de las caídas y los accidentes.
“Estos análisis, sumados a nuestra base de datos de patrones de movimiento en accidentes, nos dieron buenos indicadores de cuándo y de qué manera se cae un ciclista”, concluye Holm.
Innovación en seguridad
Además del ‘airbag’, estos cuatro accesorios les permiten a las ciclistas tener mayor seguridad mientras se desplazan por las vías:
Laserlight Core: un dispositivo que proyecta en la carretera, a seis metros por delante, el símbolo de una bicicleta, aumentando la visibilidad del ciclista y avisando a los vehículos que van a su alrededor.
Guantes Zackees: con un panel led de 54 lúmenes que se activa con los dedos y le permite al ciclista avisar al vehículo de atrás la dirección que va a tomar.
Revolights: un sistema de iluminación para bicicletas que se coloca en las ruedas y sirve como luces traseras, de frenos e intermitentes.
Loud Mini: una bocina para bicicletas, creada por un grupo de ciclistas, que suena igual a la de un carro, con un tamaño reducido y fácil de llevar.
Fuente: eltiempo.com