La lectura cambió su vida
Originario de El Espinal, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, el joven científico cuenta que lo que marcó su vida fue la lectura. “Lo que me cambió el mundo fue leer en la secundaria ‘Cazadores de Microbios’, de Paul De Kruif, desde entonces mi sueño era estudiar microbiología”, afirma.
No quería volverse químico farmacéutico, ni químico biólogo. Gracias a su mentor, José Trinidad Sánchez Vega, investigador del Departamento de Microbiología y Parasitología de la UNAM, Cabrera Fuentes encontró una beca para estudiar microbiología molecular en la Universidad Estatal de Kazán, en la República de Tartaristán, a unos 800 kilómetros al este de Moscú.
Ahora trabaja en el equipo del renombrado investigador alemán Klaus Preissner, en la Universidad de Giessen. A través de un intercambio con la Universidad de Barcelona, se formó clínicamente en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, lo que le permite hacer estudios clínicos poblacionales en pacientes. Eso facilitó el desarrollo de un sencillo tratamiento para prevenir la muerte en casos de infarto y realizar estudios clínicos en varios países europeos.
La administración de oxígeno, clave en casos de infarto
“Un infarto se produce porque se cierra una arteria. Lo primero que ocurre es que todas las células alrededor mueren. Pero según el principio de evolución de la Teoría de Darwin, todo evoluciona, entonces muchas células se adaptan y en vez de morir empiezan a vivir con la falta de oxígeno. Por eso hablamos de una ventana de unas 10 o 12 horas máximo. Al término del cual la arteria se tiene que abrir, pero cuando el cardiólogo reabre la arteria estas células se mueren por un exceso de oxígeno”, explica.
Su descubrimiento es muy sencillo. “Se utiliza un baumanómetro, que casi en todos los hogares lo tenemos, lo aplicamos en uno de los brazos del afectado, lo inflamos hasta 200 milímetros de mercurio por 5 minutos. Se infla y se desinfla y este ciclo de inflado y desinflado se repite cuatro veces. Es un tiempo de 40 minutos. Lo que hacen es que estos pequeños lapsos de falta de oxígeno es que las otras células se empiezan a defender”.
El método previene la muerte celular, lo que ofrece mayores oportunidad de vida. Ahora se va a poner en práctica en Europa. “Se aplica cuando la ambulancia llega al hogar por el paciente infartado y lo traslada al hospital. Son 40 o 45 minutos en los que lo que se hace es prevenir la muerte en la reapertura de las arterias. Si el infarto se incrementaba de un 20 por ciento a un 30 por ciento, lo que produce un mayor número de muertes, con este método se queda en un 20 por ciento. Salvamos vidas y mejoramos la calidad de vida del paciente”.
El científico añade que esta sencilla innovación puede servir mucho a sus compatriotas. “México tiene un alto nivel en muertes por infartos”.
Fuente: dw.com