El método proporciona una resolución estadística sin precedentes para estudiar el proceso de envejecimiento analizando el comportamiento de los nematodos
¿Por qué unas personas envejecen antes que otras? ¿Cómo se puede medir la edad biológica, no la cronológica? Científicos del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona han creado una “máquina de longevidad”, que busca biomarcadores del envejecimiento, de momento en gusanos.
El método de la ‘máquina de longevidad’, cuyos resultados publica este jueves PLOS Computational Biology, proporciona una resolución estadística sin precedentes para estudiar el proceso de envejecimiento analizando el comportamiento de los nematodos, desde que nacen hasta que mueren.
La investigación sugiere que existe una “jerárquica invisible que regula el proceso de envejecimiento” y, según el jefe de investigación de Biología de Sistemas del CRG, Nicholas Stroustrup, dieta, ejercicio y estrés afectan a la esperanza de vida, pero los procesos subyacentes que impulsan el envejecimiento “siguen siendo un misterio”.
“Nuestras células no entienden nada del tiempo cronológico. Nuestros órganos y tejidos pueden envejecer más rápida o lentamente”, independientemente de los años reales de vida y del cuidado que tengamos durante ellos, agrega.
Por esta razón, la ciencia busca desarrollar métodos para medir la ‘edad biológica’ de nuestras células, unos biomarcadores de envejecimiento que podrían revolucionar la medicina y empezar a tratar el envejecimiento en sí.
Hasta ahora, no se ha validado ninguna prueba que mida la edad biológica de manera precisa y altamente predictiva, en parte porque seguir todos los biomarcadores de toda la vida a muchas personas es prácticamente imposible.
Por eso, para comprender los componentes irreductibles del envejecimiento, los investigadores han recurrido al gusano C. elegans, que vive un promedio de dos semanas, lo que facilita la recopilación de datos.
C. elegans comienza la etapa adulta explorando vigorosamente su entorno hasta que disminuye la velocidad y deja de arrastrarse, una etapa conocida como cese de movimiento vigoroso (VMC por sus siglas en inglés), que es un biomarcador del envejecimiento y un indicador de la salud.
Para entender por qué sucede esto y qué significa para el proceso de envejecimiento en los humanos, los investigadores han creado ‘la máquina de la longevidad’, un dispositivo que puede seguir la vida y la muerte de decenas de miles de gusanos a la vez.
Consiste en que los gusanos viven en una placa de Petri bajo la atenta mirada de un escáner que les monitoriza toda su vida y generan imágenes de los nematodos una vez por hora durante meses para recopilar datos a una resolución y escala estadística enorme.
Así, los investigadores han descubierto que los nematodos tienen al menos dos procesos de envejecimiento parcialmente independientes al mismo tiempo: uno que determina el VMC y el otro marca el momento de la muerte.
Cada gusano tiene, al menos, dos edades biológicas distintas gracias a controlar su tasa de envejecimiento y esperanza de vida promedio en cada placa de Petri, donde la esperanza de vida de los gusanos osciló entre dos semanas y unos pocos días.
Los seres humanos son más complejos, por lo que es probable que tengan un número mayor de edades biológicas, según los científicos, que han visto cómo múltiples procesos de envejecimiento, en su mayoría independientes, pueden funcionar en conjunto para hacer que diferentes partes del animal envejezcan a diferentes ritmos.
Los hallazgos sugieren la existencia de una cadena de mando invisible, o estructura jerárquica, que regula los procesos de envejecimiento de los gusanos y cuyos mecanismos aún no se han descubierto.
Fuente: EFE