Este avance tecnológico del tamaño de una moneda ha sido desarrollado por científicos del MIT y de Caltech envía su ubicación en tiempo real mientras se desplaza por el tracto gastrointestinal. Podría erigirse en la gran alternativa al uso de sondas
¿Se imaginan que un médico pudiese detectar una dolencia en sus intestinos sin necesidad de utilizar una sonda? ¿Se imaginan que el nuevo método consistiese en tragarse únicamente una píldora del tamaño de una moneda de cuarto de dólar? Pues esta idea está cada vez más cerca de convertirse en realidad, gracias a la investigación desarrollado conjuntamente entre investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y del Instituto Tecnológico de California (Caltech).
Se trata del sensor ingerible que han desarrollado y que envía su ubicación en tiempo real mientras se desplaza por el tracto gastrointestinal. Su finalidad es que los médicos puedan identificar y diagnosticar enfermedades de este tipo con mayor facilidad y sin necesidad de aplicar técnicas invasivas para el paciente, como los sondajes.
Con unas dimensiones cercanas a un centímetro, el dispositivo funciona detectando un campo magnético a través de una bobina electromagnética. Dicha bobina se encuentra fuera del cuerpo del paciente y su fuerza varía según la distancia entre el sensor ingerido y esta. Mediante esta técnica, se busca facilitar la identificación de males como la motilidad gastrointestinal -es decir, el estreñimiento-, pero también la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la gastroparesia.
Las claves del estudio
El estudio científico de la alianza del MIT y Caltech ha sido publicada en la revista especializada Nature Electronics. En líneas generales, la gran conclusión es que los científicos han podido demostrar que mediante esta técnica podían rastrear el trayecto realizado por el sensor.
“Muchas personas en todo el mundo sufren dismotilidad gastrointestinal o motilidad deficiente, y tener la capacidad de monitorearla sin tener que ir a un hospital es importante para comprender realmente lo que le está sucediendo a un paciente”, ha señalado Giovanni Traverso, catedrático adjunto de Ingeniería Mecánica Karl van Tassel del MIT y gastroenterólogo del Brigham and Women’s Hospital, en una cita recogida por El Mundo.
El gran objetivo del proyecto era el de poder desarrollar una cápsula que el paciente sencillamente se tragase para realizar monitoreos a distancia. De hecho, las pruebas apuntan a que también podrá ser utilizado en animales grandes, puesto que este fue el sujeto utilizado en las pruebas. En dicha fase, se comprobó que las mediciones tenían una precisión de una resolución de aproximadamente 2 milímetros, mayor por ejemplo a la obtenida por rayos X.
Fuente: huffingtonpost.es