Los autores de esta investigación emplearon electroencefalogramas tomados durante el sueño y los cotejaron con otros indicadores tempranos del alzhéimer para detectar patrones característicos
El alzhéimer, la más común de las enfermedades neurodegenerativas, es una condición muy compleja en la que interviene multitud de factores que hasta ahora los científicos no han conseguido comprender completamente. En la actualidad no existe una cura, pero sí que es posible poner marcha estrategias que ralentizan su progresión.
Actividad eléctrica característica en el cerebro
Por ello, una parte muy importante de la investigación científica sobre la patología se dedica a encontrar métodos para detectar la enfermedad de manera temprana. Recientemente, un estudio ha investigado de qué manera ciertos patrones en las ondas cerebrales se correlacionan con otros indicadores de la enfermedad. Gracias a ello, han podido desarrollar un dispositivo wearable simple que mide la actividad eléctrica del cerebro, sirviendo efectivamente para distinguir estos patrones que podrían indicar la presencia de la enfermedad.
Tal y como explican estos autores en el medio especializado Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association, para lograr estos resultados diseñaron un experimento sobre 205 adultos mayores, a los que se les realizó un electroencefalograma de un único canal durante el sueño, con el fin de medir la actividad eléctrica de sus cerebros durante el sueño, empleando la banda frontal desarrollada a tal efecto.
Posteriormente, estudiaron de qué modo los patrones de las ondas cerebrales de estas personas se alineaban estadísticamente con otros indicadores conocidos del alzhéimer temprano, a fin de averiguar en qué grado la actividad eléctrica del cerebro durante el sueño puede emplearse como marcador de la enfermedad en sus primeras fases.
Una vía para nuevos métodos de detección
De esta forma, los investigadores efectivamente detectaron que ciertos patrones de EEG se asociaban con el deterioro cognitivo, incluso aunque fueran efectos sutiles.
El enfoque tiene algunas limitaciones importantes, teniendo en cuenta además que el estudio se realizó sobre pacientes de una cohorte específica, con lo que es difícil generalizar los hallazgos. Igualmente, el número de participantes es relativamente bajo.
A pesar de ello, se trata de evidencia valiosa que apunta a que existen relaciones entre determinados patrones de actividad eléctrica del cerebro y el alzhéimer incluso en sus primeras fases, alumbrando una vía novedosa para el desarrollo de diferentes dispositivos o métodos de detección.
Fuente: 20minutos.es