Una gran impresora 3D, de 12 metros de alto y 7 de ancho, es capaz de crear una casa ecológica en 10 días y con un coste total que no llega a los mil euros, según el tecnólogo italiano Gianluca Pugliese, que participa en el festival de tecnologías creativas de Bilbao.
Los autores de esa casa, la empresa italiana Wasp3D, han comenzado la creación de Sahmballa, suproyecto de construcción de un pueblo entero con impresoras 3D (en Italia). Ya tienen la primera de las casas, y el próximo año crearán varios módulos para empezar a construir el resto del pueblo.
Así lo explica en una entrevista el socio de Wasp y experto en fabricación digital e impresoras 3D Gianluca Pugliese, quien participa este fin de semana en la sexta edición del Festival de Tecnologías Creativas Maker Faire, que tiene lugar en Bilbao.
Pugliese detalla que la casa se construye en “un proceso totalmente natural”, utilizando barro, paja, agua, arena y añadiendo harina de arroz. Desde el principio han pensado en sus casas para llevarlas a zonas de emergencia, donde haya ocurrido una catástrofe.
Moldea las casas una enorme impresora 3D de 12 metros de alto y 7 de ancho. En esta ocasión, “a diferencia de la construida en 2016”, han introducido en la casa puertas y ventanas. Pugliese explica que se necesita un equipo de cuatro personas para montar la máquina, para lo que se tardan dos días, y en diez días la casa está ya totalmente construida.
El resultado es la estructura de una casa de 22 metros cuadrados, a la que luego se le añade el tejado, adaptándolo a los requisitos urbanísticos del sitio donde se ubica la casa.
El socio de Wasp destaca que su principal ventaja es que no se utiliza el cemento en ningún momento, algo que “ayuda mucho, porque en muchos lugares es imposible”. Además, no hay que mover camiones para el transporte de materiales, ya que se pueden obtener “in situ”.
Pugliese detalla que con esta fabricación se puede “excavar un agujero, coger el barro de ahí y el mismo agujero se convierte en un lago, que va alimentando un jardín hidropónico”. Así se consigue una economía circular, “una pequeña economía perfecta”.
La empresa italiana también ha construido el primer carenado de moto (el revestimiento externo) creado por una impresora 3D con fibra de carbono y nailon. Este proyecto se realizó con una empresa italiana que hace motos eléctricas y a la que sus clientes le piden una moto “totalmente personalizada”. Por eso necesitan a Wasp, ya que la “única manera de hacer un carenado cada vez diferente es imprimirlo en 3D, para evitar todos los costes de los moldes”.
Este año van a presentar dos líneas nuevas de impresoras. La primera es una línea de cerámica, para mejorar el sistema de artesanía. La segunda es una línea de impresora para industria, pensada para “trabajar con materiales técnicos”, directamente en productos finales, según concreta Pugliese.
Fuente: antena2.com