Un grupo de patitos de hule perdidos en el mar ayudaron a un par de científicos a trazar y predecir las corrientes marinas
En 1992, el carguero Ever Laurel tuvo un accidente en su ruta que cubría el Océano Pacífico de Hong Kong a Tacoma, Washington, y perdió 12 contenedores en medio del mar.
Uno de los contenedores llevaba 28,800 juguetes de plástico de la empresa The First Years. El paquete incluía castores rojos, ranas verdes, tortugas azules y miles de patos de hule amarillos que se volvieron náufragos.
Sin saberlo, The First Years fabricó patitos de hule que contribuyeron accidentalmente a un experimento natural que hasta la fecha es útil.
Diez meses después del accidente de Ever Laurel, diez juguetes aparecieron en la costa de Sitka, Alaska, a 3,200 kilómetros de donde ocurrió el naufragio.
Los juguetes encontrados fueron una buena noticia para Curtis Ebbesmeyer y James Ingraham, un par de investigadores que llevaban años estudiando el movimiento del mar y llevaban tiempo rastreando un cargamento de tenis Nike que corrieron la misma suerte de los patitos.
Ebbesmeyer e Ingraham estudiaban las dinámicas oceánicas dejando botellas a la deriva para hacer una predicción de su movimiento; sin embargo, la tasa de recuperación de las botellas era de 2% y solo arrojaban entre 1,000 y 1,500, por lo que sus experimentos no eran exactos.
El cargamento perdido de Nike podía ser de gran ayuda, pero los tenis tenían muchos problemas de degradación y el experimento tampoco funcionó. Así que su salvación fueron los patitos de hule.
Doce días después de los primeros patos recuperados, encontraron 20 patos más y en los próximos meses aparecieron 400 solamente en Alaska.
El hallazgo merecía la pena ser estudiado y, basados en análisis previos, los investigadores hicieron predicciones sobre a dónde llegarían el resto de patos perdidos.
Primero acertaron al decir que algunos patos llegarían a las costas de Washington en 1996. Después, su modelo predijo que, entre julio y diciembre de 2003, otros tantos aparecerán en Atlántico Norte después de atravesar el estrecho de Bering, y así ocurrió.
Los juguetes terminaron en Canadá, Estados Unidos, Islandia y otras partes del mundo. Los patos no solo sirvieron como experimento científico, también fueron una estrategia de marketing de The First Years para hacer descuentos a quienes encontraran uno de sus náufragos.
En el 2004, decenas de patos aparecieron en el Atlántico en las costas de Estados Unidos y Europa.
Gracias al casual experimento, los científicos crearon sistemas de simulación de corrientes oceánicas para predecir las dinámicas del mar. Estos sistemas sirven para guiar barcos, diseñar viajes largos y encontrar naufragios.
Los patitos de hule podrían parecer un juguete simple, pero un accidente los convirtió en un objeto de gran ayuda para la ciencia.
Fuente: vix.com