Investigadores que estudian datos del satélite chino DAMPE (Dark Matter Particle Explorer) ha medido protones de rayos cósmicos hasta la energía de 100 TeV con alta precisión por primera vez.
Hace cuatro años, el gobierno chino lanzó en órbita el telescopio satelital DAMPE (apodado Wukong por el Rey Mono, un héroe de cuento chino). Su misión declarada es triple: estudiar las propiedades de la materia oscura observando más de cerca rayos gamma de alta energía y electrones; estudiar los posibles orígenes de los rayos cósmicos analizando cuidadosamente los núcleos pesados y los electrones de alta energía; y finalmente, estudiar la naturaleza de la propagación y aceleración de los rayos cósmicos.
Los científicos creen que la mayoría de los rayos cósmicos son producidos por explosiones de supernovas. Y la investigación previa ha demostrado que la mayoría de los rayos cósmicos son en realidad piezas de núcleos atómicos, y se ha encontrado que todos los elementos de la tabla periódica están presentes en ellos.
Aproximadamente el 90 por ciento de los rayos cósmicos que alcanzan la Tierra son en realidad núcleos de átomos de hidrógeno (protones). Los científicos también han descubierto que los caminos que los rayos cósmicos toman para llegar a nosotros se ven afectados por una variedad de factores, como los campos magnéticos, por lo tanto, es difícil, si no imposible, determinar su fuente. Para aprender más sobre las posibles fuentes, los científicos observan los espectros de rayos cósmicos.
En este nuevo esfuerzo, publicado en Science Advances, los investigadores se han centrado en los rayos cósmicos de protones. Al estudiarlos con mayor precisión que los esfuerzos anteriores, han encontrado casos de cambios de protones que aumentan en cientos de miles de millones de electronvoltios y luego caen a niveles tan bajos como 14 TeV. Esto es evidencia de rayos cósmicos con características espectrales únicas, según los investigadores.
Sugieren además que la fuente de tales características espectrales podría ser local, aunque reconocen que también podría originarse de otra cosa. Incluso sugieren que es posible que haya múltiples tipos de fuentes en la Vía Láctea que generan diferentes espectros.
Fuente. EP