Un nuevo género y especie de hongo descubierto en Brasil se distingue por que sólo forma simbiosis con plantas autóctonas del país.
En concreto, un equipo internacional de científicos en el que participa la investigadora española María P. Martín, del Real Jardín Botánico (RJB-CSIC), ha identificado el nuevo género de hongo, ‘Longistriata’, y su especie tipo, ‘Longistriata flava’.
Este nuevo hongo, publicado en la revista ‘Mycokeys’, se localiza en la mata atlántica del noroeste de Brasil, uno de los tipos de bioma más amenazado en el neotrópico y con un alto grado de endemismo. ‘Longistriata flava’ se localizó en la Reserva Biológica de Guaribas junto con plantas de los géneros ‘Coccoloba’ (‘Polygonaceae’) y ‘Guapira’ (‘Nyctaginaceae’) en suelo arenoso pobre en nutrientes.
El género ‘Longistriata’, como casi todos los que se integran en el orden de ‘Boletales’, es micorrícico y su singularidad e interés es que forma las micorrizas con plantas autóctonas de Brasil. El género se caracteriza por formar cuerpos fructíferos (basidiomas) globosos y por su hábito hipogeo, es decir los basidiomas se desarrollan enterrados en el suelo.
«Encontrar hongos hipogeos de este grupo no es tarea fácil ya que, en general, no tienen un olor peculiar que nos pueda indicar su localización, como en el caso de otros géneros hipogeos (por ejemplo, las trufas). Sin embargo, gracias al color amarillo intenso del peridio –la capa protectora que encierra la masa de esporas–, de ‘Longistriata flava’ se pudieron localizar distintos ejemplares», señala María P. Martín, que forma parte del equipo internacional de científicos que ha llevado a cabo el descubrimiento.
Como resultado del análisis filogenético se ha comprobado que la especie ‘Longistriata flava’ es filogenéticamente hermana de ‘Mackintoshia persica’, especie descrita de Zimbabwe (África). La nueva especie se diferencia de su pariente africano por caracteres macroscópicos y microscópicos. ‘Longistriata flava’ tiene un basidioma que presenta un pie (estípite) corto y las esporas son subglobosas y ornamentadas con estrías longitudinales, mientras que en ‘Mackintoshia persica’ los basidiomas no tienen estípite y las esporas son lisas.
Se estima que hay entre un millón y medio y cinco millones de especies de hongos en el mundo, de las que se han descrito solo unas 120.000. Muchas de las especies por descubrir, probablemente, se encuentran en los bosques tropicales.
«Los hongos como ‘Longistriata flava’ que forman simbiosis con las raíces de plantas (micorrizas) son fundamentales para el crecimiento y desarrollo de las plantas en suelos pobres», señala la investigadora española, que considera «urgente» financiar estudios taxonómicos y de sistemática para poder llegar a conocer la biodiversidad de la Tierra y fomentar entre los jóvenes estos estudios.
Fuente: europapress.es