Investigadores de la Universidad de Kobe (Japón) han descubierto en ratones un mecanismo totalmente nuevo e inesperado por el que el sistema inmunitario puede deshacerse de células que carecen de moléculas que las identifiquen como parte del yo. El hallazgo, publicado en la revista ‘PNAS’, tiene posibles implicaciones para el tratamiento del cáncer.
El sistema inmunitario está formado por muchos tipos de células que colaboran para combatir las enfermedades. Dos tipos importantes son las células dendríticas y las células T. Las células dendríticas están situadas en lugares estratégicos de todo el cuerpo, como el intestino y la piel, así como en los ganglios linfáticos, toman muestras de su entorno y presentan pequeños componentes derivados de estas muestras en su superficie.
Las células T comprueban estas muestras y, si las reconocen como extrañas (o «no propias»), iniciarán una respuesta inmunitaria; de lo contrario, seguirán adelante. La capacidad de distinguir lo propio de lo ajeno es, por tanto, una característica clave del sistema inmunitario y las células T se someten a un entrenamiento muy selectivo, por parte de las células dendríticas, para asegurarse de que pueden hacer esa distinción.
Las células de nuestro cuerpo presentan varias moléculas en su superficie que las identifican como «propias» para las células inmunitarias. Una de estas moléculas autoidentificadoras es CD47. Se sabía que si las células T carecían de CD47, serían eliminadas eficazmente por otras células inmunitarias.
Sin embargo, varios experimentos con ratones que carecían de CD47 no consiguieron indicar el mecanismo molecular ni qué células eran responsables de la eliminación.
Ahora, el grupo de investigación del profesor asociado SAITO Yasuyuki, la becaria postdoctoral KOMORI Satomi y el profesor especialmente designado MATOZAKI Takashi de la Universidad de Kobe, que ha estado trabajando en la interacción molecular entre células dendríticas y células T y, en particular, en el papel de CD47 en ese proceso, probó un enfoque novedoso.
«Generamos ratones modificados genéticamente en los que sólo las células T carecen de CD47 –señala Saito–. Esto es muy diferente del enfoque convencional con ratones que carecen sistemáticamente de CD47 en todas las células». Este nuevo enfoque les permitió aislar el papel de CD47 en las células T de otros factores que pudieran influir en la interacción.
Sus resultados identifican claramente a las células dendríticas como las que matan a las células T que carecen de CD47. Esto no sólo arroja luz por primera vez sobre el mecanismo que subyace a la desaparición de las células T deficientes en CD47, sino que también revela una capacidad totalmente inesperada de las células dendríticas.
«Este resultado es totalmente novedoso porque se creía que las células deficientes en CD47 eran engullidas por un tipo de células inmunitarias llamadas ‘macrófagos’ y que las células dendríticas nunca inducían la muerte celular en otras células inmunitarias», afirma Saito.
Así pues, el equipo descubrió una forma totalmente nueva de que el organismo identifique las células faltantes, es decir, células que carecen de CD47 y que son eliminadas directamente por las células dendríticas.
Este hallazgo también sugiere una nueva línea de investigación. Ahora que se ha descubierto esta nueva capacidad de las células dendríticas, la pregunta es si se utiliza también en otros tipos de células y si puede emplearse con fines terapéuticos.
«Nuestros resultados plantean la siguiente pregunta –señala Saito–: ¿inducen las células dendríticas la muerte celular en otras células que carecen de CD47? Esta pregunta es tan importante porque este novedoso mecanismo puede aplicarse a la inducción de la muerte celular mediante la modificación de CD47 en células diana, como las cancerosas».
El grupo ya ha iniciado otros proyectos de investigación para aclarar estas cuestiones y también para comprender mejor el mecanismo que subyace a esta capacidad recién descubierta de las células dendríticas. También han empezado a trabajar para verificar el potencial de tratamiento del cáncer basado en este novedoso hallazgo.
Fuente: infosalus.com