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Un descubrimiento inesperado en Venecia confirma un secreto a voces sobre los romanos

Una nueva página de la historia veneciana: un ostriario romano del siglo I d.C., el primero encontrado en Italia

Una nueva página de la historia veneciana. Un equipo de arqueólogos ha hecho un descubrimiento sorprendente en el corazón de la laguna norte en Lio Piccolo, un pequeño pueblo rural de Venecia: un ostriarum de la época del Imperio romano en la laguna de Venecia realizado por Ca’ Foscari y vinculado al descubrimiento de un particular sitio arqueológico en la localidad de Lio Piccolo, famosa por ser un rincón paradisíaco de paz y tranquilidad rodeado de aguas tranquilas y zonas verdes.

Descubrimiento único en Italia

Los estudios submarinos que arrancaron en 2021 dieron como resultado el hallazgo de un tanque de ladrillo y tablones de madera enterrado en el sedimento de la laguna que contenía una gran cantidad de conchas de ostras. La estructura que data del siglo I d.C. no era sino un antiguo ostriario: un espacio destinado a la cría de estos moluscos que posteriormente serían destinados a su consumo. Un vivero de ostras del siglo I.

Nunca antes se había encontrado un vivero como este en Italia. El único con parecido similar hay que buscarlo en la laguna de Narbona, en Francia (a día de hoy es un lugar muy popular para la crianza de ostras en Francia, especialmente las ostras «rosas» o Tarbouriech).

En el interior de esta estructura rectangular (el ostriarium o vivero de cría de ostras), los investigadores encontraron alrededor de 300 conchas de Ostrea edulis, una especie prácticamente extinta en la laguna. La datación dendrocronológica y por radiocarbono de las partes de madera de la estructura confirmó la construcción de la estructura a mediados del siglo I d. C. durante la época del Imperio romano.

El ostriarium se encuentra en una zona tranquila y poco urbanizada de la laguna norte llena de marismas y humedales con un tesoro del pasado oculto bajo sus mansas aguas. El vivero de ostras cubre unos 50 metros de longitud y mide unos 20 metros de ancho en una formación de madera con niveles y una serie de canales diseñados para garantizar el flujo regulado de agua salobre. Los mamparos, como ocurría en los estanques marinos de peces de la época romana, probablemente permitían el aislamiento entre diferentes especies.

Una gran actividad marisquera

El alto nivel de complejidad técnica observado respalda la idea de que no se trataba de una ganadería ocasional ni destinada únicamente al autoconsumo. Por el contrario, todo apunta a que era una actividad especializada, posiblemente vinculada a una red económica más amplia en la que también se desarrollaban otras tareas como la producción de sal o la pesca. No podemos olvidar que los romanos eran conocidos por sus banquetes extravagantes donde las ostras eran uno de sus manjares favoritos.

Pero en contacto con el vivario se hallan unos cimientos de ladrillo sostenidos por un bosque de postes de roble que debieron pertenecer a un edificio bastante importante construido en la misma época. Hay una gran cantidad de mosaicos, frescos y losas de mármol que apuntan a que pudo tratarse de una villa de lujo. Precisamente allá por 1988 el considerado padre de la arqueología lagunar, Ernesto Canal, ya había sugerido en el siglo XX que creía haber visto a lo largo de la orilla sur del Canale Rigà en donde se encuentra el yacimiento arqueológico de Lio Piccolo, los restos de una villa romana.

Algunos de estos hallazgos, ya sea en forma de imágenes, vídeos de operaciones de excavación subacuática o actividades de investigación, así como un modelo tridimensional del sitio arqueológico de la laguna, ya forman parte de una exhibición que acoge el Museo de Historia Natural hasta el 2 de noviembre de 2025.

Fuente: historia.nationalgeographic.com.es

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