Seis pediatras se tragaron voluntariamente las cabezas de figuras de LEGO para ver qué tan rápido los objetos pequeños pasan por el tracto gastrointestinal. Como indica un artículo publicado en Journal of Pediatrics and Child Health, en promedio, el viaje duró entre 1 y 3 días, los participantes no tuvieron ninguna complicación, aunque uno de ellos no logró encontrar la cabeza que tragó.
Los autores del estudio, un grupo de médicos de Reino Unido y Australia bajo el liderazgo de Tessa Davis del Royal Hospital en Londres, llevan a cabo el proyecto de Internet Don’t Forget The Bubbles, que publica artículos populares sobre medicina, salud y pediatría. Los niños de 6 meses a 3 años a menudo examinan los objetos probándolos con los dientes, es por ello tragan objetos pequeños. La mayoría de las veces se trata de monedas, y en segundo lugar están las piezas pequeñas de juguetes.
Los padres suelen preocuparse por las posibles consecuencias, por lo que Davis y sus colegas decidieron descubrir cuánto tiempo puede pasar un juguete de plástico a través de una persona adulta y decidieron experimentar con ellos mismos. Sin embargo, no ocultan otra motivación: querían repetir el éxito del artículo sobre Peppa Pig en la edición de Navidad del año pasado de la revista BMJ.
Antes de permitir a los voluntarios tragar las cabezas de las figuras de LEGO, los participantes mantuvieron un diario durante tres días, donde registraron el momento del vaciado intestinal y la calidad de las heces (de acuerdo con la escala de Bristol). Se tragaron las cabezas de las figuras temprano en la mañana y luego, después de cada ida al baño, tuvieron que verificar si la cabeza salía («La técnica de búsqueda se dejó a la discreción del participante», dice el artículo).
Se requirieron de uno a tres viajes al baño, para obtener de nuevo las cabezas. El período máximo de espera fue de 72 horas, el mínimo de 27 horas. Sin embargo, uno de los participantes esperó dos semanas, y aparentemente no pudo encontrar la figura.
Los autores creen que en los niños el período será aproximadamente el mismo o más corto. Además, los resultados del experimento muestran que los padres no tienen que preocuparse y buscar objetos tragados en los excrementos de los niños, si un médico experimentado con un doctorado no puede encontrar la figura de Lego en su propio baño, sería extraño aconsejar a los padres que lo hagan.
A propósito de Lego, recientemente, un adolescente mostró, en un video difundido por el canal Great Big Story, cómo construyó un brazo prostético a partir de los famosos juguetes.
Fuente: nmas1.org