Sus planes de traer de vuelta al dodo, al mamut lanudo y al tigre de Tasmania podrían nunca funcionar. ¿Pero no sería genial si lo hicieran?
El dodo era un pájaro grande que no volaba y comía bastante. Eso ayuda a explicar por qué se extinguió alrededor de 1662, solo 150 años después de que los barcos europeos encontraran Mauricio, la isla del Océano Índico donde antes vivía este ave.
Ahora, una empresa de biotecnología de EE UU asegura que tiene planes para revivir al dodo.
Esta es la tercera especie escogida por Colossal Biosciences, de Austin (Texas, EE UU), para lo que denominan proceso de desextinción tecnológica. La compañía también está trabajando en el uso de ingeniería genómica a gran escala para transformar elefantes modernos en mamuts lanudos, e incluso resucitar al tigre de Tasmania.
En una entrevista con MIT Technology Review, Ben Lamm, CEO de Colossal, describe una start-up que cuenta con un personal científico considerable (incluidos 41 científicos con doctorado), financiación sustancial y proyectos llamativos que cuyas consecuencias podrían tener un «gran alcance» para la conservación de los animales y la salud humana.
Esta afirmación se debe a que revivir cualquier especie perdida requiere tecnología directamente sacada de Jurassic Park, incluidas la secuenciación de ADN antiguo, la clonación, e incluso úteros artificiales. La start-up nacida hace dos años también ha afirmado que ha recaudado 150 millones de dólares (unos 140 millones de euros) adicionales. Esto eleva el total recaudado a 225 millones de dólares (unos 210 millones de euros), y una parte de esa suma se destinará al nuevo esfuerzo en torno a la genómica de las aves.
La resurrección del dodo es una posibilidad teórica gracias a Beth Shapiro, especialista en ADN antiguo en la Universidad de California (Santa Cruz, EE UU). Shapiro explica que, junto a sus compañeros, han logrado recuperar información detallada del ADN de los restos del dodo de 500 años de antigüedad en un museo en Dinamarca.
«Tengo el genoma del dodo. Es algo que acabamos de terminar», aseguró Shapiro, asesora en Colossal, durante una entrevista telefónica con MIT Technology Review.
Para crear un dodo a partir de esa información genética, la compañía planea modificar a la paloma de Nicobar de colores brillantes, el pariente vivo más cercano de este ave y convertirla en un dodo paso a paso, para luego reintroducir al animal a su hábitat nativo.
De momento, Colossal no ha creado ningún animal. Todavía está trabajando en el desarrollo de los procesos necesarios. Crear un dodo podría ni siquiera ser posible. Esto se debe a que resulta difícil predecir cuántos cambios de ADN se necesitarían para transformar la paloma de Nicobar en un dodo de casi un metro de altura y un gran pico.
«Esa es una de las grandes preguntas. ¿En qué momento termina su edición?¿Es con el cambio de cien genes o mil genes?», se pregunta Mike McGrew, biólogo aviar del Instituto Roslin, en Edimburgo (Reino Unido), y asesor de Colossal.
Incluso si Colossal logra crear lo que denomina «indicador funcional para el dodo», no habrá una respuesta clara sobre dónde llevarlo. En Mauricio, el cultivo de caña de azúcar es la gran industria agrícola, y hay muchas ratas y otros depredadores no nativos alrededor. «En realidad, no sería un dodo, sino una nueva especie. Pero aún necesitará un entorno. ¿Qué significaría eso éticamente, si no está disponible ningún entorno?», resalta Jennifer Li Pook Than, especialista en secuenciación de genes de la Universidad de Stanford (EE UU), cuyos padres nacieron en la isla.
Lamm no ofrece un marco de tiempo firme para la creación de un dodo. Aunque ha pronosticado que el mamut podría llegar antes del año 2029 y que el dodo podría aparecer antes o después, dependiendo de los factores científicos.
Revive & Restore, otra organización sin ánimo de lucro, ha trabajado durante una década para recuperar a la paloma migratoria. Este ave, que antes dominaba los cielos estadounidenses, y cuya recuperación se ha enfrentado a una gran dificultad técnica que también afectará al proyecto del dodo.
Si bien es fácil editar genéticamente las células de aves en el laboratorio, resulta difícil convertir las células editadas en un ave. Para los mamíferos, como el ganado vacuno o los elefantes, la respuesta es fácil: la clonación. Pero la clonación no funciona con un huevo de ave: es una célula enorme, y su núcleo es una yema opaca. «Habría que sacarlo e implantar otro núcleo, y es imposible de llevar a cabo», señala McGrew.
El biólogo cree que una solución probable es inyectar las células editadas genéticamente en las gónadas de un polluelo de paloma en desarrollo. De esa forma, algunas de esas células acabarán formando el óvulo, o el espermatozoide, del nuevo pájaro. Si esa ave se reproduce, su descendencia estará relacionada con las células del donante e incluirá cualquier cambio en el ADN. Esta tecnología ya funciona, pero hasta ahora solo en pollos, asegura McGrew.
«Tienen que lograr transferir esta tecnología a una paloma. Pensábamos que, lo que funcionó para los pollos, se aplicaría a otras especies; pero resulta difícil», indica McGrew.
Este tipo de obstáculos son la razón por la que algunos científicos dudan de que la desextinción funcione, y la propia Shapiro se ha encontrado entre los escépticos, expresando sus dudas sobre esa idea en distintas entrevistas durante el año pasado.
Sin embargo, ahora la genetista afirma haber cambiado de opinión y ve la desextinción como una buena manera de ejercer las relaciones públicas científicas. «Al principio, decía: ‘No sé qué pensar sobre esta tecnología’, ero he llegado a la opinión que este es el futuro. Tenemos que desarrollar herramientas y enfoques adicionales para proteger a las especies actuales de la extinción. Y, si queremos ilusionar a la gente lo suficiente para conseguirlo, vamos a tener que llevar a cabo algo grande. Todo el mundo ha oído hablar del dodo». admite Shapiro.
En la actualidad, cientos de especies de aves se consideran en peligro de extinción. La edición de genes y la reproducción asistida podrían ayudar a salvarlos o, al menos, a preservarlos en zoológicos.
Teniendo en cuenta que no se puede ganar mucho dinero en la conservación, otra pregunta pendiente es cómo Colossal obtendrá ganancias. Una directiva de Colossal le contó a MIT Technology Review que la compañía podría vender entradas para ver a sus animales, y Lamm cree que las tecnologías necesarias para crear el mamut o el dodo tendrán otros usos comerciales. El otoño pasado, Colossal creó Form Bio, una empresa de bioinformática que vende software para gestionar los resultados de laboratorio y utilizada también para estudiar el genoma del dodo.
«Es muy probable ver un par de spin-offs tecnológicos más», señala Lamm.
Cualquier avance que logre la compañía en la edición de genes, en particular, podría encontrar mercados sustanciales. Los inversores de Colossal incluyen al multimillonario Thomas Tull, al brazo de capital de riesgo de la CIA, y a Robert Nelsen, destacado inversor de riesgo de biotecnología. Nelsen invirtió en la empresa porque la desextinción «es genial», según explica en un email, en el que añade: «Los mamuts y los lobos gigantes son geniales».
Fuente: technologyreview.es