A de Abeja y Abeja Reyna encontraron la forma de poner en marcha un emprendimiento rentable y, al mismo tiempo, cuidar de este insecto.
Hoy el mundo enfrenta la extinción de especies más grande de los últimos 60 millones de años, y las abejas están en peligro de convertirse en una de éstas.
“Las abejas son mucho más importantes de lo que pensamos”, afirma Greenpeace. “La producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre dependen en gran medida de la polinización, un proceso natural que permite que se fecunden las flores y, así, den frutos y semillas”.
“Las abejas, y otros insectos, como las mariposas y los abejorros, son unos de los grandes responsables de este proceso, sin embargo, sus poblaciones están disminuyendo a pasos gigantes”, agrega la ONG ambientalista.
La Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) advierte que el 40% de los polinizadores invertebrados, en particular las abejas y las mariposas, se enfrentan a la extinción.
Ante este panorama, emprendedores mexicanos han puesto en marcha startups que, además de funcionar como negocio y poner el nombre de nuestro país en alto, son socialmente y medioambientalmente responsables, especialmente cuando se trata de apoyar a los apicultores locales y salvar abejas.
Se calcula que a nivel mundial existen 20,000 especies de abejas, de las cuales el 10% habita en nuestro país, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).
Entre estas destaca la Apis mellifera, también conocida como abeja doméstica o abeja melífera, que es la que produce la miel que consumimos comúnmente.
En México existen 1.9 millones de colmenas de este tipo de abeja, a cargo de 42,000 apicultores que, en promedio, producen 55,900 toneladas de miel con un valor estimado en 1,900 millones de pesos anuales, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Gracias a ello, México es el tercer exportador de miel a nivel mundial, aunque su consumo anual por habitante solo asciende a 200 gramos.
Estas son las ventajas y las oportunidades que emprendimientos como A de Abeja y Abeja Reyna encontraron sin salir del país para crear startups rentables que a la vez disminuyan el peligro de extinción de las abejas. Te invitamos a conocerlas:
A de Abeja
Arlette Gómez, diseñadora gráfica de la Ciudad de México, creció consumiendo miel “de verdad”, de apicultor. En 2014, “por azares del destino” probó la miel “de super” y se dio cuenta de que la calidad era muy diferente entre una y otra.
Coincidió que en esos momentos empezó a escuchar sobre la extinción de las abejas en Greenpeace. Apasionada de los temas medioambientales y sociales, decidió entonces buscar la forma de ayudar a salvar a esta especie con ayuda de la miel “de verdad”.
Gómez comenzó su investigación y se dio cuenta de que “los apicultores están dejando de serlo porque les pagan muy poco”, dijo en entrevista a Tec Review. “¿Por qué les pagan tan poco? Porque México exporta un chorro. Y ¿quiénes exportan? Son nueve acopiadores y se acabó. La distribución del dinero no es equitativa. Y eso que México es el tercer exportador de miel en el mundo”.
“A eso se suma que producimos muchísima miel, pero el consumo en México es de apenas 200 gramos al año”, agregó.
Así nació la idea de crear A de Abeja, con el objetivo de que “consumamos miel mexicana de verdad”. Pero en el camino la ahora fundadora y directora de esta startup se encontró con una nueva oportunidad.
“Me acerque a los apicultores y les dije que quería vender su miel en la Ciudad de México. Ellos me contestaron ‘perfecto, ¿de cuál quieres?’. Hasta entonces para mi, como para muchos, la miel era miel, ‘de la normal, de la de abeja’, les dije. Pero entonces ellos me explicaron que existen muchísimas mieles diferentes, de diferentes floraciones”, recordó Gómez, “y esa fue finalmente la parte en la que nos especializamos”.
A de Abeja trabaja con pequeños productores “que en lugar de pensar en exportar y que se las paguen muy baratas, están enfocados en tener cosechas de floraciones específicas”. La firma les compra las mieles a un precio justo, las envasa y luego “cuenta la historia de cada una” para finalmente hacerlas llegar a los consumidores a través de su e-commerce, así como de tiendas, panaderías o cafés.
Hasta ahora, ofrece 18 mieles distintas de 12 estados de la República.
Este emprendimiento fomenta y ayuda a que los apicultores cuiden los polinizadores, no solo de las Apis mellifera, sino del resto, al tiempo que preserva la tradición apícola en México y genera empleos. Además, co-fundó y colabora activamente con la organización Save The Bees MX que permite a los consumidores apadrinar abejas con donaciones para los apicultores y se encarga de concientizar a la población a través de diferentes actividades.
Abeja Reyna
En 1987 Hilda Elba Cortés recibió unas colmenas en Michoacán, donde abrió su primer apiario.
“Ella se dedicó a venderle principalmente a laboratorios y farmacéuticas que utilizaban miel en sus fórmulas. Más tarde, en un viaje a Francia, la señora se dio cuenta de que la miel también podía usarse para hacer cosméticos y otros productos de belleza, así que lanzó su propia línea con cremas y shampoos”, contó en entrevista Luis Enrique Rodríguez, director de mercadotecnia de Abeja Reyna.
En 2015, sus hijos y amigos de ellos tomaron todo el conocimiento de Cortés, le sumaron el suyo en disciplinas como arquitectura, diseño industrial y mercadotecnia, y reinventaron la marca.
Su principal objetivo es darle a la miel y los productos que con ésta se hacen un valor agregado, “pues México es uno de los mayores productores de miel a nivel mundial, pero se les estaban empezando a cerrar las puertas por no contar con ese valor agregado”, aseguró Rodríguez.
Ejemplo de ello es un de sus productos estrella: la miel en polvo. “Cuando tú consumes miel se derrama, no la puedes disolver en cualquier bebida, se llena de hormigas, no la puedes llevar a todos lados, es un problema. ¿Qué es lo que nosotros hicimos? Miel en polvo. Vimos que es mucho más práctica. Somos los primeros en México en desarrollar y comercializar esta idea”, destacó el encargado de mercadotecnia en Abeja Reyna.
A éste se suman jabones, cremas, productos para el cabello, tisanas, granola, y por supuesto miel selecta, todo a base de miel de abeja orgánica, hierbas mexicanas e ingredientes naturales de alta calidad.
Luis Enrique Rodríguez recuerda que el equipo empezó en Guadalajara, Jalisco, en una cochera de la casa de Luis Valentino Ramírez Cortés, uno de los hijos de Doña Hilda Elba. Hoy cuentan con presencia en 26 ciudades de la República, dos en Estados Unidos, y exportan sus productos a Japón, Europa, y Emiratos Árabes.
“Hemos visto un crecimiento acelerado, ya estamos en diferentes cadenas comerciales, Grupo Walmart, HEB, City Market, Soriana, Liverpool, Grupo Alsea a través de Starbucks y Chedraui, por ejemplo”, añadió. Abeja Reyna también cuenta con ventas en línea a través de su página.
Siguiendo con la cultura de Hilda Elba Cortés, Abeja Reyna trabaja directamente con comunidades apicultoras, “es un ganar, ganar, porque le damos ese valor agregado a la miel que ellos tienen rezagada. Ellos mismos nos dicen que si no se vende, lo más probable es que lo tengan que dejar, y esto tiene además un impacto ambiental porque son ellos quienes cuidan de las abejas”, comentó Rodríguez.
La miel que utiliza Abeja Reyna viene de alrededor de unas 1,500 colmenas, es decir que tienen un impacto positivo al proteger unas 90 millones de abejas.
A éste se suman otras iniciativas verdes, como el invitar a la gente a reutilizar sus envases, pues quienes los lleven a las tiendas de Abeja Reyna reciben un descuento; además todos los productos son hechos a mano, “tratamos de utilizar lo menos posible las máquinas”; afirmó la marca.
Fuente: tecreview.tec.mx