Cuanto más grande es la pupila de una persona, parece que mayores competencias cognitivas presenta. Daniel Kahneman ya le daba vueltas a esta idea en los años 60…
Dicen de los ojos que son una ventana hacia nuestro interior. También que revelan aspectos de nosotros mismos que no siempre podemos controlar. Nos fascinan, nos inquietan y están llenos de misterios… Los mismos que la ciencia ha intentado desvelar a lo largo del tiempo de manera minuciosa. Ahora sabemos incluso que el tamaño de las pupilas se relaciona con la inteligencia.
Si hablamos de pupilometría es imprescindible nombrar al psicólogo Eckhard Hess. Lo consideraron como el experto en los misterios de la pupila; fue él quien a lo largo de los años 60 evidenció algo que ahora nadie pone en duda. Los cambios emocionales provocan cambios en la excitación de las pupilas. Alegría, tristeza, miedo, sorpresa…
Toda experiencia emocional, tanto si es de valencia negativa como negativa, se apreciará en nuestras miradas. En la actualidad, hemos dado un paso más allá. El Instituto de Tecnología de Georgia en Estados Unidos descubrió que todo esfuerzo cognitivo origina una dilatación en nuestras pupilas. Con la singularidad de que, a mayor diámetro pupilar, mayor era la inteligencia de la persona…
Profundizamos en este dato.
“Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada”.
-Antoine de Saint-Exupery-
El tamaño de las pupilas se relaciona con la inteligencia
Nuestros ojos se dilatan de manera natural para permitir que entre en ellos más luz y así ver mejor. Ahora bien, la mecánica pupilar también responde a eventos cognitivos y emocionales. El simple hecho de experimentar interés, pasión e incluso curiosidad puede hacer que esas oscuras esferas nuestras se dilaten tanto como la mirada de un gato en modo caza. Pero aún hay más…
Hace tiempo que el FBI utiliza la pupilometría como un mecanismo más para la detección de las mentiras. Sabemos, por ejemplo, que la dilatación de la pupila indica un aumento en la demanda cognitiva, y que esto lo regula nuestro sistema nervioso autónomo. Es decir, no solo son las emociones las que generan esa expansión pupilar.
Ese esfuerzo por dar consistencia a los razonamientos, por crear historias veraces para ser creídos, implica un gran trabajo intelectual. Esto ya nos puede dar una pista de por qué el tamaño de las pupilas se relaciona con la inteligencia. Conocer ahora que “el tamaño” sí importa en nuestra mirada para revelar cuán brillante es uno despierta sin duda el interés de cualquiera…
Las personas con una dilatación pupilar más extensa evidencian una mejor inteligencia fluida
El esfuerzo cognitivo y la pupilometría
La relación entre la inteligencia y la dilatación pupilar ya se intuyó hace décadas. El propio Daniel Kahneman, psicólogo y Premio Nobel, publicó un estudio en 1966 en el que advertía de que a mayor dificultad de una tarea, mayor era la dilatación pupilar.
Este dato lo tomaron como referencia los científicos del Instituto de Tecnología de Georgia, Estados Unidos, en el 2016. Fue entonces cuando publicaron un nuevo trabajo con el que intentaron validar ese dato. Aunque aún descubrieron algo más: el tamaño de las pupilas se relaciona con la inteligencia.
Esto lo pudieron advertir en una muestra de 500 personas a las cuales se les aplicó esas tareas de esfuerzo cognitivo que el propio Kahneman ya había usado décadas atrás. Había quienes evidenciaban un diámetro pupilar más amplio que otros: tanto en reposo como durante el desempeño de los propios ejercicios cognitivos.
Ese tamaño más amplio en la pupila se vinculaba de manera directa con el cociente intelectual de la persona. A mayor inteligencia, una apertura más extensa.
La inteligencia fluida se aprecia en tu mirada
Si bien es cierto que el tamaño de las pupilas se relaciona con la inteligencia, el tipo de inteligencia que se vincula a este factor es la fluida. Recordemos, Raymond Cattell fue el primero en introducir por primera vez los conceptos de la inteligencia fluida (Gf) y cristalizada (Gc) para explicar la inteligencia.
Así, mientras esta última se relaciona con el aprendizaje y el contexto cultural, la inteligencia fluida define nuestra capacidad para afrontar y adaptarnos a situaciones nuevas sin el aprendizaje previo. Además, este tipo de inteligencia tiene un vínculo directo con las bases neurofisiológicas.
Tareas como focalizar la atención, la memoria a corto plazo y la habilidad para resolver problemas son de gran relevancia en nuestro día a día. Las personas con un potencial más elevado en estos procesos evidencian un mayor diámetro en su pupila.
Una hipótesis es que las personas más inteligentes y que tienen pupilas más grandes en reposo presentarían una regulación de la actividad por parte del locus coeruleus más intensa.
El papel del locus coeruleus
Llegados a este punto, muchos se harán la siguiente pregunta: ¿Por qué la inteligencia o nuestro esfuerzo cognitivo se relaciona con dilatación pupilar? La clave de todo estaría en una región cerebral muy concreta. El locus coeruleus es un núcleo del tronco encefálico que presenta varias conexiones neuronales de largo alcance con todo el cerebro.
Además, esta región libera norepinefrina, la cual regula procesos como la memoria, la percepción, la atención y el aprendizaje. La hipótesis que estaría detrás de esta relación reside en que las personas con un mayor potencial en la inteligencia fluida, presentan una estimulación mayor del locus coeruleus.
Para concluir, si bien es cierto que aún necesitamos más estudios e investigaciones para comprender a fondo este tema, es evidente que año a año vamos descifrando el misterio de nuestras pupilas.
Fuente: lamenteesmaravillosa.com