El radiotelescopio LOFAR ha identificado un púlsar girando a 42.000 veces por minuto, una velocidad asombrosamente alta, si bien no supera (por muy poco) el púlsar más rápido jamás detectado: PSR J1748-2446, que alcanza casi las 43.000 veces por minuto. Teóricamente, un púlsar podría llegar a girar 72.000 veces por minuto.
El púlsar detectado ha sido llamado PSR J0952-0607 (o J0952 para abreviar) se clasifica como un púlsar de milisegundo. Se halla entre 3.200 y 5.700 años luz de distancia en la constelación de Sextans.
Los misteriosos púlsares
Cuando las estrellas más masivas agotan su combustible aplastan toda su masa en la forma de la materia más densa que existe, hasta el punto de que los electrones se fusionan con los protones, transformándose así en neutrones.
Entonces estamos ante una estrella de neutrones. Un fragmento de estrella de neutrones del tamaño de un terrón de azúcar (alrededor de un centímetro cúbico) contiene la misma cantidad de masa que toda la población humana, así que su densidad es inimaginable.
Un púlsar es una estrella de neutrones que emite radiación periódica. Los púlsares poseen un intenso campo magnético que induce la emisión de estos pulsos de radiación electromagnética a intervalos regulares relacionados con el periodo de rotación del objeto. El campo magnético giratorio potencia haces de ondas de radio, luz visible, rayos X y rayos gamma.
El púlsar hallado por LOFAR, un radiotelescopio de baja frecuencia ubicado en Holanda, contiene aproximadamente 1,4 veces la masa del Sol y es orbitado cada 6,4 horas por una estrella acompañante que ha sido reducida a menos de 20 veces la masa del planeta Júpiter. Según explica el autor principal del hallazgo, Cees Bassa, en el Instituto Neerlandés de Radioastronomía (ASTRON):
LOFAR recogió pulsos de J0952 a frecuencias de radio alrededor de 135 MHz, lo que es un 45 por ciento más bajo que las frecuencias más bajas de las búsquedas de radio convencionales. Encontramos que J0952 tiene un espectro de radio muy pronunciado, lo que significa que sus impulsos de radio se desvanecen muy rápidamente a frecuencias más altas. Habría sido un reto encontrarlo sin LOFAR.
El primer púlsar fue detectado por una astrónoma de Cambridge llamada Jocelyn Bell Burnell, en 1967. Al principio, los astrónomos pensaban que los pulsos regulares podrían ser señales de extraterrestres. Los púlsares se llamaban en broma LGMs (abreviatura de Little Green Men).
Fuente: xataka.com