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Satélites espías descubren imperios antiguos (entre otros grandes hallazgos)

Satélites espías descubren imperios antiguos (entre otros grandes hallazgos)

Optimistas son las noticias para el mundo arqueológico y los apasionados de la historia, pues a través de satélites espías los científicos han descubierto los puestos de avanzada de la llamada Ruta de la Seda, junto con imperios antiguos desaparecidos en las regiones desérticas de Afganistán.

Estas áreas del mundo son muy peligrosas a causa de la guerra que libra el país y de la presencia de los talibanes por todos lados, de modo que los expertos no pueden explorarlos personalmente como la ciencia demandaría. En su lugar, se ha obtenido de manera segura novedosa información sobre el patrimonio arqueológico afgano.

Los hallazgos –entre los que se cuentan enormes caravasares utilizados por los viajeros de la Ruta de la Seda durante milenios, y canales subterráneos que fueron enterrados por las arenas del desierto– provienen de imágenes recogidas por satélites comerciales y espías, así como drones.

Lugares descubiertos por los satélites espías

Algunos de los sitios más llamativos son los caravasares masivos usados por los viajeros de la Ruta de la Seda y que datan del siglo XVII. Se trataba de estaciones de paso, construidas en adobe desde los primeros siglos a. C. hasta el siglo XIX, que podían acoger a cientos de personas y su ganado.

Estos puntos de acceso se intercalaban cada 20 kilómetros, ya que esta es la distancia que podían recorren las caravanas durante un día antes de tomar descanso.

Los enormes edificios alojaban a cientos de personas y miles de camellos. Estaban alineados de forma tal que conectaban la capital del poderoso Imperio safávida, Isfahan (actualmente Irán), con el Imperio mogol que entonces dominaba el subcontinente indio.

Por otro lado, se han descubierto redes de antiguos canales que, aunque invisibles desde el suelo, los satélites confirman que aún existen y están siendo mapeadas.

¿Qué es la Ruta de la Seda?

La Ruta de la Seda era una red masiva de rutas que abarcaba desde Japón y Corea en el este hasta el mar Mediterráneo en el oeste. Durante siglos, productos como té, piedras preciosas, maderas, perfumes, especias, porcelana china y, por supuesto, la seda, del este se abrieron paso hacia el oeste a lo largo de estas rutas terrestres.

Justo en el medio de Asia Central –lo que ahora es Afganistán– se encontraba la encrucijada de estas antiguas rutas comerciales y, por lo tanto, se benefició de todo el comercio que fluía a través de la zona. Precisamente por esto, durante el auge de la Ruta de la Seda, en la región se acumularon grandes riquezas.

Hasta nuestros días, los expertos consideraban que cuando aparecieron las rutas entre la India, China y Occidente en los siglos XV y XVI, estas rutas comerciales y los imperios enriquecidos gracias a ella fueron disminuyendo hasta desaparecer; sin embargo, las imágenes de satélites acaban de revelar que siguieron prosperando unos siglos más tarde.

Según los especialistas, la regularidad de la construcción de caravasares sugiere un esfuerzo ambicioso y patrocinado centralmente para garantizar un flujo seguro y constante de mercancías, lo que contradice las ideas previas de que el Imperio safávida –que se extendía desde Turquía hasta Pakistán y se convirtió al islam chií en el siglo XVII– estaba en declive durante el período.

¿Por qué son importantes estos hallazgos?

Estos hallazgos le brindan a Afganistán una oportunidad de proteger los tesoros de su patrimonio cultural, lo que es clave para su desarrollo económico, pero sobre todo –dado que es un país muy dividido– para su identidad nacional.

Por otra parte, desde el punto de vista científico, prometen ampliar la visión de los arqueólogos y antropólogos sobre grandes imperios desaparecidos durante mucho tiempo, que han jugado un rol muy importante en la historia de la humanidad.

Fuente: vix.com

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