Un juego de ordenador que induce a los ratones a experimentar eventos similares a las alucinaciones podría ser la clave para comprender las raíces neurobiológicas de la psicosis: la información obtenida revela el papel crucial de la dopamina y también de las distorsiones comunicacionales.
Un nuevo estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis aclara algunos de los misterios en torno a las bases neurobiológicas de la psicosis. Empleando un juego de ordenador que estimula a roedores a desarrollar procesos alucinatorios, los científicos obtuvieron importantes datos sobre el rol de la dopamina y de los problemas comunicacionales ligados al habla en esta clase de trastornos mentales.
De acuerdo a un comunicado, los investigadores han hallado que existen vínculos importantes entre los cerebros de los humanos y de los ratones en cuanto a su funcionamiento, tanto cuando lo hacen correctamente como cuando existen anomalías. Los científicos entrenaron a personas y ratones para completar una tarea basada en ordenadores, que los indujo a escuchar sonidos imaginarios.
Al analizar el desempeño en el juego, los especialistas pudieron medir objetivamente eventos similares a alucinaciones en humanos y ratones. El avance es crucial, ya que el pronóstico de los pacientes psicóticos no ha mejorado sustancialmente en las últimas décadas, y eso se debe a que realmente no se comprende la neurobiología de la enfermedad.
La psicosis es básicamente una patología en la cual una persona pierde el contacto con la realidad. Cuando se experimenta un episodio psicótico, los afectados pueden adquirir creencias falsas o registrar delirios, como así también creer con seguridad que están viendo u oyendo cosas que no ocurren en la realidad, una situación que se vive en las alucinaciones.
En ocasiones, un episodio psicótico puede ser un signo de una enfermedad mental de mayor gravedad, como en el caso de la esquizofrenia o el denominado trastorno bipolar. Sin embargo, las personas que no sufren estas patologías mentales también pueden experimentar síntomas como alucinaciones o delirios, en forma de eventos psicóticos aislados.
En ratones y en humanos
El experimento multimedia diseñado por los expertos consistió en exponer a los roedores y a los humanos participantes a diferentes sonidos, que debían reconocer e identificar mediante una señal. Aunque en principio los sonidos eran fáciles de identificar, al avanzar la prueba la tarea se hacía más compleja, debido a la incorporación de ruido de fondo.
A partir de esta complicación, los científicos podían determinar si un participante informaba un sonido que en realidad no existía, demostrando así un evento alucinatorio.
En el nuevo estudio, los especialistas hallaron claves sobre cómo la dopamina cambia los circuitos cerebrales para producir alucinaciones. Descubrieron que las elevaciones en los niveles de esta hormona en los roedores precedieron a eventos similares a las alucinaciones.
Aunque se sabe que esto también ocurre en los humanos y que puede tratarse con medicamentos antipsicóticos, el hallazgo es la presencia de un circuito neuronal regulado por la dopamina que, al desequilibrarse, produciría las alucinaciones y los eventos psicóticos.
También descubrieron que las creencias y expectativas de las personas pueden prepararlas para experimentar alucinaciones. Por ejemplo, esperar escuchar una determinada palabra hace que sea más probable que las personas realmente informen que la han escuchado, incluso cuando ésta no se pronunció en el marco de una conversación.
En consecuencia, los misterios en torno al habla humana y su comprensión también serían vitales: este sistema puede volverse caótico de un momento a otro y producir una tendencia a las alucinaciones.
La importancia de los modelos en animales
Por último, los investigadores creen que no será posible avanzar en el tratamiento de las enfermedades psiquiátricas hasta que se encuentre una buena forma de modelarlas en animales. Los resultados de esta investigación, que integra experimentos en roedores y en humanos, parecen comprobar esta tendencia.
Según Adam Kepecs, uno de los autores del nuevo estudio, «los modelos animales han impulsado avances en todos los campos de la biomedicina. Si queremos comprender las bases de la psicosis necesitamos avanzar en este tipo de enfoques», concluyó.
Fuente: tendencias21.levante-emv.com