Existen 5,573 exoplanetas confirmados, pero muy pocos se catalogan como “habitables”. ¿Qué debemos entender de ello?
En 30 años de monitoreo activo del espacio profundo, la NASA ha confirmado 5,573 exoplanetas distribuidos en 4,151 sistemas planetarios. También existen 10,084 cuerpos más a la espera de ser confirmados por dos o más métodos oficiales. De todos ellos, solo un muy pequeño porcentaje se considera “habitable”.
Cada año se descubren y confirman exoplanetas, pero aquellos con la categoría “habitable” son los que obtienen un mayor peso mediático. Los mundos como la Tierra son raros en el espacio y su probabilidad de hallazgo se reduce conforme se suman factores como la atmósfera, la disponibilidad de agua, el nivel de radiación, la presencia de moléculas prebióticas y su temperatura.
¿Qué es un exoplaneta habitable?
Un exoplaneta es cualquier planeta que se ubique más allá del sistema solar. Pueden ser gigantes gaseosos compuestos de helio e hidrógeno que hierven el metal como Júpiter, neptunianos con atmósferas de hidrógeno donde todo se congela, rocosos como Marte y súper-Tierras, cuerpos sólidos que duplican la masa de la Tierra pero son más pequeños que Neptuno.
La categoría de exoplaneta habitable hace referencia a un cuerpo que se encuentra en la zona habitable de un sistema planetario. Cada estrella en el universo tiene una región específica a su alrededor donde no hace ni tanto calor ni tanto frío. Un cuerpo rocoso que se ubique ahí mantendrá las condiciones adecuadas para, al menos, contener agua líquida en su superficie o a unos kilómetros de profundidad.
La presencia de agua líquida en un exoplaneta es una de las características que más entusiasman a los astrobiólogos. La vida en la Tierra comenzó en los mares primigenios y aunque el líquido es solo una parte del complejo proceso del surgimiento de los organismos simples, es una pieza indispensable.
¿Un exoplaneta habitable para quién?
Cuando los astrónomos hablan de un exoplaneta habitable no está en sus mentes un sitio al que el humano pueda acudir. Para contextualizar, el cuerpo rocoso más cercano de esa categoría está a 4.2 años luz de la Tierra, en la estrella enana roja Proxima Centauri. Los planetas que están en la región habitable son puntos de interés donde probablemente existe, existió o existirá vida similar a la de la Tierra.
Sitios de estas características no tienen por qué lucir como una canica azul. Como afirma la NASA, la Tierra ha sido muchos tipos de planetas durante sus 4,500 millones de años de vida. Fue una roca cubierta de lava con atmósfera tóxica, un mundo oceánico, un reino vegetal o un cuerpo congelado, según el periodo que se estudie. La única constante ha sido la presencia de agua, el escudo magnético y la distancia de 150 millones de kilómetros con respecto al Sol. Los exoplanetas habitables deben ser estudiados incluso cuando no muestren signos de vida pues tienen la capacidad de mostrar las distintas etapas del proceso de formación de organismos.
“El objetivo final del programa de exoplanetas de la NASA es encontrar signos inequívocos de vida actual en un planeta más allá de la Tierra. La rapidez con la que esto pueda suceder depende de dos incógnitas: la prevalencia de la vida en la galaxia y la suerte que tengamos al dar esos primeros pasos exploratorios tentativos”, sentencia la agencia espacial.
El estudio de exoplanetas habitables
Encontrar exoplanetas es una proeza astronómica que no debe subestimarse. En la actualidad, solo se ha logrado fotografiar 1.2% de los planetas de la lista. Sin embargo, los científicos han aprendido a confirmarlos a través del método de Tránsito, que consiste en medir la reducción del brillo de su estrella anfitriona cuando el cuerpo pasa enfrente de ella.
De los cinco mil exoplanetas, 1,600 son rocosos y 1,700 son súper-Tierras. Aquellos más prometedores se encuentran en el sistema Trappist, a 39 años luz de distancia, girando alrededor de una enana roja ultrafría.
Fuente: es.wired.com