La compañía de pruebas de ADN Color Genomics afirma que a principios de 2019 empezará a ofrecer un nuevo tipo de análisis genético que podría indicar si el tiene un alto riesgo de sufrir un infarto. El problema es que la prueba solo funciona en personas de raza blanca.
Este nuevo tipo de análisis de ADN, denominado puntuación poligénica de riesgo, predice el riesgo que tiene una persona de sufrir una variedad de enfermedades graves, como el cáncer, la diabetes y la obstrucción arterial. Se trata de un avance tan importante que este año lo hemos incluido en nuestra lista de las 10 Tecnologías Emergentes de 2018 (ver TR10: Videncia genética).
Estas pruebas algorítmicas se han creado gracias a grandes bases de datos genéticos y de salud. El problema es que la mayoría de la información corresponde a personas de ascendencia europea, lo que limita la precisión de las pruebas para otros grupos de población, como los afroamericanos, los hispanos y los asiáticos (ver La investigación genética está marginando el ADN de los países más pobres).
Para empresas como Color Genomics, esta limitación es un gran problema. “La idea de ofrecer un producto a solo una parte de la población es injusta y debería resultar inaceptable para el sector”, lamenta la jefa de investigación de la compañía, Alicia Zhou. Pero al mismo tiempo, las pruebas sí funcionan en algunas personas a las que podrían salvarles la vida. Ante este dilema, la responsable opina que “no ofrecer a la gente datos que les podrían ayudar” también estaría mal.
Para resolver el problema, la compañía afirma que ha hecho públicos los datos genéticos de 50.000 personas, entre las que figuran miembros de poblaciones minoritarias. La empresa espera que otros científicos utilicen estos datos para acelerar el avance de las puntuaciones poligénicas de riesgo para personas de cualquier origen. Zhou sentencia: “No podemos esperar cinco años”.
Las pruebas genéticas tradicionales analizan en profundidad los genes individuales para detectar mutaciones causantes de enfermedades. Las nuevas puntuaciones poligénicas de riesgo siguen un enfoque diferente. En lugar de analizar un solo gen, analizan unas 500.000 características de todo el genoma de una persona para crear una puntuación integral que refleje el riesgo de forma aproximada, en función del resultado general.
Pero, de nuevo, los biobancos que tienen la información necesaria para crear las puntuaciones están saturados de ADN de personas de ascendencia europea. Desde 2016, cerca del 80 % de los 35 millones de personas que han participado en este tipo de grandes proyectos científicos son de ascendencia europea. La cifra de hispanos, por ejemplo, solo roza el 1 % (ver “América Latina tiene mucho que aportar a nuestra comprensión de la salud”).
Eso significa que las puntuaciones de ADN, y los riesgos que implican, no son tan exactas cuando se aplican a otras etnias, ya que sus ancestrales patrones genéticos son distintos. Esas diferencias reducen la precisión de los modelos de riesgo hasta niveles en los que incluso resultaría peligroso usarlos.
Esta situación ha provocado que los expertos en genética hayan empezado a afirmar que el espectacular impacto médico que suponen las pruebas poligénicas de riesgo solo beneficia a una etnia.
Lo bueno es que algunos científicos ya han empezado a trabajar para solucionarlo lo antes posible. Por ejemplo, la investigadora del Instituto Broad (EE.UU.) Alicia Martin y sus 22 compañeros de equipo han creado un esquema estadístico para ajustar las puntuaciones de riesgo y aumentar su precisión en diferentes poblaciones.
En su investigación, los autores detallan: “El hecho de que [las puntuaciones de riesgo] ofrezcan un valor predictivo mucho mayor en individuos de ascendencia europea reciente que en otros es quizás el principal desafío ético y científico que impide su implementación clínica”.
Aún así, ya se pueden comprar pruebas de riesgo poligénicas para etnias concretas. En septiembre de 2017, Myriad Genetics agregó un nuevo “riskScore” (puntuación de riesgo) a su conocida prueba para el cáncer de mama. Antes de eso, las pruebas de Myriad solo buscaban mutaciones en genes como BRCA2, cuya relación con el cáncer está bien documentada. Ahora, la empresa cree que su nueva prueba puede identificar el riesgo en mujeres que no tengan ninguna mutación hereditaria en dichos genes. Para ello, su sistema de puntuación evalúa variaciones genéticas en 86 regiones del genoma.
Pero como la investigación de Myriad se limitó a analizar genomas de personas de origen europeo, se vio obligada a restringir su producto a individuos de la misma etnia. Y lo mismo pasa con la evaluación “individualizada” para el riesgo de cáncer de próstata en hombres de Ambry Genetics. Según la propia empresa, la prueba solo se puede aplicar en las personas de “ascendencia del norte de Europa”.
El portavoz de Myriad, Ron Rogers, sostiene que la compañía está trabajando para que su prueba pueda aplicarse a “múltiples etnias”. Afirma que, a principios de diciembre, la compañía espera poder anunciar que la prueba también funciona en hispanos. El responsable detalla: “La investigación continúa y estamos trabajando lo más rápido posible”.
La eficacia de las puntuaciones poligénicas de riesgo sigue siendo un tema muy polémico, y no está claro hasta qué punto resultarán útiles a los médicos o a los pacientes. No obstante, en el caso de la enfermedad de las arterias coronarias, el nuevo enfoque es capaz de encontrar aproximadamente 10 veces más personas de alto riesgo que las evaluaciones convencionales. Esas personas podrían empezar a tomar medicamentos para reducir el colesterol, explica el cardiólogo del Hospital General de Massachusetts y del Instituto Broad (EE. UU) Sekar Kathiresan, quien desarrolló la puntuación de riesgo poligénica del corazón, una versión que Color quiere implementar.
Dado que la prueba del corazón podría salvar vidas, a Kathiresan le gustaría que la información esté ampliamente disponible. Además de ayudar a Color a preparar su prueba, quiere ofrecer a las personas sus riesgos de forma gratuita a través de un portal de internet. Para obtener el resultado, los usuarios solo tendrían que dar a la empresa sus perfiles genéticos generados por 23andMe.
Kathiresan coincide en que la puntuación “no predice el riesgo con la misma precisión en negros que en blancos”. Y afirma que para cambiar la situación hacen falta más estudios sobre el corazón en “cada grupo étnico” para generar las puntuaciones étnicas específicas.
Color está siguiendo un enfoque diferente. Actualmente, las puntuaciones de riesgo se calculan analizando el genoma en los llamados chips de ADN. Estos dispositivos miden entre 500.000 y un millón de letras individuales del genoma de una persona a un precio muy bajo. Sin embargo, su diseño también está sesgado hacia los genomas de los europeos, explica Zhou.
En un comunicado reciente, Color informó de que había sido capaz de recopilar la misma información mediante secuenciadores de ADN de alta velocidad. El fundador de la compañía, Othman Laraki, afirma que este enfoque cuesta menos de 35 euros. Confía en que esta innovación permitirá que su empresa ofrezca una prueba de riesgo de infarto a principios del próximo año y que algún día también ayudará a resolver las disparidades raciales. El responsable concluye: “La limitación de no poder aplicarlo a diferentes poblaciones es una espina clavada en nuestro campo”.
Fuente: technologyreview.es