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Por qué suenan las tripas cuando tenemos hambre: así lo explica la ciencia

A todos nos han sonado las tripas por hambre alguna vez: descubre el porqué

Casi todo el mundo ha experimentado ese momento incómodo y a veces embarazoso: el estómago empieza a emitir ruidos audibles, especialmente en un entorno silencioso. Estos sonidos, comúnmente asociados con el hambre, son una experiencia universal, pero ¿qué los causa realmente? En este artículo, analizaremos la explicación científica detrás de los sonidos estomacales, conocidos técnicamente como borborigmos, explicando aspectos de nuestro sistema digestivo y cómo se comunica con nosotros.

Tripas que suenan

Los borborigmos son esos ruidos gorgoteantes o gruñidos que provienen de nuestro abdomen. Contrario a la creencia popular, no se producen únicamente por hambre, sino que son el resultado de la actividad normal del sistema digestivo. Comprender por qué y cómo ocurren estos sonidos nos da una visión más clara de las funciones básicas de nuestro cuerpo, permitiéndonos reconocer lo que es normal y lo que podría ser un signo de una condición de salud subyacente.

Proceso fisiológico de los sonidos estomacales

Función del sistema digestivo

El sistema digestivo es una maravilla de ingeniería biológica. Desde la boca hasta el intestino grueso, cada órgano desempeña un papel crítico. Comienza con la masticación, donde la comida se descompone físicamente. Luego, en el estómago e intestinos, se produce la descomposición química mediante enzimas y ácidos. Este proceso convierte los alimentos en nutrientes que el cuerpo puede absorber y utiliza para energía, crecimiento y reparación celular. Además, el sistema elimina los desechos sólidos. La eficiencia de este proceso es crucial para la salud general y el bienestar.

Mecanismos específicos

Los borborigmos, o sonidos estomacales, son un subproducto natural de este proceso. Estos ruidos provienen del movimiento de líquidos y gases a través del intestino, un fenómeno conocido como peristaltismo. El peristaltismo involucra una serie de contracciones musculares rítmicas que empujan los contenidos a lo largo del tracto digestivo. Es un mecanismo vital no solo para mover la comida, sino también para mezclarla con las enzimas digestivas y facilitar la absorción de nutrientes. Estos sonidos ocurren regularmente, pero son generalmente suaves y no siempre audibles.

Relación con el hambre

El vínculo entre el hambre y los sonidos estomacales es particularmente interesante. Cuando el estómago está vacío, cualquier gas o líquido en él puede provocar un sonido más notable debido a la falta de contenido que lo amortigüe. Además, el estómago y los intestinos entran en un estado conocido como «motilidad en ayunas» cuando están vacíos. Durante este estado, un patrón de contracción conocido como «complejo motor migratorio» (CMM) barre los residuos indigestos y las células muertas a través del tracto digestivo. Este proceso puede producir ruidos más audibles.

Investigaciones y estudios científicos

El mundo científico ha mostrado un interés considerable en el proceso digestivo y sus manifestaciones auditivas. Investigaciones han abordado cómo variables como la dieta, la frecuencia de las comidas, e incluso el estrés, pueden influir en la actividad gastrointestinal y, por ende, en los borborigmos. Por ejemplo, estudios han encontrado que dietas ricas en ciertos tipos de fibra pueden aumentar la producción de gas, lo que puede llevar a un aumento en la frecuencia e intensidad de estos sonidos. Asimismo, el ayuno prolongado o las dietas extremas pueden alterar los patrones normales de actividad gastrointestinal, modificando así la naturaleza y el volumen de los sonidos estomacales.

Gastroenterólogos y expertos en el sistema digestivo a menudo recalcan que, aunque los borborigmos son una parte normal y saludable del funcionamiento del sistema digestivo, cambios significativos en su patrón pueden requerir atención médica. Por ejemplo, sonidos muy fuertes o acompañados de dolor, hinchazón, o cambios en los hábitos intestinales pueden ser indicativos de trastornos digestivos como: síndrome de intestino irritable, obstrucciones intestinales, o intolerancias alimentarias. También como consecuencia de una huelga de hambre.

Desmintiendo mitos

Es importante aclarar el malentendido común de que los borborigmos son un signo inequívoco de hambre. Si bien es cierto que pueden ser más notorios cuando una persona no ha comido por un tiempo (debido a la falta de contenido en el estómago que amortigüe el sonido), estos ruidos son en realidad una parte constante del proceso digestivo. Los sonidos pueden ser más audibles en ciertos momentos debido a factores como la composición de los alimentos consumidos, la presencia de gases, y la actividad motora del sistema gastrointestinal. Por lo tanto, aunque los borborigmos a menudo se asocian con el hambre, no son un indicador fiable de la necesidad de alimentarse, ni tampoco de que tengas resaca.

Implicaciones para la salud

Los borborigmos, aunque a menudo inofensivos y parte de la actividad normal del sistema digestivo, pueden en ocasiones ser indicativos de condiciones de salud más serias. Es crucial prestar atención no solo al sonido en sí, sino también a cualquier síntoma acompañante. Por ejemplo, si los borborigmos se presentan con dolor abdominal persistente, hinchazón significativa, náuseas, vómitos, o cambios notables en los hábitos intestinales (como diarrea o estreñimiento crónico), podría indicar una variedad de trastornos digestivos. Estos incluyen intolerancias alimentarias, infecciones gastrointestinales, enfermedad inflamatoria intestinal, e incluso, en casos raros, obstrucciones intestinales. En tales circunstancias, es aconsejable buscar evaluación médica para descartar o tratar adecuadamente cualquier condición subyacente.

Consejos prácticos para que no suenen las tripas

Para mantener la salud digestiva y posiblemente reducir la frecuencia e intensidad de los borborigmos:

Fuente: mundodeportivo.com

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