Aunque la lista de espera para las clonaciones es larga, expertos afirman que este proceso no es ético
Una pareja oriunda de California decidió clonar a su perro después de su muerte para mantenerlo por más tiempo a su lado.
Alicia y David Tschirhart pagaron cerca de 100 mil pesos (50 mil dólares) a ViaGen Pets para clonar a Marley, su leal labrador, antes de que este falleciera.
Tomando un poco de su genética, los especialistas de ViaGen repitieron el mismo proceso que se llevó a cabo en 1996 para clonar a la oveja Dolly y repitieron la información de Marley para “devolverle la vida”.
Tras tomar células del perro y reemplazar el núcleo del óvulo de una perrita de experimentación con ella, los médicos dieron origen a un embrión que se transfirió a la madre sustituta, la cual da luz al clon en un periodo de gestación “normal”.
El clon resulta un gemelo idéntico al perro perdido, pues al no alterarse su información genética la información que se procesa resulta la misma.
Pese a que David y Alicia pudieron tener consigo a una copia de Marley, expertos aseguran que estos procesos de experimentación animal no son éticos y, con toda razón, afirman que para los animales resultan un acto de crueldad en todos los aspectos.
Los animales son sometidos a procesos de experimentación que alteran su estado natural y, dado que en ocasiones estas pruebas pueden salir mal, para ellos costaría no solo la vida, sino un destino de eterno sufrimiento y constate uso médico como si se tratara de objetos y no de seres vivos.
“El proceso de clonación comienza con un grupo de perros que ‘donarán’ sus óvulos, un proceso que involucra la manipulación farmacéutica de los niveles hormonales y un procedimiento quirúrgico de recolección de óvulos” explicó Jessica Pierce para The New York Times.
A Pierce se suman PETA y la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos, quienes aseguran que la clonación de animales no es un proceso que mejore su condición de vida ni su relación con los seres humanos.
Este capricho fomenta la experimentación, la crueldad, deshumanización y hace que estos seres sean tratados “solo como mercancías, en lugar de como individuos vivos con necesidades y naturalezas propias” asegura la Sociedad Protectora.
“Cuando consideras que millones de perros igualmente agradables son sacrificados en refugios de animales cada año por falta de un hogar, la clonación es aún más indefendible” mencionó PETA.
Por su parte, ViaGen dijo a las críticas de estas organizaciones que dado que “el número de animales clonados es una pequeña fracción en comparación con los animales que pasan por los refugios, creemos que todos debemos trabajar juntos para ayudar a encontrar hogares permanentes para los animales de refugio, pero no creemos que la clonación aumente el problema de una manera significativa”.
Clonación de animales en cifras
Desde que en 1996 la ambición humana mutó a una oveja como el primer ser vivo genéticamente clonado, un sector de la ciencia se ha obsesionado con la idea de reproducir vida a partir de la copia genética de un modelo original, es decir, un ser vivo.
En 2008, Barbara Streisand, una reconocida actriz estadounidense, clonó a uno de sus perros mientras que en Corea del Sur se clonó la información genética de un perro que era parte de la policía y podía rastrear objetos con su “legendario olfato”.
Fuente: televisa.com