Simulaciones por computadora de alta resolución del nacimiento de galaxias enanas han revelado que las ondas gravitacionales pueden dar la pista para comprender la misteriosa materia oscura del Universo.
Al calcular la interacción de la materia oscura, las estrellas y los agujeros negros centrales de estas galaxias, un equipo de científicos de la Universidad de Zurich descubrió un fuerte vínculo entre las tasas de fusión de estos agujeros negros y la cantidad de materia oscura en el centro de las galaxias enanas.
Así, la medición de las ondas gravitacionales emitidas por la fusión de los agujeros negros puede proporcionar pistas sobre las propiedades de la hipotética partícula de materia oscura, concluye esta investigación, publicada en Astrophysical Journal Letters.
Se cree que las partículas de materia oscura dan cuenta de aproximadamente el 85% de la materia en el Universo. Sin embargo, todavía son solo hipotéticas: el nombre hace referencia a su “ocultamiento” de todos los intentos anteriores de verlas, y mucho menos de estudiarlas. Pero los cálculos muestran que muchas galaxias se desgarrarían en lugar de rotar si no se mantuvieran juntas por una gran cantidad de materia oscura.
La nueva conexión entre los agujeros negros y la materia oscura puede ahora describirse de manera matemática y exacta por primera vez. Pero está lejos de ser un hallazgo casual, subraya en un comunicado Lucio Mayer, el líder del grupo: “La materia oscura es la cualidad distintiva de las galaxias enanas. Por lo tanto, habíamos sospechado que esto también debería tener un efecto claro en las propiedades cosmológicas”.
El hallazgo de esta conexión se produce en un momento oportuno, Para los autores del estudio, la futura misión espacial LISA no solo será capaz de estudiar a fondo las ondas gravitacionales, sino que también podría ayudar a revelar secretos sobre la materia oscura.
La Antena Espacial del Interferómetro Láser (LISA) permitirá a los astrofísicos observar las ondas gravitacionales emitidas por los agujeros negros cuando chocan o capturan otros agujeros negros. LISA, cuyo lanzamiento podría adelantarse de 2034 a 2029, constará de tres naves espaciales que orbiten el Sol en una formación de triángulo constante.
Las ondas gravitacionales que pasen a través de esta red distorsionarán ligeramente los lados del triángulo, y estas distorsiones mínimas se pueden detectar mediante rayos láser que conectan la nave espacial. Por lo tanto, LISA podría agregar un nuevo sentido a la percepción de los científicos sobre el universo y permitirles estudiar fenómenos invisibles en diferentes espectros de luz.
Fuente: europapress.es