Durante una conferencia de prensa, Peter Ben Embarek, encargado de la misión que viajó a China para investigar el origen del SARS-CoV-2, afirmó que “es extremadamente improbable” que el virus saliera de un laboratorio; sin embargo, dio a conocer que entre las hipótesis que hay sobre su transmisión al ser humano, se encuentran que pudo haber sido a través de un huésped animal intermedio o por medio de algún alimento congelado de la cadena de frío
El jefe de la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investigó el coronavirus en Wuhan, Peter Ben Embarek, consideró hoy “extremadamente improbable” que éste pudiera surgir de un incidente relacionado con un laboratorio.
“Es extremadamente improbable para explicar la introducción del virus en el ser humano”, aseguró el experto en zoonosis danés, por lo que estimó que esta hipótesis “no debe implicar estudios futuros sobre el origen del virus”.
En una rueda de prensa en Wuhan sobre los resultados de la misión, Ben Embarek reconoció que los “accidentes pueden ocurrir”, pero destacó que no había “ninguna publicación científica ni ningún informe en ningún laboratorio del mundo que hablase sobre este virus o alguno similar a él”.
Asimismo, dijo que han debatido con el personal de “muchos laboratorios en la región” la hipótesis de un posible escape y que comprobaron sus “estrictos protocolos de seguridad”.
También desestimó la posibilidad de que algo así pudiese haber ocurrido en el laboratorio P4 de máxima seguridad biológica del Instituto de Virología de Wuhan, que la misión visitó durante su estancia en la ciudad.
“Vimos cómo era y es muy improbable que se escapara de ahí. Es extremadamente raro que ocurra eso”, afirmó.
El científico danés dijo que tienen que adoptar una “aproximación racional respecto a esa hipótesis” y tratar de alejarse de “visiones personales o sentimientos subjetivos” para que “todo el mundo pueda analizarlo”.
Ben Embarek aseguró que, tras sus dos semanas de investigación sobre los orígenes del virus en Wuhan, todo continúa señalando a que el SARS-CoV-2 procede de los murciélagos.
“Todo el trabajo que se ha hecho para identificar su origen continúa señalando a una reserva de este virus o de un virus similar en poblaciones de murciélagos”, afirmó.
También indicó que no hay “grandes evidencias” de la transmisión del virus antes de diciembre de 2019 en Wuhan y destacó dos hipótesis como las más probables para su transmisión al ser humano: a través de un huésped animal intermedio o por medio de algún alimento congelado de la cadena de frío.
Respecto a esta última hipótesis, que China resalta como una de las posibles vías de la llegada del SARS-CoV-2 al gigante asiático, Ben Embarek explicó que analizan dos teorías: la introducción del virus en el ser humano a través de un individuo en particular o por medio de un foco, como el del mercado de pescado y mariscos de Huanan en Wuhan.
“Tenemos que insistir en el estudio de la cadena de frío como fuente de transmisión, sabemos que el virus puede aguantar mucho tiempo pero aún no cómo se transmite, requiere mucho trabajo aún”, dijo.
En cuanto al mercado, afirmó que desconocen todavía cómo llegó el virus a él y cómo se extendió, aunque indicó que “fue probablemente el lugar donde una propagación masiva pudo ser fácil”, pero recalcó que hubo otros casos simultáneos en Wuhan no relacionados con Huanan.
Por su parte, el jefe del equipo de expertos chinos que investigó el coronavirus, Liang Wannian, aseveró que éste pudo haber circulado en otros lugares antes que en la ciudad china, donde no hay “suficiente evidencia” de que estuviera presente antes de diciembre de 2019.
Liang afirmó que la circulación temprana del SARS-CoV-2 se produjo varias semanas antes de que se detectaran los primeros casos, lo que “puede explicar el fallo de su detección en otras regiones” fuera de China.
Fuente: EFE