Parece que, aunque la evidencia científica apunta a otro lado, el origen y evolución del virus sigue siendo motivo de especulación y todo tipo de conspiraciones. Un nuevo estudio ofrece una nueva clave para demostrar que SARS-CoV-2 evolucionó naturalmente.
SARS-CoV-2 es el virus que causa COVID-19. Si bien los investigadores consideran que los murciélagos son los huéspedes naturales más probables para el mismo, los orígenes del virus aún no están del todo claros.
Una nueva publicación en Current Biology podría arrojar luz sobre el debate. Los investigadores describen un coronavirus de murciélago recientemente identificado, uno que pasa por ser el pariente más cercano de SARS-CoV-2 en algunas regiones del genoma y que contiene inserciones de aminoácidos en la unión de las subunidades S1 y S2 de la proteína espiga del virus (de manera similar a SAR-CoV-2).
Si bien no hablamos de un precursor evolutivo directo del SARS-CoV-2, el nuevo virus, llamado RmYN02, “sugiere que este tipo de eventos de inserción aparentemente inusuales pueden ocurrir naturalmente en la evolución del coronavirus”, dicen los investigadores.
Para Weifeng Shi, microbiólogo de la Universidad de Medicina de Shandong First y uno de los autores del último trabajo:
Desde el descubrimiento del SARS-CoV-2 ha habido una serie de sugerencias infundadas de que el virus tiene un origen de laboratorio. En particular, se ha propuesto que la inserción de S1 / S2 es altamente inusual y quizás indicativa de manipulación de laboratorio. Nuestro artículo muestra muy claramente que estos eventos ocurren naturalmente en la vida salvaje. Esto proporciona una fuerte evidencia contra la idea de que SARS-CoV-2 es un escape de laboratorio.
Al parecer, RmYN02 fue identificado durante un análisis de 302 muestras de 227 murciélagos recolectados en la provincia de Yunnan, China, en la segunda mitad de 2019.
El ARN de las muestras se envió para la secuenciación metagenómica a principios de enero de 2020, poco después del descubrimiento de SARS-CoV-2. Después de analizar los virus encontrados en las muestras, el equipo pudo descubrir dos genomas de coronavirus casi completos: RmYN01 y RmYN02.
El segundo compartía el 93,3 por ciento de su genoma con el SARS-CoV-2, y un gen en particular llamado 1ab comparte el 97.2 por ciento, la coincidencia más cercana en ese gen hasta la fecha.
Un dato importante a tener en cuenta para que no cunda el pánico: RmYN02 no se parece tanto a SAR-CoV-2 en la región del genoma que codifica el dominio clave de unión al receptor que se une al receptor ACE2 humano (que SARS-CoV-2 usa para infectar células huésped). Dicho de otra forma: no es probable que infecte las células humanas.
Los investigadores también recuerdan que a pesar de las similitudes, no significa que RmYN02 sea un ancestro directo del virus que causa COVID-19 en todo el mundo, pero encontrar nuevos genomas de coronavirus es increíblemente útil si queremos descubrir cómo evolucionó el virus SARS-CoV-2 a lo que es hoy. Según detalla el estudio:
Nuestro estudio reafirma que los murciélagos, en particular los del género Rhinolophus [murciélagos de herradura], son reservorios naturales importantes para los coronavirus y actualmente albergan a los parientes más cercanos del SARS-CoV-2, aunque esta imagen puede cambiar con un mayor muestreo de vida silvestre. En este contexto, es sorprendente que el virus RmYN02 identificado aquí en Rhinolophus malayanus sea el pariente más cercano del SARS-CoV-2 en el gen replicasa 1ab largo, aunque el virus en sí tiene una historia compleja de recombinación.
El trabajo de los investigadores sugiere que el muestreo de más especies de vida salvaje podrá revelar virus que están aún más relacionados con SARS-CoV-2, “y tal vez incluso con sus antepasados directos, lo que nos dirá mucho sobre cómo surgió este virus en los humanos”, zanjan en la publicación.
Fuente: es.gizmodo.com