Evolucionó para comer duras hojas de los árboles y arbustos, con una gruesa mandíbula
Paleontólogos australianos de la Universidad de Flinders han descrito un nuevo género de canguro gigante fósil procedente de las montañas del centro de Papúa Nueva Guinea.
Esta nueva descripción del canguro ha descubierto que, en lugar de estar estrechamente relacionado con los canguros australianos, lo más probable es que pertenezca a un género único de canguro más primitivo que sólo se encuentra en Papúa Nueva Guinea.
El canguro, descrito por primera vez en 1983 por el profesor Tim Flannery, se conoce por fósiles de unos 20.000-50.000 años de antigüedad. Proceden del refugio rocoso de Nombe, un yacimiento arqueológico y paleontológico de la provincia de Chimbu, en Papúa Nueva Guinea. Nombe ya es conocido por múltiples especies extintas de canguros y marsupiales gigantes de cuatro patas llamados diprotodóntidos.
Los investigadores de la Universidad de Flinders, que publican su estudio en la revista ‘Transactions of the Royal Society of South Australia’, han rebautizado al animal con el nombre de Nombe nombe, en honor al lugar de su descubrimiento, y planean volver a Papúa Nueva Guinea para realizar más excavaciones e investigaciones el próximo año.
El Nombe, de complexión cuadrada y musculosa, vivía en una selva tropical montañosa diversa, con un sotobosque espeso y un dosel cerrado. Aquí evolucionó para comer las duras hojas de los árboles y arbustos, con una gruesa mandíbula y fuertes músculos para masticar.
Gran parte de la vida animal de Nueva Guinea es poco conocida fuera de la isla, a pesar de su colorido y su carácter distintivo. Este descubrimiento insufla nueva vida a la exploración de la historia faunística de Nueva Guinea.
«La fauna de Nueva Guinea es fascinante, pero muy pocos australianos tienen una idea de lo que hay allí –apunta Isaac Kerr, candidato a doctor en paleontología de Flinders–. Hay varias especies de equidna de gran tamaño, de nariz larga y que se alimentan de gusanos, que siguen existiendo hoy en día, muchas especies diferentes de ualabíes y zarigüeyas que no tenemos en Australia, y más aún en el registro fósil. Pensamos en estos animales como algo exclusivamente australiano, pero tienen esta otra vida intrigante dentro de Nueva Guinea».
Utilizando imágenes en 3D y otras tecnologías, los investigadores han estudiado los restos del Museo y Galería de Arte de PNG. Ahora creen que la especie puede haber evolucionado a partir de una antigua forma de canguro que se dispersó por Nueva Guinea a finales del Mioceno, hace unos 5-8 millones de años.
En esa época, las islas de Nueva Guinea y Australia continental estaban conectadas por un «puente terrestre» debido a la bajada del nivel del mar, en lugar de estar separadas por el inundado Estrecho de Torres, como ocurre hoy. Este «puente» permitió que los primeros mamíferos australianos, entre ellos varias formas gigantes y extinguidas, se trasladaran a los bosques tropicales de Nueva Guinea.
Sin embargo, cuando el Estrecho de Torres volvió a inundarse, estas poblaciones de animales quedaron desconectadas de sus parientes australianos, por lo que evolucionaron por separado para adaptarse a su hogar tropical y montañoso en Papúa Nueva Guinea. Actualmente se considera que el Nombe desciende de uno de estos antiguos linajes de canguros.
En los años 60, 70 y 80, investigadores estadounidenses y australianos llevaron a cabo trabajos paleontológicos esporádicos en la zona, que en gran parte dieron lugar a fascinantes descubrimientos de megafauna extinguida. Sin embargo, no se han realizado excavaciones paleontológicas desde principios de los años 90, situación que los investigadores de la Universidad de Flinders pretenden remediar.
El coautor del nuevo artículo de la Royal Society, el profesor de la Universidad Flinders Gavin Prideaux, afirma que la investigación se ampliará gracias a una subvención de la Fundación Científica del Pacífico de Australia. «Estamos muy ilusionados con la posibilidad de realizar tres excavaciones paleontológicas en dos yacimientos diferentes del este y el centro de Papúa Nueva Guinea durante los próximos tres años –afirma–. Trabajaremos con los conservadores del Museo y Galería de Arte de Papúa Nueva Guinea y con otros contactos en Papúa Nueva Guinea, con los que esperamos despertar el interés local por la paleontología neoguineana».
Fuente: eltiempo.com