El estudio más grande jamás realizado de su tipo, dirigido por la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC) y su Centro Integral del Cáncer Norris, en Estados Unidos, podría mejorar el tratamiento y cambiar la forma en que se determina el riesgo del cáncer de próstata agresivo, tras identificar mutaciones en 11 genes asociados con este cáncer.
Estos hallazgos provienen del estudio de cáncer de próstata a mayor escala jamás explorado en el exoma, es decir, las secciones clave del código genético que contienen las instrucciones para producir proteínas. Los científicos analizaron muestras de unos 17.500 pacientes con cáncer de próstata.
Actualmente los oncólogos personalizan la atención de determinadas personas con cáncer de próstata agresivo con la ayuda de pruebas genéticas. Los resultados pueden orientar el tratamiento, ya que una clase de terapias dirigidas ha demostrado ser eficaz contra algunos cánceres de próstata hereditarios. Los resultados de las pruebas también pueden conducir a exámenes genéticos entre los familiares de los pacientes, para que tengan la oportunidad de tomar medidas que reduzcan el riesgo y trabajar con sus médicos para estar más atentos a la detección temprana.
El estudio, publicado en ‘JAMA Oncology’, descubrió mutaciones asociadas con un mayor riesgo de cáncer de próstata más agresivo y mortal que actualmente no están incluidas en los paneles de pruebas genéticas. Los investigadores también encontraron que algunos genes que actualmente forman parte de dichos paneles no están relacionados con el riesgo de enfermedades agresivas.
«Se necesitan estudios muy amplios para informar la creación de paneles de genes utilizados para las pruebas. Algunos de los genes en estos paneles se basaron en estudios pequeños y no se asociaron con el cáncer de próstata en nuestro estudio. También encontramos evidencia de que quizás deberían agregarse otros genes. Los resultados no son completamente definitivos, pero está claro que es necesario trabajar más para determinar en qué genes deberían centrarse los oncólogos en las pruebas», afirma Christopher Haiman, titular de la Cátedra AFLAC en Investigación del Cáncer y profesor de Ciencias de la Población y la Salud Pública en la Facultad de Medicina de Keck.
Ggenes de cáncer de próstata en 17.500 pacientes
Combinando información de 18 estudios realizados en EEUU, Europa y Australia, el equipo de investigación analizó muestras de sangre de pacientes con cáncer de próstata de ascendencia europea, 9.185 de los cuales tenían una enfermedad agresiva y 8.361 no, y compararon la frecuencia de mutaciones entre los dos grupos.
En la primera etapa de sus investigaciones, Haiman y sus colegas secuenciaron todo el conjunto de genes codificadores de proteínas entre casi un tercio de los participantes. En la segunda etapa, los investigadores utilizaron muestras de los participantes restantes para ampliar un subconjunto de 1.749 genes que se habían asociado previamente con el cáncer o aparecieron como posibles candidatos en la primera fase.
Ese subconjunto incluía casi 200 genes implicados en la reparación del ADN. Cuando ese proceso se interrumpe, se crea una oportunidad para que surjan y se afiancen células cancerosas. Los once genes que surgieron con mutaciones significativamente relacionadas con el cáncer de próstata agresivo incluyen el BRCA2, también conocido por su conexión con el cáncer de mama. La lista de genes, así como los que actualmente se analizan en pruebas genéticas que no están relacionados con enfermedades graves, podrían influir en el tratamiento individualizado del cáncer de próstata, así como en las pruebas de detección.
Haiman señala que las mutaciones encontradas en el estudio también aparecieron en algunos pacientes que no tenían una enfermedad agresiva. «Esto sugiere que las mutaciones en estas personas pueden ponerlas en mayor riesgo de que su cáncer avance más adelante», señala. Si bien las pruebas de detección se centran en hombres con enfermedad avanzada o antecedentes familiares, encontrar pacientes con enfermedad menos avanzada que porten estas variantes genéticas puede permitirles recibir formas específicas de tratamiento antes.
El estudio viene con dos advertencias importantes. Una es que, a pesar de su gran tamaño, algunas mutaciones que aumentan el riesgo de cáncer de próstata agresivo son tan raras que se necesitan estudios aún más grandes para aclarar el panorama. La otra limitación es que los hallazgos pueden diferir fuera de la población investigada, las personas de ascendencia europea.
«Será importante que se lleven a cabo esfuerzos similares en hombres de ascendencia africana. Eso es muy importante. Estos genes y quizás otros pueden ser importantes, por lo que es necesario realizar trabajos adicionales en otras poblaciones», ha señalado Haiman, quien también es codirector del Programa de Epidemiología del Cáncer en el centro oncológico Norris de la USC.
Fuente: infosalus.com