Los humanos modernos ya habían llegado al norte de Europa hace 45.000 años, superponiéndose con los neandertales durante varios miles de años antes de que estos últimos se extinguieran.
Es el resultado del análisis arqueológico e isotópico y la datación por radiocarbono de fragamentos de huesos desenterrados en el sitio de Ranis, en el centro de Alemania, y que se detallan en un trío de artículos que aparecen en las revistas ‘Nature’ y ‘Nature Ecology and Evolution’.
Esta teoría cambia fundamentalmente el conocimiento previo: el Homo sapiens llegó al noroeste de Europa mucho antes de la desaparición del neandertal en el suroeste de EuropaLa evidencia de que Homo sapiens y Homo neanderthalensis vivieron uno al lado del otro es consistente con la evidencia genómica de que las dos especies ocasionalmente se cruzaron, informa Phys.org.
También alimenta la sospecha de que la invasión de Europa y Asia por los humanos modernos hace unos 50.000 años contribuyó a llevar a la extinción a los neandertales, que habían ocupado la zona durante más de 500.000 años.
De esta forma, se ha descubierto que las hojas de piedra de Ranis, denominadas puntas de hoja, son similares a herramientas de piedra encontradas en varios yacimientos de Moravia, Polonia, Alemania y el Reino Unido.
Se cree que estas herramientas fueron producidas por la misma cultura, denominada cultura o tecnocomplejo lincombiano-ranisiano-jerzmanowiciano (LRJ).
Debido a dataciones anteriores, se sabía que el sitio de Ranis tenía 40.000 años o más, pero sin huesos reconocibles que indicaran quién hizo las herramientas, no estaba claro si eran producto de los neandertales o del Homo sapiens.
Los nuevos hallazgos demuestran que “el Homo sapiens creó esta tecnología, y que el Homo sapiens estaba tan al norte en este período, hace 45.000 años”, explica Elena Zavala, una de los cuatro primeros autores del artículo de Nature y miembro de la investigación Miller en la Universidad de California Berkeley.
Zavala realizó el análisis genético de fragmentos de huesos de homínidos de excavaciones nuevas y más profundas en Ranis entre 2016 y 2022 y de excavaciones anteriores en la década de 1930.
Debido a que el ADN de los huesos antiguos está muy fragmentado, empleó técnicas especiales para aislar y secuenciar el ADN, todo ADN mitocondrial (ADNmt) que se hereda únicamente de la madre.
“Confirmamos que los fragmentos esqueléticos pertenecían a Homo sapiens. Curiosamente, varios fragmentos compartían las mismas secuencias de ADN mitocondrial, incluso fragmentos de diferentes excavaciones. Esto indica que los fragmentos pertenecían al mismo individuo o a sus parientes maternos, vinculando estos nuevos hallazgos con los de hace décadas”, dijo.
Los fragmentos óseos fueron identificados inicialmente como humanos mediante el análisis de proteínas óseas (un campo llamado paleoproteómica).
Al comparar las secuencias de ADN mitocondrial de Ranis con secuencias de ADNmt obtenidas de restos humanos en otros sitios paleolíticos de Europa, Zavala pudo construir un árbol genealógico de los primeros Homo sapiens en toda Europa.
Todos menos uno de los 13 fragmentos de Ranis eran bastante similares entre sí y, sorprendentemente, se parecían al ADNmt del cráneo de una mujer de 43.000 años de antigüedad descubierto en una cueva de Zlat kun en la República Checa.
Fuente: europapress.es