Las unidades flash USB se han convertido ya en accesorios comunes. Pero gracias a la aparición de la electrónica imprimible, los dispositivos de almacenamiento digitales como estos podrían muy pronto estar en más objetos que los dispositivos electrónicos, incluyendo envases de alimentos, frascos de pastillas e incluso ropa.
El equipo de Matthew Catenacci, de la Universidad Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, nos ha acercado a un futuro de electrónica flexible y a bajo coste que hasta hace muy poco parecía exclusivo de la ciencia-ficción. Lo ha hecho al crear un nuevo dispositivo de memoria digital mediante una técnica revolucionaria que emplea una impresora de chorro de aerosol y tintas de nanopartículas.
El primer dispositivo fabricado mediante este método, que es equivalente a una unidad flash de 4 bits, es la primera memoria digital completamente impresa, que sería adecuada para un uso práctico en sistemas electrónicos simples, como sensores medioambientales o etiquetas RFID. Y dado que imprime mediante chorro a temperaturas relativamente bajas, esta técnica podría ser usada para construir aparatos electrónicos programables sobre materiales flexibles, como papel, plástico o tela.
En el corazón del dispositivo fabricado con la nueva técnica se halla un nuevo material para impresión basado en nanohilos de cobre, que es capaz de almacenar información digital.
La mayoría de las unidades flash codifican la información en una serie de transistores de silicio, que pueden existir en un estado cargado, que corresponde al “uno”, y en un estado descargado, que corresponde al “cero”.
El nuevo material codifica información, pero no en estados de carga, sino en estados de resistencia. Aplicando un pequeño voltaje, puede ser conmutado entre un estado de alta resistencia, que detiene la corriente eléctrica, y un estado de baja resistencia, que permite que esta fluya.
Y, a diferencia del silicio, el material puede usar metanol como vehículo, creándose así un líquido que puede ser rociado a través del cabezal de una impresora.
Fuente: noticiasdelaciencia.com