Lo afirma un nuevo estudio realizado por investigadores de Estados Unidos, México, Suecia y Suiza. Los expertos instan a que se prioricen las políticas de “escucha segura” para salvaguardar la salud auditiva
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 5% de la población mundial padece una pérdida de audición discapacitante y requieren rehabilitación. Se calcula que en 2050 esa cifra superará los 700 millones (una de cada diez personas). Ahora, un nuevo estudio advierte que más de 1.000 millones de adolescentes y jóvenes corren el riesgo de perder la audición debido al uso de auriculares de diadema -que cubren parte de la cabeza- o inalámbricos e incluso por asistir a lugares con música alta.
La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, ciertas enfermedades infecciosas, otitis crónicas, exposición a sonidos fuertes, uso de medicamentos ototóxicos y envejecimiento. Sin embargo, muchas de estas causas se pueden evitar mediante estrategias de salud pública e intervenciones clínicas que se realicen a lo largo del curso de la vida.
“Se estima que entre 0,67 y 1,35 mil millones de adolescentes y adultos jóvenes de todo el mundo podrían correr el riesgo de padecer una pérdida de audición debido a la exposición a prácticas auditivas poco seguras”, detallaron los autores del trabajo, publicado el pasado martes en la revista científica BMJ Journal.
Los jóvenes son particularmente vulnerables por el uso de dispositivos de escucha personal (PLD, por sus siglas en inglés), como teléfonos inteligentes, auriculares inalámbricos o con cable, auriculares de diadema, y la asistencia a lugares con música a todo volumen, en medio de una aplicación reglamentaria deficiente.
Investigaciones publicadas anteriormente sugieren que los usuarios de PLD a menudo eligen volúmenes tan altos como 105 decibelios (dB), mientras que los niveles de sonido promedio en los lugares de entretenimiento oscilan entre 104 y 112 dB, lo que supera los niveles permitidos (80 dB para adultos y 75 dB para niños) incluso durante periodos muy cortos de tiempo.
Los investigadores midieron la prevalencia de prácticas auditivas inseguras entre adolescentes y adultos jóvenes para crear una estimación global de cuántos podrían estar en riesgo de pérdida auditiva. Luego, analizaron bases de datos de investigación para estudios relevantes publicados en inglés, francés, español y ruso, que involucraban a personas de 12 a 34 años e informaban sobre los niveles de salida del dispositivo medidos objetivamente y la duración de la exposición.
Se incluyeron 33 estudios en los que participaron globalmente 19.046 participantes. Diecisiete trabajos se centraron en el uso de PLD y 18 en lugares de entretenimiento ruidosos. Los investigadores estimaron la cantidad global de personas que podrían estar en riesgo de pérdida auditiva al considerar que, actualmente, hay unos 2.800 millones de adolescentes y jóvenes de 12 a 34 años.
El análisis de datos agrupados indicó que la prevalencia de prácticas de escucha inseguras por el uso de PLD y la asistencia a lugares de entretenimiento ruidosos es común en todo el mundo (un 24% y un 48%, respectivamente) entre adolescentes y jóvenes.
Con estas cifras, los investigadores calcularon que la cantidad global de adolescentes y adultos jóvenes que podrían estar potencialmente en riesgo de pérdida auditiva como resultado oscila entre 670 y 1.350 millones (cerca de 1.010 millones como valor medio).
Consecuencias de la pérdida de audición
La pérdida de audición en los niños puede provocar un menor rendimiento académico y una caída en la motivación y la concentración, según los investigadores.
En el caso de los adultos, la pérdida de audición puede estar relacionada con un deterioro del estado de salud mental, menores ingresos, depresión, deterioro cognitivo e incluso problemas cardíacos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Cómo prevenir la pérdida de audición
La exposición al ruido a través de dispositivos electrónicos y lugares con música alta es “un factor de riesgo modificable”, según los investigadores, y hay algunas cosas que pueden hacerse para proteger los oídos:
- Descansar de la exposición, si es posible.
- Utilizar protectores auditivos, como tapones de espuma, en entornos ruidosos.
- Poner distancia entre uno y la fuente de ruido, como los altavoces en un evento.
- Mantener los dispositivos a un volumen seguro. Algunos teléfonos móviles tienen funciones que le avisan cuando el contenido está demasiado alto.
“Se presentan casos en los que, ante la presencia de ruidos por encima de los niveles considerados dañinos, la persona pierde la audición de manera abrupta y súbita en uno de los oídos. Este cuadro se conoce como trauma acústico. Más allá de todas estas recomendaciones, es importante que comencemos a difundir que es preferible lograr usar el altavoz de los dispositivos para evitar otros problemas como, por ejemplo, el neurinoma del acústico (VIII par craneal)”, sostuvo en diálogo con Infobae la doctora Stella Maris Cuevas (MN 81701), médica otorrinolaringóloga, alergista y expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA).
Según la especialista, “la pérdida de audición es algo que puede afectar a cualquier persona. Como destacamos siempre, es importante realizar la consulta médica a tiempo para llegar a un diagnóstico temprano y, de esta manera, mejorar la calidad de vida de las personas con hipoacusia”.
Fuente: infobae.com