Los resultados de los tests cognitivos llevados a cabo sobre ratones de laboratorio podrían verse influidos por la forma en que los científicos llevan a los animales hasta las áreas de prueba. Según un estudio publicado por la Universidad de Liverpool, agarrar a los roedores por la cola, el método más habitual, les provoca un estrés que podría tener un impacto decisivo en las conclusiones finales del experimento.
Como alternativa, la doctora Kelly Gouveia y la profesora Jane Hurst proponen utilizar un cilindro transparente de plástico abierto por ambos extremos hacia el que el investigador guía al ratón y con el que luego se realiza el transporte. De esta forma, y según las conclusiones publicadas hoy en Scientific Reports, el roedor muestra una exploración mucho más activa del campo de estudio al que se le expone, obteniendo así unos resultados más claros y fiables.
«La forma en que lo sacamos de su entorno habitual es muy importante para que se sienta seguro. Si lo metemos en un cilindro de plástico se sentirá a salvo, llegará al campo de pruebas relajado y podrá afrontar mucho mejor el test que necesitamos que realice», explica Jane Hurst en declaraciones para El Mundo. «En cambio, si lo agarramos por la cola, tal y como lo haría un depredador, el ratón se sentirá estresado, en peligro, por lo que intentará esconderse o ceñirse a los bordes del área de experimentación una vez que lo depositemos allí».
Experimento para probar la técnica del túnel
Para demostrar una teoría que además busca fomentar el respeto hacia el animal en el ámbito científico, los investigadores de la Universidad de Liverpool expusieron durante tres sesiones a dos grupos de roedores, unos cogidos por la cola y otros siguiendo la técnica del túnel, a un estímulo tan atractivo como es la orina del sexo opuesto.
Durante todas las pruebas, los primeros se mostraron mucho menos dispuestos a explorar tanto la nueva área como el estímulo que en ella se encontraba. Por el contrario, los que fueron trasladados gracias al cilindro de plástico exhibieron un mayor interés y además fueron capaces de reconocer el olor cuando volvieron a ser expuestos a él.
Los ratones son el animal más utilizado en la experimentación científica y por ello el NC3RS, Centro Nacional para el Reemplazo, Refinamiento y Reducción del uso de Animales en la Investigación, ha financiado un proyecto que considera que puede «reducir el estrés entre millones de roedores a la vez que mejorar la calidad de los resultados». «Se trata de algo especialmente importante para los animales que utilizamos en pruebas para explorar la conducta, la habilidad para detectar estímulos o la capacidad de aprendizaje y memorización ya que así se minimiza el impacto del trato que le demos al ratón y éste puede concentrarse en lo que queremos», añade Hurst.
Fuente: elmundo.es