Entre el 2 % y el 5 % de los hombres de distintas culturas son homosexuales, una cifra que representa una paradoja evolutiva: los hombres homosexuales tienen menos descendencia, por lo que uno esperaría que esa particularidad desapareciera con el tiempo. Pero no ha sido así.
Un equipo de investigadores ha llevado a cabo el mayor estudio genético sobre orientación sexual y ha encontrado pruebas que podrían dar lugar a una explicación consistente. Estos mismos factores genéticos que predisponen a la homosexualidad también pueden aumentar el número de parejas sexuales y el “éxito en el apareamiento” cuando aparecen en personas heterosexuales.
Los detalles del estudio (de momento sin publicar) han sido detallados por los investigadores en dos papers, en un plan público de investigación y en una reunión científica celebrada en junio en el Instituto Broad, un centro de investigación genómica en Cambridge (EE.UU.).
La búsqueda de genes relacionados con orientación sexual, que se adentra en el debate de si las personas homosexuales nacen o se hacen, es parte de un auge en la investigación genómica que apunta a revelar cómo los genes afectan el comportamiento, no solo las enfermedades.
Esta nueva genética social bebe de las cada vez más comunes y enormes bases de datos, entre ellas la del Biobanco de Reino Unido, financiada por su Gobierno, y el ADN de millones de clientes recopilados por 23andMe, una empresa de pruebas genéticas para el consumidor. Los científicos han comenzado a utilizar esta gran cantidad de datos para comprobar con éxito las causas genéticas de una sorprendente variedad de comportamientos,desde fumar hasta el insomnio, la inteligencia, el consumo de marihuana e incluso el tiempo que pasamos frente a la televisión.
La investigación es más sensible cuando se trata de la orientación sexual. Al jefe de Informática del Genoma en Regeneron Pharmaceuticals, Jeffrey Reid, quien también es gay, le preocupa cómo la prensa aborda estos asuntos, ya que se trata de un tema que podría tener un gran impacto en la vida de personas que ya son más vulnerables que las demás.
¿Alguna vez ha tenido relaciones sexuales con alguien de su mismo sexo?: Esta fue una de las preguntas planteadas a los voluntarios del Biobanco de Reino Unido
Sobre la controversia, Reid plantea: “Que exista una prueba genética clara que indique tendencias hacia la homosexualidad podría provocar que el padre un hijo gay considere que su vástago está irremediablemente perdido y lo expulse de su vida. Pero al mismo tiempo, esta evidencia podría lograr que el padre acepte a su hijo tal y como lo hizo Dios, o ayudar a alguien que sufre a aceptarse a sí mismo”.
Teniendo en cuenta que el trabajo podría ser controvertido, el equipo optó por publicar su plan de investigación en internet en 2017. Describieron su intención de realizar un estudio de asociación del genoma completo, una técnica que nació para localizar susceptibilidades genéticas a enfermedades como la degeneración macular y la diabetes. Pero en lugar de buscar asociaciones entre las enfermedades de las personas y las características de sus genomas, realizarían un amplio análisis estadístico que compararía el ADN de cientos de miles de personas con información sobre su comportamiento sexual.
Ya está demostrado que ser gay es una característica en parte genética, al igual que los genes influyen en todos los demás comportamientos. Sin embargo, los intentos previos de identificar los genes específicos involucrados en la homosexualidad no tuvieron éxito. Principalmente porque no había suficientes datos genéticos disponibles. El nuevo estudio es aproximadamente 10 veces más grande que cualquier intento previo.
El psicólogo de la Universidad Northwestern (EE.UU.) Michael Bailey, que estudia la sexualidad, afirma: “Gracias a estas enormes cantidades de muestra, por fin estamos descubriendo cosas que realmente podrían ser ciertas”.
La búsqueda seguía dos líneas. Primero, el equipo utilizó los datos de ADN de más de 300.000 heterosexuales que informaron de la cantidad de parejas sexuales que habían tenido. Luego, para encontrar los genes vinculados a lo que los investigadores denominan “comportamiento no heterosexual”, el equipo también identificó a unas 28.000 personas que respondieron afirmativamente a la siguiente pregunta de la encuesta: “¿Alguna vez ha tenido relaciones sexuales con alguien de su mismo sexo?”
Según la presentación de junio del miembro del equipo de la Universidad de Colorado (EE.UU.) Robbee Wedow, los investigadores encontraron cuatro regiones del genoma masculino relacionadas estadísticamente con el hecho de haber tenido relaciones sexuales con alguien del mismo sexo, y cerca de 40 regiones relacionadas con heterosexuales que habían tenido más o menos relaciones sexuales.
“Esto no quiere decir que alguien sea heterosexual o no, lo único que indica es una posibilidad ligeramente más alta o más baja”, explicó el genetista del Instituto Broad y uno de los líderes del estudio Benjamin Neale, durante la conferencia EmTech de MIT Technology Review en septiembre.
Pero cuando se trata de explicar quién es gay, Bailey afirma que el estudio “no es idóneo”. Eso se debe a que se basa a información ofrecida por los propios voluntarios, algo que puede ser demasiado amplio, sostiene Bailey. Los investigadores pueden haber puesto en la misma categoría a personas dispuestas a experimentar sexualmente y a personas que se consideran homosexuales.
Según la presentación de Wedow, el equipo tuvo menos éxito en la búsqueda de vínculos genéticos entre las mujeres que habían tenido relaciones sexuales con otras mujeres. Eso podría significar que necesitan un número aún mayor de voluntarios, o podría reflejar el error del diseño del estudio para captar los matices del comportamiento sexual de la gente.
Aun así, los investigadores utilizaron sus resultados para abordar la cuestión de por qué la homosexualidad es relativamente común. Afirman que una posible es que los mismos factores genéticos relacionados con la homosexualidad también dan una ventaja reproductiva a los heterosexuales que los tienen.
De acuerdo con un resumen que el equipo presentó a la Sociedad Americana de Genética Humana, las señales de ADN vinculadas a las experiencias sexuales de los homosexuales también aparecieron con mayor frecuencia en hombres heterosexuales que tenían un mayor número de parejas sexuales. El equipo también señala que los hombres heterosexuales con variantes vinculadas a los homosexuales fueron, en promedio, juzgados como “físicamente más atractivos” que otros (aunque los investigadores se niegan a informar de quién hizo esta evaluación). Esto, concluyen los científicos, podría significar que estas variantes también “otorgan una ventaja de apareamiento a los portadores heterosexuales”.
Este tipo de equilibrio es una cuestión evolutiva. Por ejemplo, las variantes genéticas que pueden causar anemia de células falciformes también pueden ofrecer protección contra la malaria. El balance resultante significa que el gen de la célula falciforme no se extingue. Los investigadores sostienen que sus nuevos hallazgos sobre el comportamiento no heterosexual, aunque no son concluyentes, sí que son consistentes con ese acto de equilibrio darwinista.
Fuente: technologyreview.es