Hace décadas los científicos descubrieron un lugar, en donde las personas básicamente no envejecen. El único inconveniente es que está fuera de nuestro planeta.
Los agujeros negros podrían ser los objetos más enigmáticos de nuestro universo. El físico y astrónomo Stephen Hawking llegó incluso a decir que, probablemente, este fenómeno cósmico es una ventana a una realidad paralela. Pero, hoy en día, ¿qué es lo que se sabe con certeza de los agujeros negros?
El astrofísico estadounidense Kip Thorne, conocido por sus numerosas contribuciones al campo de la física gravitacional, recopiló algunos de los datos más curiosos sobre estos objetos en su libro ‘La ciencia detrás de Interstellar’. Y es que Thorne fue coautor, asesor científico y productor ejecutivo de la película de Christopher Nolan ‘Interstellar’. Su participación garantizó que la representación visual de los agujeros negros, agujeros de gusano y la relatividad fueran tan precisas como fuese posible.
1. Un agujero negro está compuesto de materia destruida a nivel de átomos
Se conoce con cierto nivel de certeza que los agujeros negros aparecen cuando una estrella de tipo gigante roja gasta toda la energía termonuclear que la mantiene activa. En cuestión de un tiempo relativamente corto, la materia restante de esa estrella ‘cae’ sobre sí misma impulsada por su propia y enorme fuerza gravitatoria.
La misma gravedad empieza a comprimir la materia hasta el punto en que los átomos comienzan a aplastarse y destruirse. Este proceso acaba por reunir una fuerza de atracción tan fuerte que atrapa hasta la luz.
2. Cerca de los agujeros negros las personas no envejecen
Suponiendo que existe una manera de teletransportar a una persona hacia un lugar cercano a un agujero negro, al regresar a la Tierra, esa persona se percataría de que en nuestro planeta pasaron años, mientras que su reloj avanzó solo un par de minutos. Esto sucede porque la enorme fuerza gravitacional hace que el tiempo camine más lento, mientras más cerca estemos del agujero negro.
3. Un agujero negro puede ‘destrozar’ nuestro sistema solar
Menos mal cerca de nuestro Sol no existe ningún agujero negro, de lo contrario esto sería un desastre total. En un hipotético acercamiento, la enorme fuerza gravitacional de estos objetos galácticos rompería el equilibrio del sistema solar, haciendo que sus planetas —incluyendo la Tierra— o se acercaran peligrosamente al Sol, o fuesen arrojados al espacio exterior, o, lo que es peor, simplemente fueran devorados por el propio agujero.
Diferentes guiones, pero en el cualquiera de los casos un triste final.
4. Un agujero negro puede acelerar los objetos hasta la velocidad de la luz
Si de repente quisiéramos volar a otra galaxia, nada mejor que la atracción de un agujero negro para alcanzar la velocidad de la luz. No obstante, si aceleráramos así, inevitablemente caeríamos en el propio agujero. ¿Qué opciones tenemos para evitar esto? ¡Otro agujero!
Si encontrásemos una pareja de agujeros negros que girasen uno alrededor del otro, entonces podríamos lograrlo. Solo es necesario girar alternamente alrededor de cada gigante, sumando la aceleración en cada vuelta. Cuando la velocidad alcance niveles cercanos a la velocidad de la luz, solo sería necesario un ‘empujoncito’ para salir de órbita y volar hacia nuestro destino.
5. Son más negros que la oscuridad
Aunque los agujeros negros no contienen ninguna materia que se encuentre dentro de nuestro entendimiento, sí tienen una superficie: el horizonte de sucesos, llamado así ya que los eventos a un lado de ella no pueden ser observados del otro lado. De hecho, los científicos aún no tienen muy claro qué es lo que sucede detrás del lado ‘opuesto’ al nuestro.
Nada que cruce esa frontera puede volver, ni la materia, ni las ondas de radio, ni la propia luz. Es por eso que el agujero no emite ni refleja nada y luce como una bola total y absolutamente negra.
Fuente: sputniknews.com