“Cuando alguien quiere hacerse un tatuaje – explica Hiram Castillo, coautor del estudio en un comunicado –, a menudo son muy cuidadosos en la elección de sitio donde se utilicen agujas estériles y que no haya sido utilizadas anteriormente. Pero nadie verifica la composición química de los colores. Nuestro estudio demuestra que tal vez deberían hacerlo”.
La realidad es que se sabe muy poco sobre las posibles impurezas en la mezcla de colores que se aplican en la piel. La mayoría de las tintas de tatuaje contienen pigmentos orgánicos, pero también incluyen conservantes y contaminantes como el níquel, cromo, manganeso o cobalto. Además del negro de carbón (un material producido por la combustión incompleta de productos derivados del petróleo), el segundo ingrediente más común usado en tintas de tatuaje es el dióxido de titanio (TiO2), un pigmento blanco aplicado generalmente para crear ciertas sombras. Pese a que el TiO2 también se utiliza comúnmente en aditivos alimentarios, pantallas solares, pinturas, su acción en la piel es la que produce la habitual elevación y picazón propia de los tatuajes.
Hasta ahora, los riesgos que potencialmente derivan de los tatuajes se habían investigado sólo mediante análisis químico de las tintas y en muestra in vitro. “Sabíamos que los pigmentos de los tatuajes viajan a los ganglios linfáticos a causa de la evidencia visual: los ganglios linfáticos se tiñen con el color del tatuaje – añade Bernhard Hesse, responsable también de la investigación – .Es la respuesta del cuerpo para limpiar el sitio de entrada del tatuaje. Lo que no sabíamos era que las nanopartículas de los pigmentos no se comportan igual que las micropartículas”.
Mediante mediciones de fluorescencia de rayos X, los expertos pudieron localizar el dióxido de titanio en el rango micro y nano en la piel y en los ganglios linfáticos. Lo que descubrieron fue que existe una amplia gama de partículas de hasta varios micrómetros de tamaño en la piel humana, pero sólo las partículas más pequeñas llegan a los ganglios linfáticos. Esto eventualmente puede conducir al aumento crónico del tamaño del ganglio linfático y a la exposición durante toda la vida de estas sustancias.
Fuente: Nature