Un campo magnético débil y sorprendentemente desorganizado ha sido observado cerca de una joven protoestrella, gracias al telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array).
De este hallazgo se desprende que el impacto de los campos magnéticos en el proceso de formación estelar es más complejo de lo que se creía, y que las estrellas también pueden formarse en nubes con magnetismo caótico.
Durante décadas, los científicos creyeron que las líneas de fuerza alrededor de las estrellas en formación eran muy poderosas y ordenadas, y que se torcían únicamente por efecto de fuerzas extremas y a gran distancia de la estrella en gestación.
En un nuevo estudio, astrónomos usaron ALMA para mapear el campo magnético sumamente desorganizado que rodea la joven protoestrella conocida como Ser-emb 8, ubicada a unos 1.400 años luz de nosotros, en la incubadora de estrellas Serpens, o Serpiente. Estas son las observaciones más sensibles realizadas a la fecha de un campo magnético pequeño alrededor de una estrella en proceso de formación. El estudio también proporcionó información importante sobre la formación de estrellas poco masivas como nuestro Sol.
En observaciones realizadas anteriormente con otros telescopios se había confirmado que los campos magnéticos que rodean a algunas protoestrellas jóvenes forman un característico reloj de arena (un sello distintivo de los campos magnéticos intensos), que comienza cerca de la protoestrella y se extiende por muchos años luz hacia la nube molecular.
«Hasta ahora, no sabíamos si todas las estrellas se formaban en áreas controladas por fuertes campos magnéticos. Con ALMA, obtuvimos la respuesta», celebra en un comunicado Charles L. H. «Chat» Hull, astrónomo del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica (CfA) y autor principal de un artículo que se publicará en la revista The Astrophysical Journal. «Ahora podemos estudiar campos magnéticos enteros, desde las nubes incubadoras más grandes hasta la estrella en gestación. Esto es muy alentador porque podría significar que las estrellas pueden originarse en condiciones más variadas de lo que creíamos».
ALMA es capaz de estudiar los campos magnéticos en las escalas más pequeñas dentro de aglomeraciones incubadoras mapeando la polarización de la luz emitida por granos de polvo alineados con el campo magnético.
Al comparar la estructura del campo magnético observado y las últimas simulaciones elaboradas en distintas escalas con la ayuda de supercomputadoras, los astrónomos obtuvieron información importante sobre las primeras etapas de los procesos de formación estelar magnetizados. Las simulaciones, que abarcan desde un área relativamente cercana a la protoestrella, a unas 140 unidades astronómicas (cerca de 4 veces la distancia que hay entre el Sol y Plutón), y se extienden hasta 17 años luz, fueron realizadas por Philip Mocz y Blakesley Burkhart, ambos astrónomos del CfA y coautores del artículo.
En el caso de Ser-emb 8, los astrónomos afirman haber capturado el campo magnético original «en flagrante» alrededor de la protoestrella, antes de que el material expulsado por la estrella pudiera borrar los rastros del campo magnético que envuelve la nube molecular, según Mocz.
«Nuestras observaciones demuestran que la importancia del campo magnético en la formación estelar puede variar considerablemente de una estrella a otra\», concluye Hull. \»Esta protoestrella pareciera haberse formado en un entorno de escaso magnetismo y dominado por turbulencias, mientras que las observaciones anteriores habían mostrado fuentes claramente formadas en entornos con fuerte magnetismo. Futuras investigaciones podrán desvelar cómo de común sea cada caso».
Fuente: Europa Press