Un pedante es, según la Real Academia, una persona engreída y que hace inoportuno y vano alarde de erudición, la tenga o no la tenga en realidad. Suele ser alguien aficionado a corregir los errores gramaticales de los demás, a recordar fechas de eventos históricos o a dar precisas definiciones científicas con soltura. Seguro que algún conocido encaja en este retrato robot. Pero, sea cual sea la intención del pedante, lo que todos tienen en común es que resultan inoportunos, y con frecuencia, molestos.
Tal como ha escrito David Steele en “The Guardian”, hay una serie de explicaciones psicológicas y científicas, que quizás no estén a la vanguardia de la investigación mundial, pero que pueden arrojar luz al porqué del comportamiento de los pedantes. ¿Qué obtienen con ello? ¿Hay personas más propensas a ser pedantes? ¿Hay cura? Los investigadores han conseguido algunas respuestas.
Introversión y faltas de ortografía
Algunos trabajos han analizado la personalidad típica de los pedantes. Un estudio concluyó que los introvertidos suelen ser más propensos a corregir los errores gramaticales de los demás. Estos pueden soportar las erratas, pero son muy sensibles a fallos garrafales del tipo: “hay está Carlos”, “he rebelado las fotos”. Según estos investigadores, el motivo puede estar en que los introvertidos valoran el orden que esos errores violan, y que pueden llegar a sentirse irritados cuando alguien pisotea las reglas ortográficas.
Superioridad
Los apretones de manos de Donald Trump en su primera gira por el extranjero serán recordados durante mucho tiempo. Pocos mandatarios han sido tan hábiles a la hora de mostrar un sentimiento de superioridad tan claro en tan poco tiempo. Según ha escrito Steele, los pedantes experimentan en ocasiones el mismo impulso: necesitan mostrar la superioridad de la que creen disfrutar sobre el resto de los mortales. ¿Por qué? Porque una forma de evaluar la propia competencia es a través de las relaciones jerárquicas establecidas con las demás personas.
La forma más directa de resaltar la superioridad es destacar los errores de los demás. Aunque no hay estudios que apoyen directamente esta afirmación, David Steele ha recordado la tendencia de los pedantes a hacer preguntas en las conferencias para tratar de “pillar” al ponente, o bien sencillamente para demostrar sus conocimientos. El mismo fenómeno se extiende por las redes sociales y los comentarios de las páginas web. Otro de las indicaciones de que un pedante está haciendo de las suyas, es cuando adopta un lenguaje enriquecido con palabras complejas cuando habla con alguien de un nivel social inferior.
Identidad de grupo
Las teoría social de identidad puede ayudar a comprender a los pedantes, puesto que estudia la necesidad de los individuos de pertenecer a un grupo. En ocasiones, esto se traduce en una tendencia a resaltar que el grupo propio es mejor que los demás. ¿Cómo se puede lograr eso? Una forma sencilla es corregir a otro o recriminar detalles que normalmente le pasarían desapercibidos al resto de los mortales que no estuvieran en el grupo. El penalti que no se pitó en el minuto 87 de tal partido, o tal hecho histórico que demuestra una teoría, son solo dos ejemplos.
Fuente: abc.es/ciencia